Precisamente en el momento que menos mal estaba el Madrid, sin contratiempos y con las aguas bastante calmadas después de la última victoria contra el Nástic, aparece la figura de un polémico jugador, tan conocido en Italia por su calidad, como por sus diferentes altercados, y es que al italiano le pierden los nervios muchas veces. Demasiado tiempo sin que Antonio protagonizara otro triste capítulo, precisamente, con un entrenador que conocía de sobra y que no tiene intención de perdonarlo en mucho tiempo, a Capello no le hace ninguna gracia las rabietas y los lloros. La falta de minutos, sumado a la excelente participación de jugadores teóricamente suplentes para el técnico, como el caso de Robinho, restan el poco tiempo que puede disponer un suplente para demostrar su valía sobre el terreno de juego.
La explosión o falta de disciplina de Cassano, pone de manifiesto el malestar del jugador en el equipo y su escaso protagonismo, que con la recuperación de Ronaldo, lo tiene bastante crudo para tener minutos en el equipo de Capello. El técnico no se casa con nadie y un puesto para tantos delanteros es una papeleta difícil para el técnico y para los propios jugadores, la temporada es larga, pero la paciencia no suele ser un aliado de garantías para jugadores profesionales, y si es el caso del Real Madrid, la paciencia suele brillar por su ausencia. ¿Seguirá Capello con su mano dura característica o cederá a la pataleta de su delantero?
Otro acto bastante desagradable, lo protagoniza el jugador del Valencia, Miguel. Insultar al árbitro después del partido es una práctica habitual en nuestro país, vicio que hay que erradicar y castigar duramente. Las lesiones están acabando con el Valencia, poco a poco, y la última joya del lateral, seguro que no ha gustado a Quique. Al portugués le esperan dos partidos seguros, y algún tipo de multa por parte de su club, económica en todo caso, porque de castigarlo con partidos, Carboni tendría que bajar de la grada para apuntillar la defensa.
Precisamente el lateral luso, es uno de los jugadores pillados en la noche valenciana y que recibieron la primera bronca del técnico de la temporada, no se dieron los nombres de los trasnochadores, y aunque Valencia es una ciudad grande, todo el mundo conoce a todo el mundo. El poco ‘feeling’, técnico-jugador, abriría las puertas a un interés del Real Madrid, y el aficionado no perdonaría un cambio de aires tan brusco, que le pregunten a Mijatovic si le fue fácil andar por Valencia cuando la gente te enteró que fichaba por el equipo merengue.