En plena época estival, las noticias deportivas no van más allá de pretemporadas de los equipos de fútbol con sus infumables partidos amistosos o de los futuribles fichajes e intercambio de jugadores. Obviando el encuentro de la selección española contra Macedonia, dos nefastos acontecimientos han tomado protagonismo esta última semana. La peor sin lugar a dudas, la trágica muerte de un futbolista con mucho futuro, Dani Jarque, cuyo corazón dijo basta de forma repentina e inesperada mientras estaba en su habitación.

Afortunadamente la segunda mala noticia, la despedida de Rolando Uríos, sólo ha sido como jugador de balonmano, eso sí, dejando un legado al alcance de sólo unos pocos. Decimos sin ninguna exageración, que el mejor pivote del mundo ha colgado la camiseta tras dos años insufribles por sus lesiones de rodilla y espalda. De este modo, este deporte se ha quedado huérfano, ya que probablemente junto al sueco Wislander, al serbio Skrbic, o al ruso Torgovanov, hablamos de los mejores jugadores de la historia en esta posición.

Es una lástima que Uríos haya tenido que decir adiós de esta manera tan poco gratificante, pero el hispano cubano ya lo había demostrado y ganado todo, fundamentalmente con el Ciudad Real, su segunda ciudad tras su natal Bayamo. Además de retirar y colgar el club manchego el dorsal 17 en el Quijote Arena, como ya sucedió con el 10 de Talant Dujshebaev, Rolando se merece un homenaje por todo lo grande, del mismo modo que lo ha tenido otro grande de este deporte, el sueco Lövgren. Será cuestión de tiempo que algunos de los mejores jugadores se junten para darle una despedida como Uríos debe tener.

¿Quién va a olvidar sus increíbles acciones en la línea de los seis metros? Su efectividad, movimientos y sacrificio por el equipo entran como obligatorio en las lecciones para los pivotes del presente y del futuro. Y es que el ‘desatascador’, apodo que le puso otro histórico de este deporte, el comentarista Luis Miguel López, era capaz de coger el balón con una mano a pesar de que el pase no fuese el mejor. Y si raramente no lograba el gol, sacaba unos valiosos 7 metros o alguna exclusión del rival. El equipo no jugaba para él, él hacía jugar al equipo en el aspecto ofensivo. Sus brillantes actuaciones estarán siempre en el recuerdo de los amantes del balonmano. Daba igual que tuviese un adversario colgado de la ‘chepa’, ya que la potencia que atesoraba era capaz de girarse y lanzar a portería. ¿Se acuerdan del Uríos… adentro?

Además, no sólo sobresalía por su calidad. A bote pronto, no recuerdo una acción a mala fe que haya cometido Uríos, a pesar de sufrir innumerables tropelías por parte de los defensores. Así que su juego limpio también debe añadirse a sus increíbles cualidades individuales. Los que le conocen, dicen que es aún mejor persona que jugador, por algo será… No cabe dudas, que gracias a su ayuda, el Ciudad Real y la selección española han podido conquistar títulos como las diferentes Champions League, Recopas o Ligas, o el Mundial de Túnez de 2005 y la plata del Europeo de Suiza del siguiente año.

La despedida de Rolando se une a la de otros ilustres jugadores cubanos de balonmano. ¡Vaya generación que formaron el fallecido Vladimir Rivero, un ‘paralotodo’ que murió desgraciadamente del mismo modo que Jarque, el ‘cañonero’ Julio Fis, el ‘jugón’ Carlos Reinaldo Pérez o el ‘incansable’ Ivo Díaz! Salieron de Cuba ya hace unos cuantos años rumbo a Hungría, Francia o España para deleitar a los aficionados a este deporte con su excelente calidad, dejando su tierra y sus familias para tener un futuro prometedor. Esperemos que salga otro elenco de deportistas de la isla caribeña como el mencionado.