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Andrés Aberasturi
Columna de opinión
Andrés Aberasturi

Bienvenidos a la incertidumbre

MADRID, 2 (OTR/PRESS)Es verdad que la política --como la vida-- nunca es del todo predecible, pero no siempre los llamados "politólogos" han estado tan de acuerdo en reconocer su ignorancia. Tanto en lo nacional como en lo global, comenzamos este nuevo año instalados en la incertidumbre, asistiendo entre expectantes y escépticos lo que nos pueda deparar el 2019.

España, hoy por hoy, parece sumergida en un callejón sin salidas con el problema catalán (de los nacionalistas catalanes, para ser más exacto) en el que, por mucho que se empeñe el Gobierno, el diálogo no existe y las soluciones posibles sólo pasarían por cesiones políticas y económicas que, naturalmente, el resto de las autonomías no van a aceptar. Y con razón. Vuelve pues el viejo problema que no supo, porque no pudo, resolver la Constitución del 87: el café que se calentaba para dos o tres (Cataluña, Euskadi y tal vez Galicia) no hubo más remedio legal que aguarlo un poco y repartirlo con una generosidad incómoda e impuesta que en lugar de solucionar el problema, lo multiplicó. ¿Y ahora qué? Nadie sabe cómo desliar la madeja porque unos se niegan a negociar y otros a utilizar la fuerza de la ley pero cediendo porciones ante la queja unas veces murmurada y otras gritada del resto de las autonomías.

Este acercamiento al nacionalismo catalán y el pacto mil veces negado y al final compartido incluso más de lo necesario, según muchos, con lo que Sánchez calificaba antes de la moción como "el populismo" de Podemos con el que jamás partiría peras, ya ven en que ha quedado. Llegar al poder con los de Iglesias, con Bildu, con los soberanistas aportando tan solo 84 diputados, ha convertido al viejo PSOE en algo irreconocible que, según opiniones autorizadas, les pasará factura en las urnas.

Y en la derecha otro tanto. Irrumpe VOX ante la sorpresa de la mayoría y se organiza una extraña conga en la que nadie quiere agarrarse del otro. VOX es la bicha ahora mismo, la bicha necesaria para alcanzar el poder, y hasta Ciudadanos, dispuesto a pactar con lo que se le ponga al alcance, establece unas líneas rojas que el PP intenta ignorar en su postura favorita: de perfil. El precio para el partido de Génova por estas alianzas, según las misma opiniones autorizadas, les pasará factura en las urnas. No es una buena compañía porque sus votantes más radicales tienen a VOX mientras Ciudadanos anda brujuleando por todos los sitios menos en Cataluña. ¿Qué le queda al elector de-toda-la-vida que no le convence ninguno pero hasta ahora elegía el mal menor del bipartidismo? Ni el PSOE ni el PP son ya referentes por sus alianzas ni sus alianzas parecen tener un recorrido lo suficientemente largo o profundo más allá de los forofos. Y para complicar más el panorama, a un lado y a otro surgen nuevas plataformas que muy posiblemente fraccionen aún más el voto.

Y luego está el lenguaje. Lo de fascistas, casta, extrema derecha, soberanistas, constitucionalistas, monárquicos, republicanos, heteropatriarcales, europeístas, todo-lo-contrario etc. va perdiendo cualquier valor por la repetición cansina que implica a su vez una banalización de la terminología. El más que incomprensible --al menos para mí-- mensaje evangélico del "que no está conmigo está contra mí" se ha hecho carne en la sociedad española y hasta ha convertido en enemigos a quienes caminaban más o menos por el mismo sendero. Pero me preocupa lo del extremismo. ¿Es realmente VOX un partido de extrema derecha? Es posible que sí o que esté muy cerca de serlo, al menos en sus postulados. Pero la pregunta que me hago es si es de extrema izquierda Podemos que, en palabras de uno de sus dirigentes, Luis Alegre, aseguraba algo para mi escandaloso: "El colmo es el argumento ese de que los padres tenemos derecho a elegir la Educación de nuestros hijos. No, para eso está pensada la Educación pública, para defender o proteger a los hijos del hermetismo de la ideología de sus padres". Claro que peor es la opinión al respecto de las CUP partidarias de que a mis hijos no los educara yo sino "la tribu". Son sólo dos ejemplos que las hemerotecas guardan de "las cosas de Podemos" que se han ido amortiguando --aunque poco-- con el tiempo. Pero es que para VOX, "el barco negrero Open Arms desembarca en Algeciras con más de 300 ilegales a bordo, convertido en un negocio impulsado por Soros y Sánchez para enriquecer a la organización 'no gubernamental' de turno y a las mafias traficantes en los países de origen" y por si esto fuera poco plantean soluciones radicales en asuntos que ya tenía superada la sociedad española. Y todo esto, claro, no resulta nada tranquilizador.

