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El verano trastoca nuestros horarios y los hábitos que mantenemos en otras épocas del año. Con la llegada del calor pasamos más tiempo al aire libre, viajamos y aumentamos las comidas fuera del domicilio. De hecho, las altas temperaturas debilitan nuestro sistema inmunológico y la humedad y el sudor aumentan el riesgo de infecciones cutáneas y fúngicas.
El consumo de tabaco provoca más de 50.000 muertes al año en España y más de 8 millones en todo el mundo. Aunque 2024 marcó un récord histórico con las cifras más bajas de consumo en los últimos 30 años, el tabaquismo sigue siendo la principal causa de enfermedad y muerte evitable, tanto en nuestro país como a nivel global.
El invierno trae consigo bajas temperaturas y un aumento de la humedad en el ambiente, lo que complica la salud de las personas mayores con enfermedades respiratorias crónicas. El asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la bronquitis crónica tienden a empeorar en esta temporada, ya que el frío intensifica los síntomas, dificulta la respiración y aumenta el riesgo de complicaciones, especialmente en las personas de más edad.
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