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Entrevista a Matilde Asensi

"Los lectores me han llevado a escribir ‘El regreso del Catón’"

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Matilde Asensi (Alicante, 1962) es una escritora con más de veinte millones de lectores en todo el mundo. En 1999 publicó su primera novela. ‘El salón de Ámbar’ y un año después con ‘Iacobus’ comenzó a conquistar un público propio. Pero fue en 2001, tras la publicación de ‘El último Catón’, cuando le llegó el gran éxito y el reconocimiento internacional. A estos libros iniciales les han seguido ‘El origen perdido’, ‘Todo bajo el Cielo’, ‘Tierra firme’, ‘Venganza en Sevilla’ y ‘La conjura de Cortés’, los tres últimos títulos unidos más tarde en un solo volumen llamado ‘Trilogía Martín Ojo de Plata’.

Cuando concerté la cita para entrevistar a Matilde Asensi, la escritora alicantina leída por varios millones de lectores en todo el mundo, gracias a sus novelas traducidas a quince idiomas, no pensé que la conversación discurriría del modo en que lo hizo. En su anterior visita a Valencia, allá por 2012, la charla se desarrolló con prisa, motivada por la inminente firma de ejemplares comprometida con un conocido centro comercial. En esta ocasión también había sesión de autógrafos dedicados, pero todo discurrió con más calma, en una sala privada del Hotel Astoria, con un cómodo sofá de por medio, mucho silencio para facilitar la grabación de sus respuestas y un ejemplar de mayúsculas proporciones de ‘El regreso del Catón’, su nueva novela, presidiendo la escena. Hablamos del libro, claro, pero también de cuestiones que envuelven el mundillo literario y su proceso creativo. ‘El regreso del Catón’, editada por Planeta, es la secuela de ‘El último Catón’, sin duda su título de mayor éxito a juzgar por el número de ventas. Atrás quedaron los tiempos en los que Matilde peleaba porque alguna editorial adquiriese los derechos para publicar ‘El salón de Ámbar’ o ‘Iacobus’, dos pruebas más de lo mucho que puede y sabe contar Matilde Asensi.

‘El último Catón’ supuso una vuelta de tuerca decisiva en la carrera literaria de Matilde Asensi, fue el libro que le hizo escritora. «Con ‘El último Catón’ compré mi libertad y me dediqué solo a escribir, a tiempo completo. Durante estos años me he convertido, supongo, en escritora, porque entonces era una autora muy novatilla. De la noche a la mañana, una persona no puede pasar de redactar noticias bajo un esquema fijo, sujeto, verbo y predicado, a tener un estilo literario depurado, porque esto requiere un proceso largo. Ahora soy una mujer más mayor y con canas, pero que se siente muy joven por dentro». Regresar después de catorce años al Catón, como ella lo llama, no era una idea que estuviera presente en sus proyectos más inmediatos. «He escrito muchas novelas, todas muy diferentes, y volver al Catón se ha debido a la insistencia de los lectores que me lo han solicitado hasta el agotamiento, hasta más allá incluso. Cuando acabé la promoción de la anterior obra, leí los resultados de mis redes sociales y me sorprendió ver a miles de personas pidiéndome una segunda parte. Desde luego era mi libro más vendido y traducido, pero habían transcurrido once años y seguían queriendo una segunda parte. Y la verdad es que no lo entendía». Sin embargo, la constancia de sus seguidores, unida a la desagradable coyuntura que vivía nuestro país, le hizo cambiar de opinión. «Tanto fue el cántaro a la fuente que en 2012, el año que en este país se pasó tan mal porque no sabíamos si nos rescataban o no, me detuve a pensar qué podía hacer yo, como escritora, para mejorar la situación. Lo único que se me ocurrió fue escribir un libro ya que mis lectores me dicen siempre que, después de leer mis novelas, se sienten muy felices». Precisamente por ello, la escritora alicantina se impuso una condición que respetaría a lo largo de la escritura: «El humor debía de estar muy presente en la novela para combatir los momentos tan terribles que vivíamos».

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Ottavia, Farag y Kaspar, protagonistas de ‘El último Catón’ y también de ‘El regreso del Catón’, han estado dormidos durante muchos años. Matilde Asensi se ríe cuando le pregunto si alguno de ellos, al «resucitarlo», no le ha pedido explicaciones por tanto retraso o tanto olvido. «¡Cómo se van a quejar si son personajes! Además son míos y hago con ellos lo que quiero». Persiste la risa y le insisto en este aspecto, porque las relaciones entre autores y personajes en ocasiones son muy complejas. «Déjate, déjate… - responde - Cuando decidí probar, cogí la primera novela, la leí de nuevo, porque desde entonces no la había vuelto a mirar, y para mi sorpresa observé que el libro resultaba agradable. Me di cuenta de que la voz de Ottavia me encantaba y que me resultaría muy fácil recuperarla y darle vida otra vez, igual que a Farag y a Kaspar. Por tanto, el primer paso para este segundo libro ya estaba dado. A partir de ahí me puse a investigar temas que me pudieran interesar y, tras dos años de documentación, al escribirla comprobé que me reía mucho y pensé que, si yo me reía, los lectores también lo harían».

