El 7 de Octubre son las elecciones presidenciales venezolanas. Durante 13 años Hugo Chávez ha ganado todas éstas aunque ahora dentro de muchos de sus amigos no se denota la misma confianza.
Por una parte la oposición se ha unificado en torno a un candidato ‘moderado’ (Capriles) cuya nominación se dio en un proceso que ésta clama haber tenido 3 millones de votantes (cifra a la que no llegan los que participan en las internas del oficialismo). Por otra parte la salud del candidato que quiere llegar a su cuarto mandato está tan afectada por el cáncer que ha debido volver a Cuba en plena campaña electoral primero para una nueva operación y ahora para un nuevo tratamiento de quimioterapia.
En lo que va de este milenio Caracas ha producido un cambio en su región y en el mundo. En la América al sur de EEUU inició la ola de nuevos gobiernos constitucionales que se inclinaban hacia la izquierda y se aliaban a Cuba. La Alianza Bolivariana formada por Chávez y Castro integra a Bolivia, Ecuador, Nicaragua y 3 Antillas de la Commonwealth. Tras el ascenso del “socialismo del siglo XXI” en Venezuela Brasil, Argentina, Guatemala, Paraguay y Perú fueron eligiendo gobiernos nacionalistas amigos, mientras que los que llegaron a regentar Chile, Honduras y Guatemala acabaron siendo desplazados por la derecha.
Chávez ha sido clave en la estructuración de la Unión e Naciones Suramericanas (UNASUR) y en la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños (CELAC) y en hacer que Latinoamérica y el Caribe se acerquen entre sí y marquen distancias ante Washington.
Venezuela, a su vez, ha generado un modelo que mantiene el capitalismo, las inversiones extranjeras y una forma de democracia multipartidaria pero con una creciente intervención estatal y políticas asistencialistas.
Hoy en día todos los ‘logros’ de la que se proclama como una ‘revolución bolivariana’ hecha por ‘todo un pueblo’ se pone en tela de juego solo por la salud de un solo individuo, lo cual, en cierta manera muestra las limitaciones del proyecto.
Lula, al igual que Chávez, fue sacudido casi al mismo tiempo por un cáncer que le hizo rapar el pelo. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores sigue firme controlando al Brasil debido a que el primer obrero sindicalista en llegar a una presidencia suramericana educó cuadros para que le remplacen y permitió la alternancia en el poder dentro de su propio movimiento.
El chavismo ha influenciado a que en Bolivia, Ecuador y Nicaragua se cambien las constituciones para permitir la re-elección presidencial. Ello ha desarrollado una forma de nuevo caudillismo dentro de la izquierda, la cual, por el momento, le ha producido buenos resultados electorales, pero, tal como se evidencia en el caso llanero, esto implica poner todos los huevos en una misma canasta y en supeditarlo todo a la suerte de un mortal.
El 7 de Octubre son las elecciones presidenciales venezolanas. Durante 13 años Hugo Chávez ha ganado todas éstas aunque ahora dentro de muchos de sus amigos no se denota la misma confianza.
Por una parte la oposición se ha unificado en torno a un candidato ‘moderado’ (Capriles) cuya nominación se dio en un proceso que ésta clama haber tenido 3 millones de votantes (cifra a la que no llegan los que participan en las internas del oficialismo). Por otra parte la salud del candidato que quiere llegar a su cuarto mandato está tan afectada por el cáncer que ha debido volver a Cuba en plena campaña electoral primero para una nueva operación y ahora para un nuevo tratamiento de quimioterapia.
En lo que va de este milenio Caracas ha producido un cambio en su región y en el mundo. En la América al sur de EEUU inició la ola de nuevos gobiernos constitucionales que se inclinaban hacia la izquierda y se aliaban a Cuba. La Alianza Bolivariana formada por Chávez y Castro integra a Bolivia, Ecuador, Nicaragua y 3 Antillas de la Commonwealth. Tras el ascenso del “socialismo del siglo XXI” en Venezuela Brasil, Argentina, Guatemala, Paraguay y Perú fueron eligiendo gobiernos nacionalistas amigos, mientras que los que llegaron a regentar Chile, Honduras y Guatemala acabaron siendo desplazados por la derecha.
Chávez ha sido clave en la estructuración de la Unión e Naciones Suramericanas (UNASUR) y en la Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños (CELAC) y en hacer que Latinoamérica y el Caribe se acerquen entre sí y marquen distancias ante Washington.
Venezuela, a su vez, ha generado un modelo que mantiene el capitalismo, las inversiones extranjeras y una forma de democracia multipartidaria pero con una creciente intervención estatal y políticas asistencialistas.
Hoy en día todos los ‘logros’ de la que se proclama como una ‘revolución bolivariana’ hecha por ‘todo un pueblo’ se pone en tela de juego solo por la salud de un solo individuo, lo cual, en cierta manera muestra las limitaciones del proyecto.
Lula, al igual que Chávez, fue sacudido casi al mismo tiempo por un cáncer que le hizo rapar el pelo. Sin embargo, el Partido de los Trabajadores sigue firme controlando al Brasil debido a que el primer obrero sindicalista en llegar a una presidencia suramericana educó cuadros para que le remplacen y permitió la alternancia en el poder dentro de su propio movimiento.
El chavismo ha influenciado a que en Bolivia, Ecuador y Nicaragua se cambien las constituciones para permitir la re-elección presidencial. Ello ha desarrollado una forma de nuevo caudillismo dentro de la izquierda, la cual, por el momento, le ha producido buenos resultados electorales, pero, tal como se evidencia en el caso llanero, esto implica poner todos los huevos en una misma canasta y en supeditarlo todo a la suerte de un mortal.
Las economías en desarrollo de Asia y el Pacífico crecen de manera sostenida, previsiblemente 4,9 por ciento en 2023 y en un porcentaje similar lo harán el año próximo, según las previsiones del Banco Asiático de Desarrollo (BAD). En cuanto a la inflación, se espera que se modere en 2024 y 2025, después de haber sido impulsada por el aumento de los precios de los alimentos en muchas economías durante los últimos dos años.
Hace un año estalló la guerra en Sudán y los llamamientos para detenerla crecen cuando se avecina el primer año de ese conflicto, que se ha cobrado unas 15.000 vidas de civiles y desplazado de sus hogares a más de seis millones de personas.
Un año después del estallido de los combates, Sudán se enfrenta a una de las crisis humanitarias más graves de todo el mundo: 24 millones de personas tienen necesidad de asistencia humanitaria. Tras estas cifras también se oculta la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con más de 8 millones de personas desplazadas internamente en Sudán o que buscan refugio en países vecinos desde el inicio del conflicto, el 15 de abril del pasado año.