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El palmarés de España se resume en cuatro goles eternos y se espera a conocer al artífice del quinto en la final contra Italia de la Eurocopa de Ucrania y Polonia

Marcelino, ‘Kiko’, Fernando Torres, Iniesta y… ¿quién será el siguiente héroe?

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La biografía de España se resume en cuatro momentos históricos, en cuatro goles eternos. Instantes inolvidables todos ellos. Hazañas recordadas de generación en generación. La primera, fechada en tiempos prehistóricos, porque inauguró el palmarés: el tanto de Marcelino a Rusia en la final de la Eurocopa de 1964. El segundo porque supuso un oasis en plena travesía del desierto: ‘Kiko’ Narváez, en el oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. El tercero porque aportó color a las vitrinas: Fernando Torres, en la final de la Eurocopa de 2008, frente a Alemania. Y el último, todavía resplandeciente en toda retina, porque aupó a España a la cumbre del fútbol. Iniesta ante Holanda en la final del Mundial de Sudáfrica. ¿Quién será el siguiente en escribir su nombre en la historia de España?


Andrés Iniesta, en el gol de Sudáfrica

Después de noventa años de historia, España está saboreando y disfrutando sus años más dorados en compañía de un esférico. Es una época que se esperaba desde tiempos inmemoriales. Desde que gente innovadora como Zamora, Belauste, Samitier, Patricio, Pichichi y otros cuantos formaran parte de aquella selección que encendiera la mecha oficial -contra Dinamarca- de la selección durante los Juegos Olímpicos de Amberes, coronados con una medalla de plata, el primer logro. Por cierto, camino de esa presea, se ganó a Italia (2-0). Buen presagio. Desde esos años, España ha configurado una biografía con una mezcla de sinsabores, con momentos trágicos y otros mágicos como el tanto de Zarra a Inglaterra en la cita mundialista de Brasil, esa histórica remontada a Malta en Sevilla, esa clasificación como finalista en la Eurocopa de Francia en 1984, esos cuatro tantos de Butragueño en México o todos aquellos recuerdos que cada uno guarda en su memoria.

Pero si uno se ciñe a los éxitos -se mire como se mire, el importante es el primero, no el segundo- España reúne cuatro encuentros para su historia, para engordar su palmarés y crecer entre otras selecciones. Cuatro partidos con cuatro tantos para la posteridad, cuatro goles que jamás nadie olvidará, que siempre serán contados. Cada uno lo hará a su manera. Con sus sensaciones. Pero todas estas historias terminarán con el mismo desenlace: un éxito sobre un balón y una alegría para el pueblo. La primera sonrisa se esboza en blanco y negro, en tiempos del franquismo, donde España aún carecía de un hueco en el escenario futbolístico. Sucedió, además, en Madrid, en el Santiago Bernabéu. Frente a una potencia como la URSS y un mito de este deporte como Yashin, ese portero bautizado como la ‘araña negra’ y poseedor del único balón de oro concedido a un guardameta. “Era un portero que imponía. Le marqué de cabeza. Ganamos nosotros, que éramos una selección no un equipo como ahora. Ni nos entrenábamos ni casi jugábamos amistosos”, recordó el autor de esta gesta en ‘El País’.

Torres e Iniesta, trofeos en color
Desde esa gesta tuvieron que transcurrir 44 años –con la excepción del tanto de ‘Kiko’ en la final ante Polonia de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992- hasta que España volvió a conquistar un torneo de selecciones. Sucedió en otra Eurocopa, celebrada en Austria y Suiza en 2008. España, con un fútbol preciosista, se plantó en la final ante Alemania. La interpretación de héroe recayó, ésta vez, en Fernando Torres. Su tanto supuso el primer europeo en color. “El gol me dio una enorme alegría el gol de Torres porque ya me apenaba la trayectoria de la selección y el título de 1964 ya estaba añejo. Los goles de Torres e Iniesta han revalorizado el mío. La historia suma y no se podía vivir de ella sin sumar”, reflexiona Marcelino. Su sucesor en estos temas también recuerda ese momento: “No me quitaba de la cabeza el sueño de marcar en el encuentro definitivo. Era consciente de que, si lo lograba, pasaba a la historia. Elevársela al portero era la única opción porque se había tirado al suelo”.

En ese momento, sobre el césped de El Prater de Viena, Fernando Torres tuvo un presentimiento, que acabó haciéndose realidad. “Cuando Iker levantó la Copa tuve la sensación de que no iba a ser la última”. Así sucedió. Esa misma generación, con algunas modificaciones de futbolistas y del seleccionador –Del Bosque reemplazó a Luis Aragonés-, España se proclamó campeona del mundo en Sudáfrica. Sólo dos años después. “El tanto de Iniesta cambió nuestra existencia. Todo se volvió claro. ¡Qué momento!, recuerda Fernando Torres. E Iniesta inscribió su nombre en la historia del fútbol español. “Pensé en cómo pegarle a la pelota y dónde quería ponerla. Desde que la controlé sabía que iba a ser gol, que iba a marcar. Sé que el defensa no llega, que el portero no llega... Desde el principio sé dónde quiero ponerla y le pego con el empeine, cruzada, muy fuerte. Sabía que era gol”. Quizá, frente a Italia, haya un sucesor a estos goleadores y goles de tanta grandeza.

CUATRO GOLES PARA LA HISTORIA (se incluye el tanto de Zarra)

Marcelino, ‘Kiko’, Fernando Torres, Iniesta y… ¿quién será el siguiente héroe?

