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El pasado año dediqué cuatro artículos bajo el título de La Parodia Nacional, a los burlescos y no menos jocosos acontecimientos de la vida política española que protagonizaron varios ministros y ministras del Gobierno Sánchez, hoy despedidos de la escena pública con una suculenta indemnización y unas muy reales condecoraciones.
A lo largo de la breve pero intensa historia de UPN como formación política, han sido continuas las turbulencias internas y luchas soterradas por el control del aparato del partido y, en la actualidad, estaríamos en la antesala de una nueva crisis endógena tras la rebelión de los díscolos parlamentarios de UPN en el Congreso de Madrid.
Una de las más graves consecuencias de la democracia, es que permite imponer lo que diga una mayoría bajo el sofisma de que es lo mejor, lo cierto, lo verdadero, lo auténtico. Hacer que la voluntad de los más sustituya a la certidumbre; suplantar la sustancia por la entelequia, la evidencia por la irrealidad, la cantidad por la calidad.
El españolito de a pie está hasta las narices de tantas elecciones. Como diría “el Mendo”: “Esta ahíto de tanto parchear y tanto pito”. Semana tras semana nos han estado bombardeando con promesas que no piensan cumplir, con descalificaciones del otro, que podían reconocer en sí mismos mirándose al espejo, y con mítines a los que acuden tan solo los que ya están convencidos.
No hay peor cosa en una democracia que mantener durante toda una legislatura los tintes de sospecha, por eso la JEC se la juega y puede quedar como Cagancho en Almagro, sobre todo si se empeña en mantenerla y no enmendarla; si ha admitido la denuncia a trámite es que ya ha detectado algún indicio, pues de otra forma estaríamos ante el hazmerreír de la máxima autoridad de un proceso electoral.Esa misma dejadez de la falta de precinto la han corroborado los presidentes de las mesas, no sin cabreo en muchos casos.
El haber convertido por varias generaciones una sociedad aborregada para ser mejor manipulable, solamente nos ha llevado a estar en la cola en muchos aspectos dentro de Europa, a tener un grado alto de corrupción, a ser incomprendida nuestra actitud por los países más serios, etc..El sacar los trapos sucios, aunque sean de tiempos pasados, y tirárselos a la cabeza unos a otros, es entretener y no exponer su programa, la manipulación, el engaño y la mentira demuestran que una persona de esa condición no es la idónea para gobernar un país y es fácilmente manipulable por cualquier otro partido dispuesto a lo que sea para mantenerse en el poder sin importar para nada el bien social de todos los españoles.Es indispensable y urgente un pacto entre partidos para hacer un sistema educativo que dure en el tiempo, sea cual sea el partido que gobierne, que devuelva la libertad de pensamiento a nuestra sociedad y nos sitúe a la cabeza de Europa, el ciudadano español se lo merece, somos trabajadores e ingeniosos pero los políticos actuales no están a la altura.
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