Parece que esta semana, en la que por obra y gracia del calendario aprobado por la Federación en su día se agolpan tres jornadas en siete días, se pueden resolver buena parte de los interrogantes clasificatorios en la Liga.

Por una parte, el título de campeón, salvo hecatombe, debe decidirse ya. Al Barça tan sólo le faltan dos puntos, bien porque los saque él o bien porque no los saque el Valencia.

En la zona UEFA, Sevilla y Celta han abierto un boquete respecto a sus perseguidores, con el agravante de que los de Nervión cerrarán la Liga ante un Barcelona que podría acumular hasta trece bajas por mor de la convocatoria mundialista de las diversas selecciones. Incluso el Celta podría alcanzar a Osasuna, en zona de Champions, del que le separan dos puntos ahora mismo.

Y por abajo, otro agujero. El descenso parece haberse aclarado, a no ser que ganen el miércoles Alavés y Cádiz. Si no lo hacen, acompañarán al ya descendido Málaga a la División de Plata. Eso sí, si lo consiguieran los dos podrían incendiar la zona baja a falta de dos jornadas y prácticamente ninguno de los otros cinco implicados estaría seguro.

Curiosamente, una de las luchas que parecía decidida se reabrió el domingo con la victoria del Real Madrid, que deja a Osasuna, como decía antes, a tiro del Celta. Además queda la lucha por el único puesto de Intertoto disponible este año, con candidatos ilustres como Atlético y Villarreal e invitados "de colada" como el Getafe de Schuster.

Dicho todo lo cual, esperemos que para la última jornada quede algo interesante en juego, porque no hay nada peor que ver partidos sin tensión. Eso es lo bueno de esta Liga, que sólo hay dos equipos (Zaragoza y Málaga) que no se juegan nada. Y se agradece.