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Etiquetas | NBA. Finales.
Primer título para la franquicia de Texas.

Dallas Mavericks, nuevo campeón de la NBA (95-105)

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Los Dallas Mavericks cerraron la final de la NBA en la primera de las dos oportunidades que tenían para ello y lograron el ansiado anillo que ya se les escapara hace 5 años precisamente ante su rival en estas series, los Miami Heat. En el duelo de dos estilos antagónicos acabó ganando la cohesión y un concepto de baloncesto más tradicional frente al músculo y la potencia de los de Florida.

Ficha técnica
95- Miami Heat: Chalmers (18), Wade (17), James (21), Bosh (19), Anthony (-) -cinco inicial--; Haslem (11), Howard (-), Miller (-) y House (9).

105- Dallas Mavericks: Barea (15), Kidd (9), Marion (12), Nowitzki (21), Chandler (5) --cinco inicial--; Mahinmi (4), Terry (27), Stevenson (9) y Cardinal (3).

Parciales: 27-32, 24-21, 21-28 y 23-24

Árbitros: Javie, Foster y Stafford. (2).

Incidencias: 20003 espectadores en el American Airlines Arena de Miami.

Datos destacables
Lo mejor: Dirk Nowitzki
Con este ansiado y largamente buscado triunfo de su franquicia el alemán entra en el Olimpo de los más grandes de la historia del baloncesto.

Lo peor: El carácter de Miami Heat
Los de Spoelstra se han diluido a lo largo de los 6 partidos de la final con una carencia de fiabilidad en los momentos decisivos que ha acabado por privarles de un anillo para el que eran claros favoritos antes de empezar la serie.

El dato: 20/33 en tiros libres de Miami Heat.
El fallo en la línea de tiro libre ha sido una rémora generalizada de Miami Heat a lo largo del partido y de la serie.
A pesar del extraordinario nivel mostrado por Dallas Mavericks a lo largo los play-off, en los que han crecido en todos los aspectos, casi nadie daba por candidato al título a la franquicia de Mark Cuban al inicio de las postemporada. No eran pocos los que decían que caerían en primera ronda frente a Portland Trail Blazers, y de hecho fue ese cruce el que más problemas ocasionó al grupo dirigido magistralmente por un Rick Carlisle que ha superado claramente a Spoelstra, apostando por una rotación larga y por jugadores poco habituales que han dado un rendimiento sensacional.

Tras las severas críticas recibidas tras el quinto partido de la serie, en el inicio del partido se vio al mejor Lebron James de la serie. 9 puntos en los 4 primeros minutos permitieron a Miami Heat liderar el marcador en esos primeros instantes. Por parte de los Mavericks era Barea la principal referencia ofensiva gracias a su explosividad en el 1x1. A falta de 7:45 para el final del primer cuarto, el resultado era de 14-10 para los de Florida. Dirk Nowitzki, protagonista en las horas previas del partido por el polémico vídeo protagonizado por Wade y James, empezó muy frío, poco participativo en ataque y fallando sus tiros a canasta.

En el ecuador del primer cuarto Chris Bosh se sumó a la fiesta anotadora de los suyos y además provocaba dos faltas personales de Nowitzki que mandaban al alemán al banquillo. Eran malas noticias para unos Mavericks que estaban 9 puntos abajo (20-11) y cuyos parciales cuando Dirk no estaba en pista solían ser muy negativos. Afortunadamente para la franquicia de Texas, la salida de Terry desde el banquillo fue fulgurante y con 5 puntos consecutivos y un triple de Cardinal daban la vuelta al partido (22-23). Miami Heat no podía hincarle el diente a la momentánea defensa zonal de los Mavericks y los tiros a media y larga distancia empezaron a no entrar. Los de Texas seguían a lo suyo e incluso un triple de Stevenson dejaba la ventaja para los Mavericks en 8 puntos (24-32) a falta de pocos segundos para el final del primer parcial. Otro tiro desde más allá de la línea de 7,20 convertido por Miami Heat casi sobre la bocina dejó la diferencia al final de los primeros 12 minutos en 5 puntos (27-32). El parcial en la recta final había sido de 7-21 a favor de Dallas Mavericks.

