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MADRID, 15 (OTR/PRESS) Menos mal que en medio de la enorme tragedia del coronavirus, con cerca de 20.000 muertos, tenemos un vicepresidente del Gobierno que se dedica a defender en su twiter "memoria, democracia, justicia social, futuro, República", un ejemplo de coherencia y lealtad a la Constitución y al sistema que nos han dado la etapa democrática más larga de toda la historia de España. En medio de esta terrible crisis, Iglesias está preocupado porque quiere un país "donde jamás viéramos a un jefe del Estado aparecer vestido de uniforme militar".
Menos mal que las Juventudes Socialistas, la rama joven del partido que nos gobierna, también prefieren una República a una Monarquía parlamentaria.
Menos mal que este Gobierno no tiene que hacer autocrítica por su gestión de la crisis, a pesar de que somos el país del mundo con más víctimas en función de la población.
Menos mal que Sánchez no necesita, como Macron, pedir públicamente disculpas ni reconocer errores en la gestión de la crisis, ni tampoco, como hace el presidente francés, mantener un diálogo previo a la adopción de medidas, con los líderes políticos y con los representantes sociales y empresariales.
Menos mal que hemos actuado siempre "los primeros", siempre "siguiendo las indicaciones de los expertos", siempre "atendiendo a las directrices de la OMS", a pesar de lo cual no hemos sido capaces de ofrecer a los hospitales, a los profesionales sanitarios, a los trabajadores, a las farmacias, a las empresas, los necesarios respiradores, mascarillas o los test para hacer pruebas masivas, razón por la cual, seguramente, tenemos el mayor número de víctimas.
Menos mal que hemos contratado con empresas fantasmas que nos han colocado mascarillas o test inservibles y hemos tardado semanas en conectar con empresarios que podían hacerlo en España.
Menos mal que tenemos un Gobierno que se ha preocupado tanto por la salud de los sanitarios españoles que están combatiendo ejemplarmente la crisis y porque tuvieran la protección básica, que somos el país con más, médicos, enfermeras, y personal auxiliar contagiado.
Menos mal que tenemos un Gobierno que se escuda en los expertos y echa la culpa siempre a "los otros". Un Gobierno que desoyó las recomendaciones en enero y febrero de la OMS, que dijo que la suspensión del "Mobile" no era por una cuestión sanitaria", que incitó a manifestarse el 8-M y que ha cambiado varias veces sus decisiones.
Menos mal que todos somos iguales ante la ley porque se ha demostrado que éste no es país para viejos, a los que algunos han tratado de negarles hasta los respiradores o su derecho a ser internados en las UCI.
Menos mal que tenemos un Gobierno que no cuelga en el Portal de Transparencia los contratos que ha hecho con las empresas suministradoras y cuánto se ha pagado, tal vez para que nadie sepa la verdad.
Menos mal que tenemos un Gobierno que pide unidad y lealtad a la oposición y a los empresarios y autónomos pero que no les informa y no comparte o discute medidas con ellos.
Menos mal que nadie ha asumido errores ni ha dimitido. Menos mal que esta crisis no le estalló a un Gobierno del PP porque hoy tendríamos un incendio político de proporciones colosales. Recuerden el 11-M, el Prestige o el rescate-no rescate de la última crisis económica.
Menos mal que la capacidad de aguante de los españoles de izquierdas, derechas y de centro, jóvenes y viejos, son infinitas. Menos mal.
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