Y así entramos en un nuevo año en el que Torra, todo un presidente de la Generalidad, llama a los catalanes a "rebelarse ante la injusticia y hacer caer los muros de la opresión". En fin...

¿Hacia dónde va España? ¿Qué cesto se puede armar con estos mimbres? ¿Dónde quedó la cordura, la ideología, los principios que eran la piedra angular de los partidos? Ya sólo parece contar el poder, llegar al poder y mantenerse al precio que sea, con los apoyos de quien sea y competir ofreciendo al pueblo pan y circo aunque no haya de dónde sacar el dinero para lo que hoy, tristemente, sólo es un espectáculo muchas veces basura: nada menos que la cosa pública.

Cuando este país vivía en blanco y negro -y creo que hasta en los principios del color en televisión- llegaba una hora en la que todo se apagaba: era la famosa "despedida y cierre" que dejaba en el aire un ondear de banderas, himnos y perfiles de los jefes de estado. Luego llegaba la carta de ajuste, que tenía mucha audiencia, y el silencio hasta un mañana al pluriempleo.

25 de febrero de 2017.

Vaya por delante que comprendo que la banca, así, en general, es un negocio y no una ONG; pero una vez aclarado eso déjenme que les diga que no todos los negocios son iguales. Y el de la banca, para qué nos vamos a engañar, es uno de los más impresentables o al menos lo han convertido en eso a lo largo de los años. Lo suyo es la herencia puesta al día de los antiguos usureros, es la usura legalizada y legitimada, un tinglado que nunca pierde y cuando pierde por la mala gestión de los que la dirigen con sueldos inmorales y retiros escandalosos, no pasa nada: cuando los bancos pierden los rescatamos entre todos con una lluvia de millones que buena falta harían, por ejemplo, en la hucha de las pensiones de la Seguridad Social.

18 de febrero de 2017.

Que el mayor problema en el Congreso del PP sea si Cospedal puede o no ser ministra y secretaria general a la vez, no deja de ser irónico, contradictorio y tristemente cierto. En España pasan cosas pintorescas y seguimos siendo muy nuestros para esto de la política. Naturalmente que es más gracioso que el presidente del mayor imperio de mundo, Donald Trump, se preocupe públicamente por las tiendas que no venden los modelos diseñados por su hija, pero a eso le acompañan otra serie de medidas que no por prometidas en son menos disparatadas y nada graciosas. Pero a lo nuestro.

11 de febrero de 2017.