Si fulgurante fue el final del primer cuarto para los tejanos, en el inicio del segundo cuarto no bajaron el ritmo y gracias a un Stevenson enchufadísimo desde la línea de 7,20 y a la dirección de Barea los de Rick Carlisle estiraron la ventaja hasta los 12 puntos (28-40) en los primeros minutos del segundo cuarto. Y en ese momento crítico para Miami Heat (coincidiendo con la mayor ventaja que habían tenido los Mavericks en toda la final) aparecieron los protagonistas más insospechados par acudir al rescate de los de Spoelstra. Eddie House y Mario Chalmers lideraron un alucinante parcial de 14-0 para darle la vuelta una vez más al marcador y situarlo en 42-40. Ambos equipos parecían empeñados en dilapidar ventajas. Dirk Nowitzki estaba forzando demasiado con tiros poco claros mientras que Lebron James veía la remontada de sus compañeros desde el banquillo.

Tras tantas idas y venidas el partido se estabilizó y el ritmo anotador disminuyó drásticamente en los minutos previos al descanso. Ante el pésimo partido de Dirk (que llevaba la friolera de 1/12 en tiros de campo) era Jason Terry la principal arma ofensiva de unos Dallas Mavericks que se marcharon al descanso con una renta de 2 puntos (49-51). Miami Heat tenía serios problemas en su circulación de balón y con los tiros libres (9/14 al término de la primera parte).

Salió mejor Dallas Mavericks en la reanudación, con un Dirk Nowitzki más entonado en el tiro a canasta (2/4 en los primeros minutos) y Barea haciendo mucho daño en sus incursiones al aro. Gracias a eso y a las dudas de muchos jugadores de Miami Heat (especialmente Lebron James) en el tiro a media y larga distancia Dallas pudo estirar la ventaja hasta los 7 puntos (56-63). En esta ocasión los de Carlisle consiguieron mantener y ampliar su ventaja hasta el final del tercer cuarto gracias al buen hacer de Jason Terry tirando y Kidd distribuyendo en ataque, y a la contundencia y omnipresencia de Cardinal en defensa. Miami Heat seguía con su particular calvario en los tiros libres y finalizaba el tercer cuarto con una desventaja de 9 puntos (72-81).

En el último cuarto Dallas Mavericks administró de forma inteligente la renta de la que disfrutaba. Conforme se acercaba el final un equipo se veía campeón y jugaba como tal mientras sus adversarios titubeaban y se desmoronaban. El Big Three de Miami Heat lo intentó con corazón pero con una evidente carencia de juego colectivo y confianza mientras que por Dallas Mavericks apareció el que siempre ha aparecido, Dirk Nowitzki, para fulminar las opciones de los de Florida y cerrar el partido por 95-105.

Con este triunfo Dallas Mavericks salda la cuenta pendiente de 2006 y destruye su imagen de franquicia perdedora y maldita. Al mismo tiempo, Dirk Nowitzki entra en el olimpo de los jugadores elegidos, en el selecto club de las leyendas de este deporte sin ese borrón que para muchos habría sido no ganar el anillo. Pocos segundos después de acabar el encuentro, el alemán se retiró al vestuario visiblemente emocionado tras muchos años de padecimientos y sacrificios. Ya ha obtenido su merecida y justa recompensa.

Y junto con el espigado rubio, ilustres veteranos como Kidd (que había perdido dos finales con los Nets), Terry o Marion también lograban su ansiado anillo y ponían el colofón a unas trayectorias sobresalientes.

Por su parte, el ambicioso proyecto de Miami Heat cerraba su primera temporada con amargura. Máximos favoritos en el inicio de la serie, los de Spoelstra fueron perdiendo confianza y moral con el paso de los partidos y acabaron completamente a merced de un equipo más veterano, más compacto y con más química entre sus miembros. Mucho se va a hablar en lo sucesivo del papel de Lebron James en estas finales. El de Ohio tendrá que esperar para ganar su primer anillo y demostrar que en los momentos decisivos es un jugador a la altura de su relevancia mediática. Hasta el momento, tanto en Cleveland como en Miami, no lo ha demostrado.

En cualquier caso Miami Heat es todavía un equipo en construcción en todos los sentidos y la temporada que viene volverán a ser una franquicia temible en el camino hacia el anillo. Pero esa es otra historia completamente diferente.

