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Frank van de Velde / Creative Commons 2.0 |
Es un Ferrari, pero no uno cualquier. Es el Ferrari 250 GTO, fabricado en 1960 y que 50 años después se ha convertido en el coche más caro del mundo.
28,2 millones de euros ha pagado su comprador desconocido, destronando así al Bugatti Type 57SC Atlantic de 1936, vendido en su momento por 25 millones de euros.
Entre 1962 y el año 2000, este Ferrari ha tenido ocho propietarios, el último el holandés Erik Heerema, quien pagó por él 7 millones de euros.
Este modelo estaba destinado a la competición. Se construyeron 39 ejemplares, de los cuales solo sobrevivieron 10. El deportivo tiene el número 3505 grabado y soldado a mano y todavía conserva su color verde original.