La figura de la madre está muy presente en Ottavia Salina. En alguna entrevista, Matilde Asensi ha manifestado que ella es escritora porque su madre quería que lo fuese. Parece evidente que entre ambas hay nexos en común. «No tanto. Para empezar la madre de la pobre Ottavia se muere y la mía, aunque no tenga la cabeza como antes, sigue viva y coleando. Pero es cierto que a Ottavia le he transmitido mi sentido del humor, que es algo que me define mucho. En su boca he puesto muchas de las barbaridades que se me ocurren en la vida diaria. Y también es verdad que mi madre me transmitió su ilusión por escribir, ya que ella no pudo hacerlo, porque le correspondió vivir los cuarenta años de la Dictadura y a mi abuelo, que fue periodista, no le parecía bien». O sea que en Matilde Asensi, de alguna manera confluyen las aspiraciones familiares más inmediatas. «Sí, he sido periodista, como mi abuelo, y escritora, como hubiera querido ser mi madre. En mi interior una voz me dice que quizá yo no hubiera podido ser otra cosa, porque la figura de una madre es muy manipuladora y te define como persona».

20101511Resulta innegable el interés que existe en la escritora alicantina por la Historia. Quizá en algún rincón de su persona se esconde una insospechada vocación de historiadora, que asoma en sus novelas. «Es posible. Cuando mi madre viene a mi casa, me pide que le conecte el Canal de Historia de la Televisión. Al principio no le di importancia, pero luego vi que es un hecho que se repite continuamente. Por otro lado, un sobrino mío estudió Historia, a pesar de la oposición familiar porque es una carrera sin demasiadas salidas. Si ato cabos, detecto que existe una línea familiar, abuela-tía-sobrino, a la que la Historia nos gusta y nos llama».

Algunos escritores parecen conocer la fórmula para agradar al público, autores que siempre están seguros de acertar. «Cinco días antes de que se publicase esta novela, yo no tenía ninguna seguridad de que fuera a gustar. Quería huir del país, esconderme debajo de la cama… Cada vez que publico un libro nuevo paso unos miedos terribles. Me preocupa mucho lo que opinan de mis novelas. Si yo percibo que mis libros realmente gustan, estoy tranquila, pero si no lo percibo o creo que piensan que la novela es una porquería, me hundo en la miseria. Escribo para que me lean y en este y en mis anteriores libros he introducido un montón de pensamientos, de ideas y de experiencias vitales que traslado del cerebro a las manos y de estas al libro. Eso es lo que yo necesito que lea la gente». Los finales también inquietan a los escritores, porque en cierta manera definen el texto. «Trabajo los finales insistentemente, porque me preocupan mucho desde el principio y quiero tenerlos claros pronto. No busco finales excesivamente largos, pero sí que sean consistentes, que sorprendan. En ‘El regreso del Catón’ el final está muy currado, no tanto en extensión como en cerrar todas las tramas que he ido abriendo a lo largo de la narración».

Llama la atención que Matilde Asensi no se presenta a concursos literarios. Precisamente, ella publica en la Editorial Planeta, la más grande de España y la que convoca el premio más importante. «No me presentaré nunca al Planeta ni a ningún otro premio, no entra en mis planes. Y no creo que lo haga en un futuro próximo, porque tampoco forma parte de mi modo de pensar. Como caja de resonancia un premio es algo fabuloso, pero yo solo quiero tener los lectores que me gano con mis novelas, no los que me pueda proporcionar el marketing».

La conversación tenía que concluir. La cerramos con otro asunto que siempre ha revoloteado alrededor de la autora alicantina: el cine. Parece que sus novelas no se llevan a la pequeña, o a la gran pantalla, porque no le gustan las propuestas que le presentan. «Bueno, relajémonos. De momento no he recibido ofertas de ninguna productora. Podría admitir que tengo alguna culpa en este asunto e incluso podría rebajar mi nivel de exigencia, porque entiendo que hay que cambiar algunas cosas para llevar una novela al cine, pero es que la crisis lo ha dejado todo como un solar. En España solo quedan ahora mismo tres productoras y es complicado que surja algo interesante, así que la responsabilidad no es solo mía».

