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Charanga y pandereta

Victoria Lafora
domingo, 22 de mayo de 2022, 08:01 h (CET)
MADRID, 21 (OTR/PRESS)La España así descrita en los dolientes versos de de Antonio Machado ha vuelto a la actualidad este fin de semana con el espectáculo mediático del regreso del Emérito a España. Radios, televisiones, portadas de los periódicos han relatado minuto a minuto cada paso de un regreso al que la discreción hubiera debido ser mejor compañera.

La sociedad del espectáculo y la frivolidad alcanza así a instituciones que, por su importancia constitucional, deberían quedar al margen de la "fiesta". Pero no toda la culpa la tienen los medios y la curiosidad popular, por el regreso del que se marchó ante una investigación judicial por temas poco honorables, y que ahora regresa a participar en una regata y en un avión privado cuyo vuelo se desconoce quien ha pagado.

En la medida en que la inviolabilidad de que gozaba en el ejercicio de su cargo le ha librado de cualquier imputación, incluso en sus actividades privadas, no hay ninguna razón que le impida volver a su país y vivir donde le plazca. Pero, a lo mejor, las formas y maneras del regreso no sean lo más conveniente para una institución que, junto a la sociedad del denostado 78, logró devolver la democracia a este castigado país después de la ominosa dictadura.

Entre la España indiferente y la que sigue con devoción los programas de cotilleos de todas las televisiones hay una sociedad cansada de luchar por llegar a fin de mes, harta de una clase política que ha hecho del insulto y la búsqueda de réditos electorales el ejercicio de su función publica. Esa ciudadanía, a la que la pandemia ha precarizado todavía más y que, cuando empezaba a sacar cabeza, llega la crisis de los combustibles y la subida de los precios y la devuelve a la casilla de salida, no está para bromas ni regatas.

Ya solo falta que formaciones como Podemos, ERC, y demás nacionalismos cojan el banderín de enganche del polémico regreso para tratar de conseguir esos votos que se les escapan cuestionando de nuevo la forma del Estado. Las declaraciones altisonantes de Echenique dan una pista, y la feria que se ha montado les va a facilitar la tarea, pese a que el último CIS refleja que este tema no preocupa a nadie.

Para el actual Jefe del Estado, que ha hecho de la seriedad y la solvencia profesional las normas del ejercicio del cargo, esta es una nueva piedra que su padre pone en su camino. Solo queda esperar que, al menos, el reencuentro familiar se produzca en la intimidad y sin retransmisiones en directo.

Al margen de la responsabilidad de los medios por convertir en espectáculo lo que no debía serlo, algo han hecho muy mal entre Moncloa y Zarzuela para que un regreso que debería haberse producido entre la discreción y la normalidad y que tanto tiempo han tenido para preparar, haya acabado en este sainete. Incluso el "retornado" debe estarse acordando de la famosa frase de Lola Flores en la boda de su hija: "¡Si me queréis... irse!"

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