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MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
‘Hakuna ¡Viva la vida!’ recoge la ‘biografía’ del movimiento católico que nació en Madrid en 2013, en la Jornada Mundial de la Juventud presidida en Río de Janeiro por Francisco, y que ya congrega a miles de jóvenes en más de 20 países en adoraciones y retiros y que tienen en su centro la oración ante la hostia consagrada.
El hilo conductor de las 226 páginas del libro está dirigido por la experiencia de alguien que conoce por primera vez Hakuna y la de quien ha estado en el movimiento desde sus primeros pasos y sienten que sus vidas cambian profundamente.
‘Hakuna ¡Viva la vida!’ (Martínez Roca) aborda con esa doble visión la historia, el carisma y el estilo de vivir de quien siguen este movimiento, con la adoración al pan consagrado, la acción social y la música. De hecho, el grupo musical Hakuna causa furor entre los jóvenes que rezan y cantan en sus encuentros multitudinarios. La publicación también se adentra en las escapadas que organizan, o cómo los jóvenes católicos se diviertien de copas con los amigos, momentos en los que caben la oración y debates teológicos.
El grupo musical, que ameniza las adoraciones y que en tan sólo 24 horas vendió todas las entradas para la tradicional cita que congregará a miles de jóvenes en el Palacio de Vistalegre en Madrid el próximo 16 de septiembre.
VIDA
“Hakuna tiene distintas definiciones. Realmente es vida, porque todo lo que se hace en Hakuna nace del Dios vivo, de la Vida con mayúsculas. Obviamente para definirlo con términos más prácticos y humanos se necesita limitar lo que es la vida, por lo que jurídicamente Hakuna es una asociación privada de fieles y, también, en base espiritual, el Papa una vez nos definió como ‘familia eucarística’, que es como nos sentimos”, relató a Servimedia Macarena Torres, responsable de comunicación del movimiento y coautora del libro.
Una vez que conocen Hakuna, subrayó la portavoz, los jóvenes “toman la iniciativa y no pueden dejar de contar y vivir lo que han experimentado”. “El gran cambio es en el corazón”, prosiguió, que está basado en un descubrimiento de la belleza “de la mano de la verdad y la vida”. “Siempre tenemos presente a Cristo, en la adoración, en los cantos, en las escapadas o de copas”, concluyó.
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