Mira que les gusta el protagonismo. Después de una temporada llena de errores arbitrales clamorosos, se decidió crear el día del árbitro con el fin de acordarse de estos jueces criticados por las masas. Una jornada de liga, donde volvieron a demostrar que no están a la altura del nivel exigido para este tipo de situaciones y que muchas veces pesa demasiado el silbato para los colegiados. No es una crítica sin más, sería torpe a la vez que injusta cebarse con personas que se equivocan como lo puedan hacer Ronaldo o Valdés. No basta con cargar contra el colectivo sin buscar una salida que beneficie a ambas partes, árbitros y equipos. La profesionalización del arbitraje tiene que ser uno de los puntos principales para acabar con este linchamiento de los medios hacia los árbitros cada semana, también excusa de muchos equipos que esconden sus carencias y deficiencias justificándolas en los errores arbitrales. De ahí que interese hablar durante toda la semana del tema, desviando la atención del verdadero protagonista, el fútbol.

La liga de las estrellas…extranjeras
Si alarmante es la situación de los árbitros, peor es la de los equipos. Tanta igualdad en la zona baja no es fruto de la competitividad de las plantillas, simplemente que la mediocridad en estos equipos cada vez es mayor partiendo la liga en dos extremos. Aunque lo peor es que los equipos se nutren de jugadores extranjeros que son los que verdaderamente dan espectáculo a los partidos, dejando a los españoles en un segundo plano. Si mediocre es la situación por evitar el descenso, peor están las cosas por arriba. El segundo y el tercero dieron un espectáculo el sábado lamentable a la vez que triste. Lo de Quique se entiende, el Valencia juega a no jugar a nada, y aunque parezca un atentado para el fútbol suma 16 partidos sin conocer la derrota y es segundo. Lo de López Caro parece que no tiene solución. Un equipo desangelado, sin espíritu y perdido en el océano espera que se acabe pronto esta temporada y empezar otra, aunque todo apunta que abandonará el barco. Todavía queda margen para alcanzar al campeón de liga, aunque viendo a los dos aspirantes parece ser que poco cambiarán las cosas, aunque el Madrid recupere a Ronaldo o a Quique le dé algún día por quitarse la etiqueta de equipo pequeño que arrastra del año pasado y empiece a jugar como lo que es, un equipo grande, capaz de jugar a un fútbol ofensivo y vistoso, el Barcelona, si Valdés no sigue dándole emoción a esta liga, no parece que tenga que sufrir en exceso, aunque hasta el rabo todo es toro.