"Los lectores me han llevado a escribir ‘El regreso del Catón’"

Entrevista a Matilde Asensi
Herme Cerezo
martes, 20 de octubre de 2015, 17:25 h (CET)



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Matilde Asensi (Alicante, 1962) es una escritora con más de veinte millones de lectores en todo el mundo. En 1999 publicó su primera novela. ‘El salón de Ámbar’ y un año después con ‘Iacobus’ comenzó a conquistar un público propio. Pero fue en 2001, tras la publicación de ‘El último Catón’, cuando le llegó el gran éxito y el reconocimiento internacional. A estos libros iniciales les han seguido ‘El origen perdido’, ‘Todo bajo el Cielo’, ‘Tierra firme’, ‘Venganza en Sevilla’ y ‘La conjura de Cortés’, los tres últimos títulos unidos más tarde en un solo volumen llamado ‘Trilogía Martín Ojo de Plata’.

Cuando concerté la cita para entrevistar a Matilde Asensi, la escritora alicantina leída por varios millones de lectores en todo el mundo, gracias a sus novelas traducidas a quince idiomas, no pensé que la conversación discurriría del modo en que lo hizo. En su anterior visita a Valencia, allá por 2012, la charla se desarrolló con prisa, motivada por la inminente firma de ejemplares comprometida con un conocido centro comercial. En esta ocasión también había sesión de autógrafos dedicados, pero todo discurrió con más calma, en una sala privada del Hotel Astoria, con un cómodo sofá de por medio, mucho silencio para facilitar la grabación de sus respuestas y un ejemplar de mayúsculas proporciones de ‘El regreso del Catón’, su nueva novela, presidiendo la escena. Hablamos del libro, claro, pero también de cuestiones que envuelven el mundillo literario y su proceso creativo. ‘El regreso del Catón’, editada por Planeta, es la secuela de ‘El último Catón’, sin duda su título de mayor éxito a juzgar por el número de ventas. Atrás quedaron los tiempos en los que Matilde peleaba porque alguna editorial adquiriese los derechos para publicar ‘El salón de Ámbar’ o ‘Iacobus’, dos pruebas más de lo mucho que puede y sabe contar Matilde Asensi.

‘El último Catón’ supuso una vuelta de tuerca decisiva en la carrera literaria de Matilde Asensi, fue el libro que le hizo escritora. «Con ‘El último Catón’ compré mi libertad y me dediqué solo a escribir, a tiempo completo. Durante estos años me he convertido, supongo, en escritora, porque entonces era una autora muy novatilla. De la noche a la mañana, una persona no puede pasar de redactar noticias bajo un esquema fijo, sujeto, verbo y predicado, a tener un estilo literario depurado, porque esto requiere un proceso largo. Ahora soy una mujer más mayor y con canas, pero que se siente muy joven por dentro». Regresar después de catorce años al Catón, como ella lo llama, no era una idea que estuviera presente en sus proyectos más inmediatos. «He escrito muchas novelas, todas muy diferentes, y volver al Catón se ha debido a la insistencia de los lectores que me lo han solicitado hasta el agotamiento, hasta más allá incluso. Cuando acabé la promoción de la anterior obra, leí los resultados de mis redes sociales y me sorprendió ver a miles de personas pidiéndome una segunda parte. Desde luego era mi libro más vendido y traducido, pero habían transcurrido once años y seguían queriendo una segunda parte. Y la verdad es que no lo entendía». Sin embargo, la constancia de sus seguidores, unida a la desagradable coyuntura que vivía nuestro país, le hizo cambiar de opinión. «Tanto fue el cántaro a la fuente que en 2012, el año que en este país se pasó tan mal porque no sabíamos si nos rescataban o no, me detuve a pensar qué podía hacer yo, como escritora, para mejorar la situación. Lo único que se me ocurrió fue escribir un libro ya que mis lectores me dicen siempre que, después de leer mis novelas, se sienten muy felices». Precisamente por ello, la escritora alicantina se impuso una condición que respetaría a lo largo de la escritura: «El humor debía de estar muy presente en la novela para combatir los momentos tan terribles que vivíamos».

20101512

Ottavia, Farag y Kaspar, protagonistas de ‘El último Catón’ y también de ‘El regreso del Catón’, han estado dormidos durante muchos años. Matilde Asensi se ríe cuando le pregunto si alguno de ellos, al «resucitarlo», no le ha pedido explicaciones por tanto retraso o tanto olvido. «¡Cómo se van a quejar si son personajes! Además son míos y hago con ellos lo que quiero». Persiste la risa y le insisto en este aspecto, porque las relaciones entre autores y personajes en ocasiones son muy complejas. «Déjate, déjate… - responde - Cuando decidí probar, cogí la primera novela, la leí de nuevo, porque desde entonces no la había vuelto a mirar, y para mi sorpresa observé que el libro resultaba agradable. Me di cuenta de que la voz de Ottavia me encantaba y que me resultaría muy fácil recuperarla y darle vida otra vez, igual que a Farag y a Kaspar. Por tanto, el primer paso para este segundo libro ya estaba dado. A partir de ahí me puse a investigar temas que me pudieran interesar y, tras dos años de documentación, al escribirla comprobé que me reía mucho y pensé que, si yo me reía, los lectores también lo harían».

