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MADRID, 12 (OTR/PRESS) Es bastante desalentador comprobar el desconocimiento que tienen los virus sobre las complicadas divisiones geopolíticas. Mientras los seres humanos nos vamos acercando, poco a poco, al mundo global, y todavía debemos superar numerosas barreras e inconvenientes, los virus vienen globalizados de fábrica, y les da lo mismo desarrollarse en un mamífero andaluz que en uno de Vitoria. Es más, cuando la globalización la subdividimos en autonomías, llega un incendio, y las llamas, con un desconocimiento analfabeto de si el pino pertenece a Castilla o a La Rioja, convierten el árbol en una yesca, a pesar de que hay unos pinos que dependen de consejeros autonómicos de medio ambiente diferentes.
Estamos comprobando, estos días, que la artificial división de la Sanidad Pública en 17 virreinatos de Salud es un engorro frente al desconocimiento autonómico que tiene el coronavirus, que nos está arruinando la salud y la economía.
Excepto el supremacista Torra y su pandilla de orates, convencidos de que, con una República Independiente de Cataluña, el virus jamás hubiera llegado a Manresa, la mayoría de los 47 millones de españoles constatamos la artificiosidad del sistema autonómico, que puede ser útil en algunas cuestiones -y lo es- pero que, en otras, puede fomentar un burocratismo innecesario. La falta de material básico en algunos hospitales -guantes, mascarillas, etcétera- es probable que también se hubiera dado con una Sanidad centralizada, pero no creo que 17 ejércitos para luchar contra la pandemia sea una división más eficaz. Y, claro, la señora Armengol, espero que continúe con la criba, cuyo objetivo es eliminar personal sanitario que no hable catalán. Ese personal sanitario que está demostrando en toda España, y en todos los hospitales, la manifiesta superioridad, moral, ética e intelectual, sobre tantos y tantos de sus jefecillos.
Y, por cierto, el porcentaje de médicos y personal sanitario contagiados por el virus es muy superior al de cualquier otro colectivo. ¡Ojo! Porque quienes nos ayudarán a recuperar la salud serán ellos, no cualquiera de las 17 autoridades sanitarias.
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