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MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, publicó este miércoles, 1 de mayo, un mensaje en sus redes sociales en el que abogó por reducir la jornada laboral "para vivir mejor", convencido de la importancia de "que el tiempo no sea un privilegio, sino un derecho". Además, aprovechó esta fecha reivindicativa para hacer un "reconocimiento público" a las trabajadoras del sistema de dependencia y cuidados por "sostener la sociedad".
Lo hizo durante su intervención en las últimas horas en Sabadell en un mitin de los Comuns en el que puntualizó que el trabajo y las condiciones de quienes cuidan "no es solo una cuestión de unos salarios de miseria ni de los riesgos para la salud física y mental que implican este trabajo".
"Es una cuestión de valoración social, de reconocimiento social", defendió, consciente de que este trabajo reproductivo, que, dijo, desempeñan "en más de un 80% de los casos mujeres, en más de un 40% mujeres migrantes", es lo que, a su juicio, "sostiene nuestra sociedad" y, pese a ello, "no tiene ningún reconocimiento".
Por este motivo, quiso "hacer un reconocimiento público a las trabajadoras del sistema de dependencia y de cuidados", por ser quienes "mantienen en pie este país".
Tras afirmar que las "grandes conquistas" de las clases trabajadoras en España son "los pilares de la democracia", incluyendo la sanidad y educación públicas y el sistema de pensiones, advirtió de que la "cuestión" de los cuidados, que, a su entender, "todavía le suena muy abstracto a una parte importante de nuestra sociedad", son "el cuarto pilar" de esa "concepción del bienestar y de la democracia para el siglo XXI".
CUIDAR Y SER CUIDADOS
Para Bustinduy, esto "parte de una cuestión evidente ", como es el hecho de que "todos hemos cuidado a un ser querido que lo ha necesitado en algún momento de la vida y todos hemos necesitado ya y vamos a necesitar ser cuidados y cuidadas en el futuro en algún momento".
"La pregunta no es si hacen falta los cuidados, es quién los da, quién los recibe y cómo", declaró, para admitir la pertinencia de "asegurar" que esas necesidades de cuidados "tengan un soporte público y universal, que sea un derecho de ciudadanía".
De lo contrario, precisó, "la calidad de vida que tengamos cuando envejezcamoa o cuando necesitemos apoyo para tener una vida autónoma e independiente va a depender de la renta, el patrimonio, el barrio en el que vivimos, la familia en la que hemos nacido". "De esa gran lotería de la desigualdad que es contraria al mensaje básico de la democracia ", apostilló, para recordar que la democracia "nos iguala a través de derechos, en positivo".
"Y tenemos derecho a ser cuidados y cuidadas, pero eso necesita desarrollar un sistema público y universal que garantice ese derecho y que lo garantice en condiciones de bienestar y dignidad iguales para todas, independientemente de dónde vivamos", concluyó.
MODELO DE CUIDADOS
A este respecto, el ministerio que dirige Bustinduy quiso también "poner en valor" el trabajo de cuidados realizado por las mujeres, consciente de que la profesionalización, la mejora de las condiciones laborales y el acceso a la formación "tienen que ser un pilar del cambio de modelo de cuidados de larga duración".
En este contexto, la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez, reiteró que son "fundamentalmente" las mujeres quienes asumen los trabajos de cuidados no remunerados, que estimó "fundamentales para el sostenimiento de la vida y el sistema económico".
Un trabajo que, según su punto de vista, "está invisibilizado, no es reconocido y está en la base de la desigualdad entre hombres y mujeres" y, en el caso del sector de cuidados profesionales, "está precarizado, no reconocido y muy poco valorizado".
Por esa razón, al igual que el ministro, también quiso "poner en valor y visibilizar el trabajo de cuidados". "Queremos cuidados con derechos, porque los derechos de las personas que reciben cuidados no pueden ser a costa de las personas que les cuidan", resolvió.
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