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El colectivo LGTB pide blindar la educación en diversidad dentro de los currículos

jueves, 23 de enero de 2020, 13:22 h (CET)

MADRID, 23 (SERVIMEDIA)


La Federación Estatal LGTB (Felgtb) y varias organizaciones como Amnistía Internacional o CCOO pidieron este jueves al Ministerio de Educación que se blinde en los currículos la educación en diversidad en oposición al ‘pin parental’ que propone la ultraderecha, ya que “no tenemos la libertad de dejar a nuestros hijos ser intolerantes”.


La propuesta de los colectivos para combatir el “veto parental”, que ya se está aplicando en la Región de Murcia y que Vox quiere extender a todas las comunidades autónomas donde mantiene acuerdos que sustentan gobiernos, es que estos talleres que actualmente imparten generalmente activistas e instituciones se trasladen a los propios planes formativos.


“Actualmente hay comunidades autónomas donde el ‘PIN parental’ no se podría realizar, porque ni siquiera se están dando estos talleres cuando son obligatorios por ley; sería necesario blindar la educación en diversidad para que sea implantada”, defendió el secretario de Organización de la Felgtb, Loren González, en una rueda de prensa.


Lo que Vox pretende es que los padres y madres puedan decidir, a través de una suerte de autorización, a qué talleres o charlas asisten sus hijos en horario escolar, como las conferencias que imparten colectivos -o la propia Policía Nacional- sobre violencia de género, diversidad LGTB, educación sexual y reproductiva o cualquier actividad realizada por personal ajeno a los centros educativos.


“No tenemos libertad de hacer cualquier cosa, no tenemos la libertad de ser intolerantes; mi familia no tiene derecho a decidir primero por mí e impedirme identificar situaciones en mi clase que van contra los derechos humanos; ser padre o madre no nos da derecho a transmitir nuestros prejuicios o intolerancias a nuestros hijos”, aseguró el portavoz de Amnistía Internacional, Carlos Sanguino.


Carmen Morillas, de la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos, zanjó que “los hijos no son de nuestra propiedad; al nacer los inscribimos en el Registro Civil, no en el Registro de la Propiedad”. Además, tranquilizó a las familias que puedan verse alarmadas por los mensajes de la ultraderecha pues, dijo, los talleres están regulados y supervisados por las propias asociaciones de padres. “Tenemos cauces y podemos actuar con el equipo directivo de los centros”, aseguró.


Desde Cogam, una organización LGTB que imparte charlas y talleres en alrededor de 60 centros educativos de la Comunidad de Madrid y que llega a 8.000 estudiantes, José Vela declaró que en estos talleres “sólo se trabajan contenidos dentro del currículo” que establece la Lomce, así como que quienes los imparten son “personas muy preparadas a las que exigimos una formación y horas de preparación”.


Asimismo, lamentó que este tipo de formación a través de actividades complementarias se estén dando sólo a través de organizaciones de voluntariado, por lo que se mostro partidario de que se les otorgue un valor “oficial” y sean las propias administraciones quienes promuevan este tipo de contenidos.


“CREÍA QUE ERA LA ÚNICA LESBIANA EN EL MUNDO”


Khadija Afkir tiene 24 años, procede de una familia musulmana y es lesbiana. “En mi adolescencia no recibí ninguna charla; para mí hubiera sido positivo porque en mi casa nunca se ha planteado la sexualidad. Cuando me empecé a dar cuenta de que no me gustaban los chicos, creí que era la única lesbiana musulmana en el mundo, y no es así”, contó en la rueda de prensa de las ONG como representante de Kifkif, una asociación de migrantes LGTB.


“Yo venía ya de casa con el ‘pin parental’, no me hablaban de estas cosas y me sentía sola”. Ahora, ella es voluntaria de la asociación y acude a centros educativos para impartir talleres de diversidad en los que, asegura, se ha encontrado con estudiantes que le han llegado a decir que “si mi hermana es lesbiana, le pego”.


Aarón, de Canarias, es otro de los jóvenes que hoy prestaron su testimonio junto a las ONG. Él se declara como persona no binaria y, al contrario que su compañera Khadija, aseguró que se sintió muy acogido en su familia cuando se identificó como homosexual. Sobre la limitación de los talleres que pretende la ultraderecha, bromeó con que “he ido a charlas heterosexuales y sigo siendo igual de gay, no me he convertido”, por lo que no ve razón con que ocurra lo mismo en charlas de diversidad con personas LGTB.


Desde Amnistía Internacional también recordaron que estos talleres ayudan a prevenir el acoso escolar a estudiantes LGTB, dotándoles de herramientas para “saber si un compañero o compañera de clase está sufriendo acoso por ser, por ejemplo, homosexual”, por lo que “forman parte de su derecho a la educación”. “Estos talleres pueden cambiar la vida de muchas personas”, concluyó.


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