Según desprende un estudio médico realizado en Estados Unidos, la siesta es muy beneficiosa para los bebés. Fortalece sus niveles de aprendizaje y, además, ofrece la posibilidad de concretar varias funciones relacionadas al conocimiento, tales como comprender palabras, conceptos nuevos e identificar lo importante dejando a un lado lo secundario.

La siesta en los niños “es imprescindible” tal y como afirman los especialistas médicos, puesto que su sueño “es tan importante como su alimentación”. En el caso de los bebés, cuando realizan el descanso durante el día, a parte de reponer energía, desarrollan otras capacidades que pueden fortalecer su desarrollo mental. Por eso se hace hincapié, según los médicos, que es “fundamental realizar la siesta hasta los cinco años”. De esta manera, se potenciará más su posterior desarrollo no solo físico, sino también mental.

Para que el bebé disfrute de un sueño de calidad, hay que realizar anteriormente una buena observación previa que consiste en detectar en que momento necesita cerrar los ojos. Demasiada quietud, inapetencia por el juego, bostezos, restregamiento de ojos pueden ser señales inequívocas de que el niño está demando descansar.

El siguiente paso es ofrecerle un entorno adecuado para que su sueño no sufra interrupciones. Una habitación cómoda, agradable y con una temperatura idónea es lo ideal. Si le cogió el hábito a descansar con un peluche o un chupete no hay que quitarle este hábito, ya que puede ser un buen estimulante para que se duerma con más facilidad.

Luego, según cada bebé, unos precisan de unas cuantas siestas durante el día y otros, por consiguiente, no necesitan más de dos. Los que echan varias, normalmente, lo hacen durante la mañana y después de la comida, mientras que los que necesitan de tres concilian el sueño por la mañana, después de comer y a media tarde. Todo dependerá de la edad del bebé y del ambiente donde esté.