Argüello llama a los fieles a "dar un paso adelante" porque no hay crisis de "llamada" sino de "respuesta"

VALLADOLID, 28 (EUROPA PRESS)
El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha pronunciado este Jueves Santo la homilía de la Misa Crismal que se ha celebrado en la Catedral vallisoletana y donde ha trasladado a los fieles la necesidad de "dar un paso adelante" porque, a su juicio, no hay crisis de "llamada" a la comunión cristiana sino de "respuesta".

Argüello ha invitado a todos los cristianos a participar en la Pascua y a contemplar la herida del costado de Jesús para descubrir su corazón como "tesoro escondido de amor". "Dios ha respondido a este acto de crueldad y, en definitiva, al pecado del mundo, revelando de nuevo su voluntad de salvación, a pesar de las apariencias, el misterio de la Cruz no es un acontecimiento de muerte, sino fuente de vida", ha señalado el arzobispo, quien ha recordado que todos los cristianos están "enviados a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos y anunciar el evangelio de la gracia".

"La libertad, la luz de la verdad y una nueva forma de ser amados y de amar: la gracia", ha defendido, quien ha pedido que se mire a las nuevas "cadenas" que privan de libertad para tomar conciencia de que "la libertad si no se fundamenta en la verdad y no se orienta al amor y al bien, se desorienta y es fácilmente manipulable por propuestas tentadoras que esclavizan".

En su homilía, el arzobispo de Valladolid ha hecho un llamamiento a todos los fieles para que den un paso adelante y colaboren en la catequesis, liturgia y caridad organizada de la Iglesia desde todos los ámbitos. "Sed cauce de diálogo y encuentro, humilde manifestación de la alegría y la esperanza que brotan de beber de la copa que llena el manantial que fluye del Corazón de Cristo". "Juntos, estamos llamados y enviados en comunión misionera", ha defendido.

De este modo, Luis Argüello ha relatado en esta Misa Crismal las prioridades pastorales como, según ha enunciado, son anunciar el amor del Corazón de Jesús; colaborar del Espíritu en la Iniciación cristiana que realiza en el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía; cultivar la Comunión Misionera en los Consejos pastorales; alentar la vida asociada y comunitaria, en asociaciones, cofradías y movimientos; llevar consuelo y fortaleza a enfermos de alma y cuerpo e invocar al Espíritu para afrontar la vida como vocación.

"El Señor nos llama a todos y siempre. No hay crisis de llamada, sería una blasfemia pensarlo, hay crisis de respuesta, pero, sobre todo, hay un gran déficit de verdadero deseo por parte de todos nosotros de consagrados que nos interpelen con su estilo de vida y de militantes cristianos dispuestos a dar la vida en el combate espiritual en favor de la verdad, la justicia y la paz", ha señalado Argüello.

Por último, ha hecho autocrítica y ha considerado que la Iglesia a veces se conforma con respuestas 'low cost', "que son las que el mundo quiere como lavadora y ajuste de sus basuras y desajustes".