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La edición del Primavera Sound 2013 quedó marcada por un temporal poco favorable para sus asistentes. A la brisa marinera típica de todos los años que se podía combatir con una chaqueta de entretiempo se le sumaba una notable bajada de las temperaturas con la que echabas de menos más complementos. La broma de bautizar esta edición como Invierno Sound, se escuchó en varias ocasiones entre el público que, por cierto, cumplió cifra récord en asistencia en mareas de gente en continuo movimiento.
El jueves varios nombres a los que me moría de ganas por ver: Death Grips, Tame Impala, Fuck Buttons y Killer Mike. Como veis, mi quiniela se decantaba por la electrónica y el hip-hop, aunque había otros que también me picaba la curiosidad como The Postal Service, Phoenix y Jessie Ware. Los vi a costa de unas fuertes agujetas al día siguiente y paseos continuos por lo que yo llamo “las cañas”, ese gran pasillo que cruza de una parte a otra llena de recovecos y Poly Klyn. Lo que sí que tenía claro era que terminaría con John Talabot.
Death Grips y Fuck Buttons fueron un chorro de energía que me hizo vibrar por dentro y por fuera, me temblaban las pestañas con sus corpulentos bajos. Pero creo que ése fue el problema, se excedieron: incluso una potencia tan grande expuesta de manera lineal, puede aburrir. Bailé y me desahogué como en la mejor de las terapias, pero no sentí la emoción del directo que esperaba y que noté con Killer Mike, rapero estadounidense. Su directo consiste en él y su dj, pero lo da todo: se bajó del escenario para cantar entre nosotros y exactamente, nos hizo sentir esa mímesis que tanto me gusta de artista-público. Impresionante la voz de Jessie Ware y Tame Impala con la psicódelica voz de Kevin Parker y su melena al viento al atardecer.
La magia llegó de la mano de James Blake que nos tocó el alma bajo la luna llena. Nos hizo olvidar las multitudes y consiguió crear en un escenario enorme, algo íntimo. Bailamos con Glass Candy y flipé con The Knife. Estuve esperando desde pronto para ver de cerca lo que esperaba un concierto para recordar y vaya si no lo olvidaré. Pasó lo que me temía: no cantaron ni Heartbeats, ni Silent Shout, ni We share our mother's health y nos dedicaron un play back acompañado de coreografías dignas de un circo de pueblo con pijamas de lentejuelas. Sé que muchos no pensáis así, pero para mí, The Knife fue la mayor decepción del festival. Menos mal que Daphni me hizo bailar hasta el final y quemé la mala leche que se me había puesto.
El sábado era un día prometedor. El cartel contaba con grandes figuras para esa jornada: Nick Cave & The Bad Seeds, Crystal Castles, Los Planetas y Wu-Tang Clan no paraban de ser nombrados como favoritos. Una de las cosas que me gustan de Nick Cave es que no hace falta que te sepas sus canciones, emociona con verlo. Se volcó (literalmente) con el público y nos dejó boquiabiertos al enorme escenario Heineken. Ya lo había visto con Grinderman y estaba convencida: siempre es una apuesta segura. Nerviosita estaba por ver a unos grandes: Wu-Tang Clan que actuaban en un escenario y a una hora perfecta. Su dominio se hizo latente en un potente directo en el que era imposible menear el culo. Los pogos que se formaron en el centro del concierto supusieron una fuga de energía.
Al terminar, la oleada de gente que íbamos hacia fuera todavía bailábamos como un resorte después de unos días intensos. Algunos estaban con ganas de más, posiblemente los que tenían entrada de un día. Los buenos recuerdos impregnaban las instalaciones del Fórum y nuestra alucinada mente aún tenía que regurgitar las múltiples sensaciones vividas durante este festival, que va hacia más cada año. El aterrizaje a la vida real es duro: por las calles no suenan canciones y no hay barras para refrescarte el camino.
La fecha de lanzamiento de 'Playlist', decimotercer disco de estudio de Revolver, se acerca. El 12 de abril se publicará este larga duración que, por primera vez, contendrá versiones de canciones que inspiran a Carlos Goñi y que ha querido llevarse a su terreno, rindiendo homenaje a aquellas piezas musicales imprescindibles en la banda sonora de su vida.
Hablar de Los Tigres del Norte es hablar de uno de los grupos más emblemáticos de México. Con 55 años de carrera a sus espaldas, han grabado más de 55 álbumes con más de 700 canciones, han vendido más de 30 millones de copias, han ganado 7 Premios Grammy y 7 Latin Grammy —sumando en total 29 nominaciones— y han sido reconocidos con 140 discos de platino, 135 de oro y uno de diamante. Ahora vuelven a España con una gira europea que tendrá cinco conciertos en nuestro país
Con la dulzura de un "te quiero" entrelazado en la palabra amor, la canción "Así Te Amo Yo," escrita por Pedro Alfonso Morales Ruiz, sumerge a quienes la escuchan en un mundo de afecto puro y sincero, en la cual, con versos manos sencillas se abre la puerta a la ternura. La música, también de Pedro Alfonso, también nos recuerda la belleza de expresar el amor de manera genuina y auténtica.
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