Dallas Mavericks, nuevo campeón de la NBA (95-105)

Primer título para la franquicia de Texas.
Miguel Terroso
lunes, 13 de junio de 2011, 04:18 h (CET)
Los Dallas Mavericks cerraron la final de la NBA en la primera de las dos oportunidades que tenían para ello y lograron el ansiado anillo que ya se les escapara hace 5 años precisamente ante su rival en estas series, los Miami Heat. En el duelo de dos estilos antagónicos acabó ganando la cohesión y un concepto de baloncesto más tradicional frente al músculo y la potencia de los de Florida.

Ficha técnica
95- Miami Heat: Chalmers (18), Wade (17), James (21), Bosh (19), Anthony (-) -cinco inicial--; Haslem (11), Howard (-), Miller (-) y House (9).

105- Dallas Mavericks: Barea (15), Kidd (9), Marion (12), Nowitzki (21), Chandler (5) --cinco inicial--; Mahinmi (4), Terry (27), Stevenson (9) y Cardinal (3).

Parciales: 27-32, 24-21, 21-28 y 23-24

Árbitros: Javie, Foster y Stafford. (2).

Incidencias: 20003 espectadores en el American Airlines Arena de Miami.

Datos destacables
Lo mejor: Dirk Nowitzki
Con este ansiado y largamente buscado triunfo de su franquicia el alemán entra en el Olimpo de los más grandes de la historia del baloncesto.

Lo peor: El carácter de Miami Heat
Los de Spoelstra se han diluido a lo largo de los 6 partidos de la final con una carencia de fiabilidad en los momentos decisivos que ha acabado por privarles de un anillo para el que eran claros favoritos antes de empezar la serie.

El dato: 20/33 en tiros libres de Miami Heat.
El fallo en la línea de tiro libre ha sido una rémora generalizada de Miami Heat a lo largo del partido y de la serie.
A pesar del extraordinario nivel mostrado por Dallas Mavericks a lo largo los play-off, en los que han crecido en todos los aspectos, casi nadie daba por candidato al título a la franquicia de Mark Cuban al inicio de las postemporada. No eran pocos los que decían que caerían en primera ronda frente a Portland Trail Blazers, y de hecho fue ese cruce el que más problemas ocasionó al grupo dirigido magistralmente por un Rick Carlisle que ha superado claramente a Spoelstra, apostando por una rotación larga y por jugadores poco habituales que han dado un rendimiento sensacional.

Tras las severas críticas recibidas tras el quinto partido de la serie, en el inicio del partido se vio al mejor Lebron James de la serie. 9 puntos en los 4 primeros minutos permitieron a Miami Heat liderar el marcador en esos primeros instantes. Por parte de los Mavericks era Barea la principal referencia ofensiva gracias a su explosividad en el 1x1. A falta de 7:45 para el final del primer cuarto, el resultado era de 14-10 para los de Florida. Dirk Nowitzki, protagonista en las horas previas del partido por el polémico vídeo protagonizado por Wade y James, empezó muy frío, poco participativo en ataque y fallando sus tiros a canasta.

En el ecuador del primer cuarto Chris Bosh se sumó a la fiesta anotadora de los suyos y además provocaba dos faltas personales de Nowitzki que mandaban al alemán al banquillo. Eran malas noticias para unos Mavericks que estaban 9 puntos abajo (20-11) y cuyos parciales cuando Dirk no estaba en pista solían ser muy negativos. Afortunadamente para la franquicia de Texas, la salida de Terry desde el banquillo fue fulgurante y con 5 puntos consecutivos y un triple de Cardinal daban la vuelta al partido (22-23). Miami Heat no podía hincarle el diente a la momentánea defensa zonal de los Mavericks y los tiros a media y larga distancia empezaron a no entrar. Los de Texas seguían a lo suyo e incluso un triple de Stevenson dejaba la ventaja para los Mavericks en 8 puntos (24-32) a falta de pocos segundos para el final del primer parcial. Otro tiro desde más allá de la línea de 7,20 convertido por Miami Heat casi sobre la bocina dejó la diferencia al final de los primeros 12 minutos en 5 puntos (27-32). El parcial en la recta final había sido de 7-21 a favor de Dallas Mavericks.

