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MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
La portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Mar Espinar, dibujó este sábado el cuadro del colapso al que se enfrenta el Partido Socialista de Madrid (PSM) y advirtió a su correligionarios que “o remontamos (en las próximas elecciones) o el sueño se acabó”.
Espinar hizo estas manifestaciones en la inauguración del la Convención del PSOE de Madrid, durante la cual arremetió contra el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, del que dijo que encarna “lo más despreciable del pensamiento conservador” y aseguró que mientras los socialistas estén en el Consistorio “no van a poder acabar con el Orgullo”.
La dirigente socialista comenzó su intervención explicando que en los años 80, los socialistas lograban más de 800.000 votos en Madrid, cifra que ha caído hasta los 200.000 porque, según dijo, “el PSOE no ha hablado el lenguaje de las mayorías en esta ciudad y nos han pasado por la derecha y por la izquierda. Es como si fuéramos en bicicleta por una autopista y, a veces, hasta en dirección contraria”.
Con un discurso centrado en el análisis de esa debacle, Espinar insistió en que los socialistas “no podemos permitirnos el lujo de meter la pata otra vez” y pidió “salir de las dinámicas que nos han traído hasta aquí”, sin pesimismo y con la sensación de que “el vaso está medio lleno y no medio vacío”.
Rememorando el parlamento de Al Paccio al equipo de fútbol que entrenaba en la película 'Un domingo cualquiera', la dirigente socialista insistió en que “salir del infierno” es posible y depende de cada afiliado. “O nos curramos ahora como equipo o moriremos como individuos”, aseveró.
Espinar insistió a sus compañeros en que los socialistas “no somos peone en un tablero de ajedrez” sino que “somo un equipo que no se rinde” pese a que en Madrid “sufrimos un alcalde que representa lo más despreciable del pensamiento conservador”.
El objetivo de los socialistas debe centrarse en “hacer que la gente nos vote con ilusión de cambio. Cada vez nos quedan menos votos leales hay que preguntarse porque la gente cree que no merecemos la pena. Es el momento de dar una respuesta: O remontamos o el sueño se acabó, y si se acabó será por nuestra culpa”.
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