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La clave para que la épica remontada fuera posible fue la intensidad con la que los jugadores del Liverpool salieron al campo desde el momento del pitido inicial

El Liverpool logra la gesta y estará en la final del Wanda

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Hay partidos que quedan guardados en las retinas de los aficionados al fútbol, y el Liverpool-Barcelona de ayer es sin duda uno de ellos. La plantilla "red" y en el entrenador creyeron desde el primer momento en la posibilidad de darle la vuelta a la eliminatoria y así fue: un partido impoluto en todas las facetas del juego del conjunto británico y el ambiente de gran noche que lucía Anfield sirvieron para golear al Fútbol Club Barcelona por cuatro goles a cero.

La clave para que la gesta fuera posible fue la intensidad con la que los jugadores del Liverpool salieron al campo desde el momento del pitido inicial. La diferencia entre ambos equipos en esta faceta fue abismal y probablemente una de las factores que influyeron para que el resultado fuera tan abultado. Los culés pecaron de exceso de confianza y cuando trataron de intentar meterse en el partido, la losa del marcador y el ambiente fueron insuperables. Los de Ernesto Valverde se mostraron irreconocibles y salieron a especular con la renta que traían del Nou Camp que a priori era muy favorable, algo que en citas de tal magnitud en escenarios tan imponentes como Anfield se paga. 

El primer gol del delantero belga Origi en el minuto siete de partido les dio alas a los de Jurgen Klopp, que a pesar de que acabaron la primera parte con el uno a cero, se mostraban muy superiores al rival, generando constantemente ocasiones de peligro en la portería defendida por Ter Stegen, que evitó que el resultado fuera aún mayor. Llegó la segunda parte y cada minuto que pasaba, esa posibilidad remota de que el Liverpool pudiera darle la vuelta a la eliminatoria se veía más factible. Dos goles seguidos en los minutos 54 y 56, ambos del centrocampista holandés Wijnaldum, desataron la locura en el coliseo "red". El marcador reflejaba un tres a cero incontestable para los ingleses, que veían que todo el esfuerzo realizado durante el partido veía su recompensa.

El último gol fue el que mejor demostró la diferencia de ambición entre ambos conjuntos. El lateral inglés Alexander-Arnold sacó un córner aprovechando un descuido de la defensa azulgrana y Origi logró anotar el segundo en su cuenta particular y el cuatro a cero definitivo en el marcador. El Liverpool logró la gesta y estará en la final del Wanda Metropolitano. 

El Liverpool logra la gesta y estará en la final del Wanda

La clave para que la épica remontada fuera posible fue la intensidad con la que los jugadores del Liverpool salieron al campo desde el momento del pitido inicial
Nacho Moreno
miércoles, 8 de mayo de 2019, 16:32 h (CET)

Hay partidos que quedan guardados en las retinas de los aficionados al fútbol, y el Liverpool-Barcelona de ayer es sin duda uno de ellos. La plantilla "red" y en el entrenador creyeron desde el primer momento en la posibilidad de darle la vuelta a la eliminatoria y así fue: un partido impoluto en todas las facetas del juego del conjunto británico y el ambiente de gran noche que lucía Anfield sirvieron para golear al Fútbol Club Barcelona por cuatro goles a cero.

La clave para que la gesta fuera posible fue la intensidad con la que los jugadores del Liverpool salieron al campo desde el momento del pitido inicial. La diferencia entre ambos equipos en esta faceta fue abismal y probablemente una de las factores que influyeron para que el resultado fuera tan abultado. Los culés pecaron de exceso de confianza y cuando trataron de intentar meterse en el partido, la losa del marcador y el ambiente fueron insuperables. Los de Ernesto Valverde se mostraron irreconocibles y salieron a especular con la renta que traían del Nou Camp que a priori era muy favorable, algo que en citas de tal magnitud en escenarios tan imponentes como Anfield se paga. 

El primer gol del delantero belga Origi en el minuto siete de partido les dio alas a los de Jurgen Klopp, que a pesar de que acabaron la primera parte con el uno a cero, se mostraban muy superiores al rival, generando constantemente ocasiones de peligro en la portería defendida por Ter Stegen, que evitó que el resultado fuera aún mayor. Llegó la segunda parte y cada minuto que pasaba, esa posibilidad remota de que el Liverpool pudiera darle la vuelta a la eliminatoria se veía más factible. Dos goles seguidos en los minutos 54 y 56, ambos del centrocampista holandés Wijnaldum, desataron la locura en el coliseo "red". El marcador reflejaba un tres a cero incontestable para los ingleses, que veían que todo el esfuerzo realizado durante el partido veía su recompensa.

El último gol fue el que mejor demostró la diferencia de ambición entre ambos conjuntos. El lateral inglés Alexander-Arnold sacó un córner aprovechando un descuido de la defensa azulgrana y Origi logró anotar el segundo en su cuenta particular y el cuatro a cero definitivo en el marcador. El Liverpool logró la gesta y estará en la final del Wanda Metropolitano. 

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