Si fulgurante fue el final del primer cuarto para los tejanos, en el inicio del segundo cuarto no bajaron el ritmo y gracias a un Stevenson enchufadísimo desde la línea de 7,20 y a la dirección de Barea los de Rick Carlisle estiraron la ventaja hasta los 12 puntos (28-40) en los primeros minutos del segundo cuarto. Y en ese momento crítico para Miami Heat (coincidiendo con la mayor ventaja que habían tenido los Mavericks en toda la final) aparecieron los protagonistas más insospechados par acudir al rescate de los de Spoelstra. Eddie House y Mario Chalmers lideraron un alucinante parcial de 14-0 para darle la vuelta una vez más al marcador y situarlo en 42-40. Ambos equipos parecían empeñados en dilapidar ventajas. Dirk Nowitzki estaba forzando demasiado con tiros poco claros mientras que Lebron James veía la remontada de sus compañeros desde el banquillo.

Tras tantas idas y venidas el partido se estabilizó y el ritmo anotador disminuyó drásticamente en los minutos previos al descanso. Ante el pésimo partido de Dirk (que llevaba la friolera de 1/12 en tiros de campo) era Jason Terry la principal arma ofensiva de unos Dallas Mavericks que se marcharon al descanso con una renta de 2 puntos (49-51). Miami Heat tenía serios problemas en su circulación de balón y con los tiros libres (9/14 al término de la primera parte).

Salió mejor Dallas Mavericks en la reanudación, con un Dirk Nowitzki más entonado en el tiro a canasta (2/4 en los primeros minutos) y Barea haciendo mucho daño en sus incursiones al aro. Gracias a eso y a las dudas de muchos jugadores de Miami Heat (especialmente Lebron James) en el tiro a media y larga distancia Dallas pudo estirar la ventaja hasta los 7 puntos (56-63). En esta ocasión los de Carlisle consiguieron mantener y ampliar su ventaja hasta el final del tercer cuarto gracias al buen hacer de Jason Terry tirando y Kidd distribuyendo en ataque, y a la contundencia y omnipresencia de Cardinal en defensa. Miami Heat seguía con su particular calvario en los tiros libres y finalizaba el tercer cuarto con una desventaja de 9 puntos (72-81).

En el último cuarto Dallas Mavericks administró de forma inteligente la renta de la que disfrutaba. Conforme se acercaba el final un equipo se veía campeón y jugaba como tal mientras sus adversarios titubeaban y se desmoronaban. El Big Three de Miami Heat lo intentó con corazón pero con una evidente carencia de juego colectivo y confianza mientras que por Dallas Mavericks apareció el que siempre ha aparecido, Dirk Nowitzki, para fulminar las opciones de los de Florida y cerrar el partido por 95-105.

Con este triunfo Dallas Mavericks salda la cuenta pendiente de 2006 y destruye su imagen de franquicia perdedora y maldita. Al mismo tiempo, Dirk Nowitzki entra en el olimpo de los jugadores elegidos, en el selecto club de las leyendas de este deporte sin ese borrón que para muchos habría sido no ganar el anillo. Pocos segundos después de acabar el encuentro, el alemán se retiró al vestuario visiblemente emocionado tras muchos años de padecimientos y sacrificios. Ya ha obtenido su merecida y justa recompensa.

Y junto con el espigado rubio, ilustres veteranos como Kidd (que había perdido dos finales con los Nets), Terry o Marion también lograban su ansiado anillo y ponían el colofón a unas trayectorias sobresalientes.

Por su parte, el ambicioso proyecto de Miami Heat cerraba su primera temporada con amargura. Máximos favoritos en el inicio de la serie, los de Spoelstra fueron perdiendo confianza y moral con el paso de los partidos y acabaron completamente a merced de un equipo más veterano, más compacto y con más química entre sus miembros. Mucho se va a hablar en lo sucesivo del papel de Lebron James en estas finales. El de Ohio tendrá que esperar para ganar su primer anillo y demostrar que en los momentos decisivos es un jugador a la altura de su relevancia mediática. Hasta el momento, tanto en Cleveland como en Miami, no lo ha demostrado.

En cualquier caso Miami Heat es todavía un equipo en construcción en todos los sentidos y la temporada que viene volverán a ser una franquicia temible en el camino hacia el anillo. Pero esa es otra historia completamente diferente.

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