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MADRID/LONDRES, 07 (SERVIMEDIA)
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este jueves su dimisión como líder del Partido Conservador y primer ministro del Reino Unido, aunque seguirá en el número 10 de Downing Street hasta que los 'tories' elijan a su sucesor.
Así lo anunció en una rueda de prensa frente al número 10 de Downing Street, durante la que aseguró que “el Partido Conservador debería tener un nuevo líder y por tanto nuevo primer ministro”, y añadió que “el proceso que debe empezar ahora y el calendario lo anunciaremos la semana próxima”.
Johnson subrayó que hoy mismo ha nombrado un nuevo gabinete “y yo lo dirigiré hasta que haya un nuevo líder”. En concreto, ha renovado su ‘consejo de ministros', con el diputado Greg Clark como nuevo secretario de Estado para Desarrollo, Vivienda y Comunidades; y el del diputado James Cleverly como secretario de Estado de Educación. También de Sir Robert Buckland como secretario de Estado de Gales y del diputado Kit Malthouse como Canciller del Ducado de Lancaster. Por otra parte, designa a Shailesh Vara como secretario de Estado para Irlanda del Norte y al diputado Andrew Stephenson como ministro sin cartera.
El todavía ‘premier’ dio las gracias “a los millones de personas que votaron por nosotros en 2019, muchos de ellos votando conservador por primera vez”, y aseguró que “la razón por la que he intentado seguir para cumplir con ese mandato en persona no es porque yo quería hacerlo personalmente, sino porque yo pensaba que era mi deber con el pueblo británico”.
Además, Boris Johnson se felicitó por haber “recuperado la soberanía de este país y conseguir acabar con la pandemia, con la mayor campaña de vacunación del continente” y agregó que “en los últimos meses liderando a los países occidentales en la guerra contra Putin en Ucrania”.
En la misma línea, atribuyó a su mandato “grandes inversiones en infraestructura y tecnologías, la mayor inversión del siglo” y todo ello “porque creemos en el talento, en la imaginación en el coraje del pueblo británico, porque consideramos que se merecen sus oportunidades”.
“En los últimos días”, desveló, “he intentado convencer a mis compañeros de que sería un error cambiar el Gobierno mientras estamos consiguiendo estos logros, cuando tenemos este mandato tan importante y viendo también el contexto económico en el que nos encontramos”. Pero, lamentó, Johnson, “no he convencido a mis compañeros, y lamento no poder seguir liderando estos proyectos e ideas”.
Por otra parte, afirmó, “nadie es indispensable en la vida política, así que yo creo que el Partido Conservador encontrará a otro líder que pueda dirigir al país en estos momentos complicados”, alguien “que ayude a las familias, a las empresas, y que reduzca las dificultades a las que se enfrentan, también bajando los impuestos para generar prosperidad y generar oportunidades”.
EN MANOS DEL PARTIDO
La duda que queda en el aire es si el partido Tory decidirá buscar un sucesor de Johnson antes del cierre del Parlamento el próximo 22 de julio, o se emplazará al congreso del partido en octubre, debido a la gran cantidad de candidatos que se postulan al liderazgo de los conservadores.
Fue el 24 de julio de 2019 cuando Boris Johnson entró en el nº10 de Downing Street, y entonces pocos imaginaban los desafíos que iba a tener que afrontar, como la pandemia o el estallido de la agresión rusa contra Ucrania. Johnson, además, tenía el encargo de cerrar el proceso del 'Brexit', cosa que no ha logrado, con la ruptura unilateral del protocolo para Irlanda del Norte.
Las polémicas han dejado importantes hitos durante su mandato, la primera por su fallida y arriesgada estrategia al comienzo de la pandemia de covid-19, cuando el resto de los países de Europa confinaban a su población y él apostó por buscar la llamada “inmunidad de rebaño”. Su error de estrategia le pasó factura, aunque después lo arreglaría con una exitosa campaña de vacunación.
Pero después de la fase crítica de la pandemia estalló el llamado ‘partygate’, el escándalo por una serie de fiestas celebradas en Downing Street en pleno periodo de confinamiento. Unas fiestas cuya existencia negó en principio Johnson y después trató de minimizar. En cualquier caso, el escándalo minó su liderazgo dentro del partido conservador.
Finalmente, Boris Johnson no ha resistido en el cargo pese a haber superado una moción de censura el pasado 6 de junio. La ‘puntilla’ ha sido el turbio episodio del diputado conservador Chris Pincher, que fue suspendido como ‘número dos’ de los ‘tories’ la semana pasada tras salir a la luz varias acusaciones de conducta sexual inapropiada con jóvenes ayudantes y colegas.
Johnson se disculpó por haber nombrado a Pincher, y admitió que le habían informado en 2019 de las denuncias sobre el comportamiento de su colega, y pese a ello lo designó. Ahora, la cascada de dimisiones en su gabinete ha terminado por forzar una marcha que parecía difícil que llegara a producirse.
Johnson se une a los casos de Margaret Thatcher y Theresa May, que también fueron expulsados del cargo por sus propios compañeros ‘tories’ para tratar de reforzar el Partido Conservador antes de que sea demasiado tarde.
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