La figura de la madre está muy presente en Ottavia Salina. En alguna entrevista, Matilde Asensi ha manifestado que ella es escritora porque su madre quería que lo fuese. Parece evidente que entre ambas hay nexos en común. «No tanto. Para empezar la madre de la pobre Ottavia se muere y la mía, aunque no tenga la cabeza como antes, sigue viva y coleando. Pero es cierto que a Ottavia le he transmitido mi sentido del humor, que es algo que me define mucho. En su boca he puesto muchas de las barbaridades que se me ocurren en la vida diaria. Y también es verdad que mi madre me transmitió su ilusión por escribir, ya que ella no pudo hacerlo, porque le correspondió vivir los cuarenta años de la Dictadura y a mi abuelo, que fue periodista, no le parecía bien». O sea que en Matilde Asensi, de alguna manera confluyen las aspiraciones familiares más inmediatas. «Sí, he sido periodista, como mi abuelo, y escritora, como hubiera querido ser mi madre. En mi interior una voz me dice que quizá yo no hubiera podido ser otra cosa, porque la figura de una madre es muy manipuladora y te define como persona».

20101511Resulta innegable el interés que existe en la escritora alicantina por la Historia. Quizá en algún rincón de su persona se esconde una insospechada vocación de historiadora, que asoma en sus novelas. «Es posible. Cuando mi madre viene a mi casa, me pide que le conecte el Canal de Historia de la Televisión. Al principio no le di importancia, pero luego vi que es un hecho que se repite continuamente. Por otro lado, un sobrino mío estudió Historia, a pesar de la oposición familiar porque es una carrera sin demasiadas salidas. Si ato cabos, detecto que existe una línea familiar, abuela-tía-sobrino, a la que la Historia nos gusta y nos llama».

Algunos escritores parecen conocer la fórmula para agradar al público, autores que siempre están seguros de acertar. «Cinco días antes de que se publicase esta novela, yo no tenía ninguna seguridad de que fuera a gustar. Quería huir del país, esconderme debajo de la cama… Cada vez que publico un libro nuevo paso unos miedos terribles. Me preocupa mucho lo que opinan de mis novelas. Si yo percibo que mis libros realmente gustan, estoy tranquila, pero si no lo percibo o creo que piensan que la novela es una porquería, me hundo en la miseria. Escribo para que me lean y en este y en mis anteriores libros he introducido un montón de pensamientos, de ideas y de experiencias vitales que traslado del cerebro a las manos y de estas al libro. Eso es lo que yo necesito que lea la gente». Los finales también inquietan a los escritores, porque en cierta manera definen el texto. «Trabajo los finales insistentemente, porque me preocupan mucho desde el principio y quiero tenerlos claros pronto. No busco finales excesivamente largos, pero sí que sean consistentes, que sorprendan. En ‘El regreso del Catón’ el final está muy currado, no tanto en extensión como en cerrar todas las tramas que he ido abriendo a lo largo de la narración».

Llama la atención que Matilde Asensi no se presenta a concursos literarios. Precisamente, ella publica en la Editorial Planeta, la más grande de España y la que convoca el premio más importante. «No me presentaré nunca al Planeta ni a ningún otro premio, no entra en mis planes. Y no creo que lo haga en un futuro próximo, porque tampoco forma parte de mi modo de pensar. Como caja de resonancia un premio es algo fabuloso, pero yo solo quiero tener los lectores que me gano con mis novelas, no los que me pueda proporcionar el marketing».

La conversación tenía que concluir. La cerramos con otro asunto que siempre ha revoloteado alrededor de la autora alicantina: el cine. Parece que sus novelas no se llevan a la pequeña, o a la gran pantalla, porque no le gustan las propuestas que le presentan. «Bueno, relajémonos. De momento no he recibido ofertas de ninguna productora. Podría admitir que tengo alguna culpa en este asunto e incluso podría rebajar mi nivel de exigencia, porque entiendo que hay que cambiar algunas cosas para llevar una novela al cine, pero es que la crisis lo ha dejado todo como un solar. En España solo quedan ahora mismo tres productoras y es complicado que surja algo interesante, así que la responsabilidad no es solo mía».

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Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).

 
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