Se está repitiendo hasta la saciedad que los desbarajustes "desorden y confusión" según la RAE) que hoy vive Podemos -y el propio PSOE- es un problema de simple liderazgo personal, de nombres y no de ideas, de celos, de traiciones, de bisoñez, esas cosas que pasan cuando uno atraviesa en un abrir y cerrar de ojos la inquietante y delicada frontera que separa la infancia y de la adolescencia. Y todo puede ser verdad, pero no creo que sea sólo eso. En Podemos, desde siempre ha habido un problema de fondo que, en parte, puede que venga derivado de sus propios orígenes, el aula de una facultad con una pizarra en la que todo es posible. Por decirlo de otra manera: el proyecto -más que el programa- de Podemos es como esas "conjeturas matemáticas" que afirman algo y esperan que alguien las resuelva. Apasionante pero complicado para afrontarlo en la vida real. Podemos traía la frescura de la justa indignación frente a la vergüenza de los Gürtel, los ERES o los 3%; traía la teoría de una sociedad más justa que se podía demostrar en la pizarra del aula de Políticas contra un mundo dramáticamente desigual bajo el imperio de un capitalismo salvaje; Podemos se sabía la teórica de memoria pero nunca ha sido capaz de explicarnos de verdad cómo hacer realidad esa teoría: persiguiendo el fraude fiscal, haciendo que los ricos paguen más, una sociedad sin castas, sin vencedores ni vencidos. No voy a hablar de Venezuela como ejemplo porque sé que les molesta y es otra historia, pero ahí están las recetas de Tsipras que iban a cambiar la Unión Europea y los resultados, El que quiera mirar, que mire. El caso es que estaban inundados de entusiasmo cuando llegaron al poder en ayuntamientos -solo o acompañados- y ocuparon escaños en el Congreso y su primera batalla fue la visibilidad; el gallinero que lo ocupen los parias, nosotros queremos que se nos vea. Y tenían razón, pero no deja de ser un síntoma. Engulleron a IU, que ya no pinta nada, y los que les acompañaron en la aventura empezaron a exigir independencia a la hora de decidir y gestionar. Luego llegó el capítulo de la cal viva -menos baladí de lo que parece- y lo que hoy seguramente es el problema de fondo aunque lo encarnen dos personalidades: Podemos tiene que elegir entre estar en la calle con la gente que rodea el Congreso o estar en el Congreso rodeados por parte de la gente que les ha votado. Porque la vida es así de rara y no se puede estar en los dos sitios a la vez; se intenta, claro, pero o terminan llamándote traidor o pierdes la credibilidad de muchos millones que quieren cambios pero no violencia. ¿Y cómo participar en la gobernación de un sistema junto a unos que lo que quieren es, claramente, cargarse ese sistema pero sin ofreceré alternativas serias? En resumen, al margen de la guerra de nombres, la cuestión es -simplificando mucho, claro- si lo que conviene es dar miedo (Iglesias) o dar amor (Errejón), estar fuera o estar dentro.

4 de febrero de 2017.

¿Se ha vuelto loco el ex juez y hasta ahora senador de ERC Santi Vidal? No se sabe pero hasta ahora todos los datos apuntan que mantiene el juicio pese a unas declaraciones que parece que han sorprendido a muchos, declaraciones, además, realizadas en conferencias de tono coloquial (según el señor Silva) y organizadas por la propia ERC y en las que, para resumir, deja claro que: el Govern tiene de forma "ilegal" los datos fiscales de los catalanes, que dispone de una partida camuflada de 400 millones de euros para construir estructuras del Estado, que investiga a los jueces establecidos en Cataluña, que un gobierno extranjero no europeo está formando a los Mossos en materia de contraespionaje, que el consejero de Exteriores, Raül Romeva, tiene un "preacuerdo" para que una Cataluña independiente, sin fuerzas armadas, participe en la OTAN, y que 11 estados de la UE apoyarán una declaración de independencia. Puesto así, todo seguido, no es de extrañar que hayan saltado todas las alarmas no sólo sobre la verdad o mentira de lo dicho por el ex juez sino sobre su "extravagante" forma de comportarse. Nunca se sabe, pero el hasta ahora senador Vidal ha dejado de serlo inmediatamente y nadie le saluda ya cuando hace sólo unos meses era la estrella que había participado en la redacción de la futura "Constitución" de la república catalana. Y lo mejor de todo es que estoy convencido de que el ex juez contaba estos secretillos en sus coloquiales conferencias -insisto: organizadas por la propia ERC- no como una acusación sino para explicar a los mortales cómo se hace el proceso hacia la independencia, asunto que ya había bordado el periodista Vicent Partal, no sé si miembro o simpatizante de la ANC -ver vídeo en youtube-.

28 de enero de 2017.

Me temo que esta vez el título de la columna debería ser el comienzo de la misma: vaya panorama. Y es que esto no da ya más de sí. Es que mires a donde mires el paisaje social resulta tan helador como el climático y otra ola de frío va helando -como decía el poeta- el corazón del españolito medio. El hispanista Stanley G. Pynes se mostraba "desilusionado" con los políticos españoles del Siglo XXI; pues imagínese cómo nos podemos sentir nosotros Mr. Pynes, aunque, para ser sinceros, tampoco es que los políticos ingleses de este mismo siglo estén siendo un espejo al que mirarse.

21 de enero de 2017.
 
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