MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
El Ministerio de Cultura lanzó este martes el Plan de Derechos Culturales, una hoja de ruta que redefine las políticas culturales desde una perspectiva de derechos humanos y reconoce la cultura como un derecho fundamental. Está compuesto por 146 medidas, entre las que hay 100 acciones a desarrollar a corto plazo, y cuenta con una inversión de 79 millones de euros, de los que 46 millones de euros son para nuevas líneas de inversión pública.
Según explicó Cultura, el Plan de Derechos Culturales se articula en torno a dos ejes fundamentales: la necesidad de poner la democracia cultural en el centro de la acción pública y la confianza en el potencial transformador de la cultura para ofrecer respuestas colectivas a los desafíos actuales como, por ejemplo, la emergencia climática, la defensa de los derechos humanos o la equidad.
Partiendo de esos ejes, el plan propone una serie de objetivos que se concretan en las citadas 146 medidas a cumplir en el corto, medio y largo plazo. Estos objetivos son, por ejemplo, garantizar la participación cultural en igualdad de condiciones, eliminando barreras y desigualdades estructurales, y reconociendo la diversidad de prácticas culturales; y abordar los retos actuales desde la cultura, en ámbitos como la igualdad, la diversidad, el desarrollo sostenible o la salud, física y mental.
Otros fines del plan son promover un tejido profesional sostenible, con condiciones laborales dignas para profesionales y creadores, y fortaleciendo la sostenibilidad y la independencia del tejido cultural, y consolidar los derechos culturales como marco de acción pública, promoviendo su centralidad en las políticas públicas.
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la directora general de Derechos Culturales, Jazmín Beirak, presentaron este plan en el Museo Nacional Reina Sofía, acompañados por representantes de instituciones y entidades implicadas en el proceso de elaboración del Plan de Derechos Culturales.
Urtasun aseguró que este plan llega para impulsar una "transformación de la cultura" en España, en la manera de abordar la cultura políticamente, "desde la gestión pública", pero también sobre la "consideración de la cultura" y la forma en la que las personas y las instituciones la tratan. Además, añadió que "garantizar la democracia cultural es la primera prioridad estratégica" de este plan.
En este sentido, Beirak destacó que "garantizar la democracia cultural exige hacerse cargo de las desigualdades estructurales existentes, reconocer a todas las personas como protagonistas de la vida cultural y promover modelos de gobernanza compartida".
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