El palmarés de España se resume en cuatro goles eternos y se espera a conocer al artífice del quinto en la final contra Italia de la Eurocopa de Ucrania y Polonia
Rafael Merino
sábado, 30 de junio de 2012, 18:16 h (CET)
La biografía de España se resume en cuatro momentos históricos, en cuatro goles eternos. Instantes inolvidables todos ellos. Hazañas recordadas de generación en generación. La primera, fechada en tiempos prehistóricos, porque inauguró el palmarés: el tanto de Marcelino a Rusia en la final de la Eurocopa de 1964. El segundo porque supuso un oasis en plena travesía del desierto: ‘Kiko’ Narváez, en el oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. El tercero porque aportó color a las vitrinas: Fernando Torres, en la final de la Eurocopa de 2008, frente a Alemania. Y el último, todavía resplandeciente en toda retina, porque aupó a España a la cumbre del fútbol. Iniesta ante Holanda en la final del Mundial de Sudáfrica. ¿Quién será el siguiente en escribir su nombre en la historia de España?


Andrés Iniesta, en el gol de Sudáfrica

Después de noventa años de historia, España está saboreando y disfrutando sus años más dorados en compañía de un esférico. Es una época que se esperaba desde tiempos inmemoriales. Desde que gente innovadora como Zamora, Belauste, Samitier, Patricio, Pichichi y otros cuantos formaran parte de aquella selección que encendiera la mecha oficial -contra Dinamarca- de la selección durante los Juegos Olímpicos de Amberes, coronados con una medalla de plata, el primer logro. Por cierto, camino de esa presea, se ganó a Italia (2-0). Buen presagio. Desde esos años, España ha configurado una biografía con una mezcla de sinsabores, con momentos trágicos y otros mágicos como el tanto de Zarra a Inglaterra en la cita mundialista de Brasil, esa histórica remontada a Malta en Sevilla, esa clasificación como finalista en la Eurocopa de Francia en 1984, esos cuatro tantos de Butragueño en México o todos aquellos recuerdos que cada uno guarda en su memoria.

Pero si uno se ciñe a los éxitos -se mire como se mire, el importante es el primero, no el segundo- España reúne cuatro encuentros para su historia, para engordar su palmarés y crecer entre otras selecciones. Cuatro partidos con cuatro tantos para la posteridad, cuatro goles que jamás nadie olvidará, que siempre serán contados. Cada uno lo hará a su manera. Con sus sensaciones. Pero todas estas historias terminarán con el mismo desenlace: un éxito sobre un balón y una alegría para el pueblo. La primera sonrisa se esboza en blanco y negro, en tiempos del franquismo, donde España aún carecía de un hueco en el escenario futbolístico. Sucedió, además, en Madrid, en el Santiago Bernabéu. Frente a una potencia como la URSS y un mito de este deporte como Yashin, ese portero bautizado como la ‘araña negra’ y poseedor del único balón de oro concedido a un guardameta. “Era un portero que imponía. Le marqué de cabeza. Ganamos nosotros, que éramos una selección no un equipo como ahora. Ni nos entrenábamos ni casi jugábamos amistosos”, recordó el autor de esta gesta en ‘El País’.

Torres e Iniesta, trofeos en color
Desde esa gesta tuvieron que transcurrir 44 años –con la excepción del tanto de ‘Kiko’ en la final ante Polonia de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992- hasta que España volvió a conquistar un torneo de selecciones. Sucedió en otra Eurocopa, celebrada en Austria y Suiza en 2008. España, con un fútbol preciosista, se plantó en la final ante Alemania. La interpretación de héroe recayó, ésta vez, en Fernando Torres. Su tanto supuso el primer europeo en color. “El gol me dio una enorme alegría el gol de Torres porque ya me apenaba la trayectoria de la selección y el título de 1964 ya estaba añejo. Los goles de Torres e Iniesta han revalorizado el mío. La historia suma y no se podía vivir de ella sin sumar”, reflexiona Marcelino. Su sucesor en estos temas también recuerda ese momento: “No me quitaba de la cabeza el sueño de marcar en el encuentro definitivo. Era consciente de que, si lo lograba, pasaba a la historia. Elevársela al portero era la única opción porque se había tirado al suelo”.

En ese momento, sobre el césped de El Prater de Viena, Fernando Torres tuvo un presentimiento, que acabó haciéndose realidad. “Cuando Iker levantó la Copa tuve la sensación de que no iba a ser la última”. Así sucedió. Esa misma generación, con algunas modificaciones de futbolistas y del seleccionador –Del Bosque reemplazó a Luis Aragonés-, España se proclamó campeona del mundo en Sudáfrica. Sólo dos años después. “El tanto de Iniesta cambió nuestra existencia. Todo se volvió claro. ¡Qué momento!, recuerda Fernando Torres. E Iniesta inscribió su nombre en la historia del fútbol español. “Pensé en cómo pegarle a la pelota y dónde quería ponerla. Desde que la controlé sabía que iba a ser gol, que iba a marcar. Sé que el defensa no llega, que el portero no llega... Desde el principio sé dónde quiero ponerla y le pego con el empeine, cruzada, muy fuerte. Sabía que era gol”. Quizá, frente a Italia, haya un sucesor a estos goleadores y goles de tanta grandeza.

CUATRO GOLES PARA LA HISTORIA (se incluye el tanto de Zarra)

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