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El influyente filósofo británico-estadounidense Alasdair MacIntyre ha fallecido a los 96 años. Figura clave del pensamiento filosófico del último siglo, su muerte no solo marca el cierre de una trayectoria intelectual extraordinaria, sino que coincide simbólicamente con otros movimientos recientes que reabren el debate sobre la dirección ética, política y cultural del mundo moderno.
Ronda la Red una frase lapidaria de Mark Twain: “una mentira puede viajar al otro lado del mundo mientras la verdad se pone los zapatos”. Tal vez sea cierto porque, siguiendo a Oscar Wilde, “la verdad rara vez es pura y nunca simple”. Vamos, que tiene matices y dudas que la hacen onerosa; esos matices y dudas no incomodan, en cambio, a la mentira.
Creemos que en un siglo o dos ha cambiado la tecnología y multitud de conceptos, pero han cambiado tanto o más las costumbres y los hábitos y los usos y todo o casi todo… Citaré un párrafo del escritor y periodista, creo que trágico y con tragedia, Alejandro Sawa Martínez (1862-1909), titulado: Rápidas, publicado en Alma Española, el 6 de marzo de 1904.
Inmediatamente, si el beneficio es matar gente, desgraciadamente en las naciones que defienden la vida, aniquilar a cientos de civiles es una acción oscura. La mayoría de las veces, la guerra es el resultado de una amplia gama de situaciones que implican el deterioro de las relaciones políticas y diplomáticas.
La clemente voz suele pasar desapercibida, porque las fuerzas que actúan no son las económicas y políticas, sino las morales y espirituales. Está visto que nos hemos confundido de ruta. El desamparo suele dejarnos sin palabras, es lo que presenciamos por todos los rincones de la humanidad; mientras la crisis humanitaria, las enfermedades acrecentadas por desigualdades tremendas y por doctrinas que esclavizan, se dan la mano cebándose con la población más débil.
Desde el arranque de su campaña electoral, Donald Trump dejó claro que la fecundación in vitro (FIV) iba a estar en el centro de su agenda. No lo dijo una vez ni dos, sino en repetidas ocasiones, proclamando que su administración haría lo necesario para que este tratamiento estuviera al alcance de todos los estadounidenses.
Existen muchos datos registrados en la historia que se convierten en referencias apropiadas para la alimentación del orgullo nacional. La bizarría, honor, valentía y el pundonor de los pueblos encuentran sus fuentes precisamente en esos acontecimientos del pasado que se han venido transmitiendo por generaciones hasta hacer su repercusión en el momento que nos toca vivir.
Al escenario político funesto de hoy se une la existencia de una sociedad profundamente afectada por la delincuencia, que mantiene a las personas encerradas en sus casas presas de un abierto temor. Diariamente se cuentan las víctimas fatales de enfrentamientos, agresiones sexuales, asesinatos, robos y asaltos; por cierto, el Estado no está respondiendo de la manera que se espera para proveer más seguridad a una ciudadanía indefensa.
En la convivencia humana se aprecian diariamente "delitos" que no tienen pena legal, pero sí la condena social. También hay faltas humanas de perjuicio casi nulo a la población, que tienen pena jurídica. El ardor de los políticos en tiempos electorales no debería encubrir bajezas como la mentira, que por acumulación y dureza generan un ambiente condenable, indigno de un Estado de derecho con monarquía parlamentaria.
La evolución de la moralidad sexual en las últimas décadas muestra un recorrido complejo, desde el impulso libertario del amor libre en los años 60 hasta el actual moralismo que busca reivindicar derechos en un sistema que permanece lleno de contradicciones.
Las ruinas están ahí, por todos los rincones del planeta. Hemos de repararlas en unión y en comunión de pulsos, no hay otro modo de hacerlo. Para ello, tenemos que enmendar caminos recorridos, reconstruirnos activando otra mentalidad menos dominante y más servicial, que al menos sepa escuchar a los oprimidos para entrar en sintonía, y no viva egoístamente en su espacio, donde no impera ni el bien hogareño ni la mirada que nos armoniza.
Definición de ética: es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. De ahí se desprende lo que verdaderamente es moral: no se cae bajo la jurisdicción de los sentidos por ser de la apreciación del entendimiento o de la conciencia. ¿Y bien? ¿Qué pasa si es verdad que todos tenemos un precio? Si fuese afirmativa la respuesta resultaría que apenas podríamos quejarnos cuando alguien, por ejemplo, fuera un caradura.
Evidentemente, elegir lo que está bien desde la perspectiva de la conducta es lo exigible a cualquier ciudadano. Me refiero a que es obligatorio respetar y cumplir lo que dicen las leyes vigentes, en beneficio de todos. Los comportamientos individuales son responsabilidad de cada persona. La maldad humana, la crueldad, la violencia, la discriminación, la marginación, el odio y el egoísmo excesivo se observan en las sociedades de todos los países.
Michael Ignatieff es un filósofo, escritor, guionista, periodista y profesor académico al que le ha sido otorgado el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024. Fue el líder del partido liberal canadiense. Es un pensador que sueña con una democracia autocrítica, colaborativa y abierta. En su último libro titulado "En busca del consuelo" ha explorado las complejidades de la identidad política.
En el famoso "Mito de la Caverna" de Platón, se nos presenta una metáfora poderosa sobre la naturaleza del conocimiento y la condición humana. En este relato, los prisioneros viven encadenados desde su nacimiento en una cueva, donde sólo pueden ver sombras proyectadas en una pared, creyendo que estas sombras son la realidad. Cuando uno de ellos escapa y ve el mundo exterior, descubre la luz del sol, símbolo del conocimiento y la verdad, que contrasta con la oscuridad de la caverna.
Si por hablar fuera, estamos rodeados de desbordamientos por las desmesuradas intervenciones. No hay sector de las actividades humanas libre de las argumentaciones sin control en torno a la ética. Es utilizada como un estandarte testimonial. Su simple mención avala las conductas.
Es todo tan caótico, tan inasumible, tan disparatado, tan poco decente... Oír hablar a representantes e integrantes del movimiento LGTBI es algo que no puedes pasar por alto, y no lo puedes pasar por alto por la indecencia, lo poco ético, lo poco natural, lo poco moral de sus explicaciones y argumentaciones...
La libertad de expresión se plantea como una cuestión resuelta. Pero en este mundo traidor no hay nada resuelto ni garantizado. Al revés, parece que entramos en un periodo de arbitrarias animadversiones, tendentes al tratamiento distinto de cosas iguales. Parcelar la libertad de expresión es acabar con ella. Es problema similar al de la justicia: parcialmente aplicada (no juzgo a mis amigos y persigo a mis enemigos por los mismos delitos) que fácilmente puede degenerar en arbitrariedad.
Una de las primeras medidas que tomaron estos últimos gobiernos de izquierdas fue la derogación de la ley educativa Lomce, la eliminación de la religión como asignatura, y el ir excluyendo poco a poco hasta su desaparición final a la enseñanza concertada. Colegios históricos y de renombre son colegios concertados y religiosos... y por eso lanzo dos cuestiones.
Ya hace décadas que la educación, la enseñanza, ha dejado de ser aprender las “cuatro reglas”. Desde hace años todo es más amplio y más complejo, ya que desde la tendencia conservadora, por ejemplo desde la ideología de Vox, no se habla solo de enseñar, se habla de educar: educar es un concepto amplio, que incluye contenidos, pero con valores.
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