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Etiquetas:   Política

Suspenso a la ministra

Luis del Val
viernes, 17 de abril de 2020, 08:00 h (CET)
MADRID, 16 (OTR/PRESS) En algunas ocasiones, por compromiso o amistad, no me queda más remedio que ir a la Universidad -por lo general a alguna Facultad de Ciencias de la Información- para impartir una charla, seguida de coloquio. A medida que transcurren los años, en las conversaciones con los profesores, observo que la preparación de los alumnos no mejora, sirva como ejemplo que llegan bachilleres que escriben con faltas de ortografía. Y, aunque el informe PISA no me parece de gran fiabilidad -porque no evalúa aspectos importantes de la educación- los alumnos españoles de 15 y 16 años suelen cosechar los peores resultados de la OCDE. La falta de exigencia, la falsa camaradería entre educadores y educandos, la persecución de la memoria como enemiga de la inteligencia, el miedo a los exámenes -cuando la vida es un sometimiento continuo a exámenes diarios- y otros muchos factores han logrado que gran parte de los que se matriculan en la universidad acudan con un amplio bagaje de ignorancias diversas. El próximo curso se avanzará en esta senda, gracias al aprobado general vergonzante, que ha declarado la ministra de Educación, y que destroza el mérito e iguala al esforzado con el vago, al estudioso con el indolente, y al aplicado con el rebelde sin causa. En realidad, hay una ideología buenista de la izquierda, que sueña con que todo español, por el mero hecho de serlo, tenga una licenciatura universitaria. Y hemos avanzado tanto que ya tenemos a licenciados en Derecho, trabajando de escribientes; arquitectos técnicos, conduciendo taxis; licenciados de Bellas Artes como dependientes de comercio, o biólogos ejerciendo de guardas rurales. Pero, por favor, no les hagan exámenes a nadie, no se vayan a traumatizar los pobres alumnos. Y que avancen, de curso en curso, estudien o no, hasta el examen final de la realidad, con la que chocarán de frente, gracias a ministras de Educación como la actual. Por cierto, si alguien repite curso, avísenme: será tan raro que merecerá una entrevista.

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