La web de chismes TMZ presenta al hijo menor del príncipe heredero Carlos y la célebre Diana en una orgía en las Vegas (la capital norteamericana de varios vicios) sin nada de ropa y en una pose sexual mostrado su trasero abrazando a una de las tantas chicas desnudas que esa noche conoció y llevó a su suite VIP.
Esta no es la primera de sus extravagancias. Ya antes ha sido filmado en borracheras y ha sido acusado de racista por haberse puesto la esvástica nazi en una fiesta o por haber utilizado el término ‘paki’ (un peyorativo a los musulmanes del subcontinente indio).
Henry no es cualquier persona. El fue quien reemplazó a su abuela Elizabeth II, jefa del Estado anfitrión, en la clausura de las Olimpiadas, vistas por mil millones de televidentes. Henry ha buscado alentar a las tropas de ocupación británicas en Iraq y Afganistán participando en operativos en esas tierras, haciendo cosas que no se ha atrevido ninguna otra figura de la realeza. Ante el 30 aniversario de la guerra de las Malvinas fue en una nave militar a estas islas en una actitud que Argentina condenó como provocadora.
Henry es, después de su padre Carlos y su hermano mayor William, el siguiente en la línea de sucesión para el trono británico. Este puesto, además, conduce automáticamente a ser el gobernador de la Iglesia de Inglaterra (la rama central del anglicanismo, la mayor congregación vertical cristiana occidental después de la del Papa), a ser el monarca de otros 15 países (incluyendo al único que abarca casi todo un continente – Australia – y al segundo mayor en área del planeta: Canadá) más una veinteava cantidad de territorios (todo lo cual suma un sexto de la superficie terrestre) y 54 miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones (que agrupa a un cuarto de la humanidad).
Los republicanos y ateos querrán aprovecharse de ello para desacreditar a la monarquía y al anglicanismo por ese escándalo sexual o por despilfarrar fortunas en ‘bacanales’ cuando en Reino Unido el gobierno hace duros ajustes.
Si algún político hubiese sido captado así su cabeza hubiese empezado a rodar, pero esto no acontece con Henry, a quien algunos comentaristas incluso dicen que esto hasta mal no le hace pues le presenta como la cara juvenil, juguetona y traviesa de una monarquía que busca no estar tan tenida de antigüedad y feudalismo. La corona británica sabe aprovecharse de los escándalos para querer aparecer como una familia ‘normal’.