Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Internacional | Paraguay | Conrado Pappalardo
La homonimia es la coartada de moda para justificar todo tipo de iniquidades e infamias en el Paraguay gobernado por el cura Fernando Lugo

El homónimo de Conrado Pappalardo

|

Cuando un gobernador del interior del Paraguay acusó la semana pasada al ex jefe de ceremonias del dictador Alfredo Stroessner, Conrado Pappalardo de haber recibido inmensas extensiones de tierra sin ser sujeto de reforma agraria, el imputado se defendió alegando que debería tratarse de algún homónimo, dado que su abuelo también se llamaba Conrado.

La coartada prendió tanto que el ministro de deportes del cura Fernando Lugo,  Paulo Reichardt quien durante el último año de la dictadura, en 1988 recibió 4000 hectáreas en Alto Paraguay, decidió también utilizarla para su bochornoso caso.  De esta manera, la homonimia se convirtió en la forma más elegante de eludir las cuentas con el pasado entre los personeros del gobierno arzobispal.

Lo que no se explica es qué hacía un homónimo de Conrado Pappalardo recibiendo tierras del régimen estronista en su lugar, dado que el hombre fuerte de la dictadura era él, o sea el verdadero Conrado Pappalardo.

A partir de este valioso esclarecimiento realizado ante los medios por el verdadero Pappalardo, podemos deducir que el auténtico Conrado Pappalardo nunca se involucró en el atentado de Orlando Letelier en Washington, otra infame obra de su doble y homónimo. Fue su homónimo quien personalmente pidió al dictador Stroessner, que emitiera pasaportes con nombres falsos para Michael V.Townley y Armando Fernández Larios.   De esta manera, fue el homónimo de Conrado Pappalardo quien ayudó a estos dos agentes de la DINA (policía política chilena), que posteriormente se declararían culpables del atentado mortal contra el ex canciller de Salvador Allende, Orlando Letelier, cometido en Washington el 11 de septiembre de 1976.

No era Conrado Pappalardo, sino su doble y homónimo, quien cumplía con la función de entregar la tijera para que Stroessner cortara la cinta en las inauguraciones que utilizaba la dictadura como actos de propaganda neo nazi.  Fue el homónimo de Conrado Pappalardo quien presentó al santo varón Juan Carlos Wasmosy ante David Rockefeller, y fue el mismo malhadado homónimo quien ofició de guía turístico del cura presidente Fernando Lugo en Nueva York.

A partir de esta valiosa contribución del verdadero Conrado Pappalardo al revisionismo histórico, podemos deducir que no fue el cura Fernando Lugo quien embarazó a Viviana Carrillo, Hortensia Morán ni a Benigna Leguizamón. Simplemente se trataba de un caso de homonimia.

No fue Humberto Rubín, sino su doble y homónimo, quien animaba los cumpleaños del dictador Stroessner y le dedicaba kilométricos elogios en la fecha feliz de su onomástico, allá por la época en que con dinero de la intendencia del ejército el coronel Pablo Rojas disponía el montaje de radio Ñandutí.  No era Aldo Zucolillo, sino su homónimo, quien religiosamente entregaba millonarios aportes para los congresos de la Liga Mundial Anticomunista y donaba importantes sumas para el mantenimiento de “la técnica” dirigida por Antonio Campos Alum.

Curiosamente también entregaban al mismo destino sus contribuciones homónimos de conocidos personajes como Blas N. Riquelme, Rolando Niella, Alberto Antebi o Nicolás Bo.

No fue Aldo Zucolillo, sino su homónimo que usurpó por algunos días la dirección de su diario, quien dedicó en su momento elogios desde el editorial de ABC a Videla, Pinochet y se ufanó de recibir a Stroessner “en su casa”.

Cuando el gobierno del cura Fernando Lugo sea historia, en el espacio de lucha política que en Paraguay constituye la memoria se iniciará la batalla que llevará a las cumbres luminosas de la verdad, y se descubrirá que no fue Camilo Soares sino su doble y homónimo, quien sobrefacturó panificados para la secretaría de emergencias durante el gobierno arzobispal. Y que no fue Marcial Congo, sino su doble y homónimo, quien ubicó a su esposa en Itaipú y se mudó a Mburuvicha róga a disfrutar de las mieles del oportunismo.

También se exculpará a López Perito de haber llenado de parientes políticos a la administración pública, y a la cabeza de Mepshow, Jorge Escobar, de haber estafado a medio Paraguay.  Todas estas infamias quedarán aclaradas a partir del caso de homonimia que logró develar Conrado Pappalardo.

Ya Rodolfo Walsh decía que la historia a veces parece una propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.

El homónimo de Conrado Pappalardo

La homonimia es la coartada de moda para justificar todo tipo de iniquidades e infamias en el Paraguay gobernado por el cura Fernando Lugo
Luis Agüero Wagner
martes, 21 de febrero de 2012, 07:37 h (CET)
Cuando un gobernador del interior del Paraguay acusó la semana pasada al ex jefe de ceremonias del dictador Alfredo Stroessner, Conrado Pappalardo de haber recibido inmensas extensiones de tierra sin ser sujeto de reforma agraria, el imputado se defendió alegando que debería tratarse de algún homónimo, dado que su abuelo también se llamaba Conrado.

La coartada prendió tanto que el ministro de deportes del cura Fernando Lugo,  Paulo Reichardt quien durante el último año de la dictadura, en 1988 recibió 4000 hectáreas en Alto Paraguay, decidió también utilizarla para su bochornoso caso.  De esta manera, la homonimia se convirtió en la forma más elegante de eludir las cuentas con el pasado entre los personeros del gobierno arzobispal.

Lo que no se explica es qué hacía un homónimo de Conrado Pappalardo recibiendo tierras del régimen estronista en su lugar, dado que el hombre fuerte de la dictadura era él, o sea el verdadero Conrado Pappalardo.

A partir de este valioso esclarecimiento realizado ante los medios por el verdadero Pappalardo, podemos deducir que el auténtico Conrado Pappalardo nunca se involucró en el atentado de Orlando Letelier en Washington, otra infame obra de su doble y homónimo. Fue su homónimo quien personalmente pidió al dictador Stroessner, que emitiera pasaportes con nombres falsos para Michael V.Townley y Armando Fernández Larios.   De esta manera, fue el homónimo de Conrado Pappalardo quien ayudó a estos dos agentes de la DINA (policía política chilena), que posteriormente se declararían culpables del atentado mortal contra el ex canciller de Salvador Allende, Orlando Letelier, cometido en Washington el 11 de septiembre de 1976.

No era Conrado Pappalardo, sino su doble y homónimo, quien cumplía con la función de entregar la tijera para que Stroessner cortara la cinta en las inauguraciones que utilizaba la dictadura como actos de propaganda neo nazi.  Fue el homónimo de Conrado Pappalardo quien presentó al santo varón Juan Carlos Wasmosy ante David Rockefeller, y fue el mismo malhadado homónimo quien ofició de guía turístico del cura presidente Fernando Lugo en Nueva York.

A partir de esta valiosa contribución del verdadero Conrado Pappalardo al revisionismo histórico, podemos deducir que no fue el cura Fernando Lugo quien embarazó a Viviana Carrillo, Hortensia Morán ni a Benigna Leguizamón. Simplemente se trataba de un caso de homonimia.

No fue Humberto Rubín, sino su doble y homónimo, quien animaba los cumpleaños del dictador Stroessner y le dedicaba kilométricos elogios en la fecha feliz de su onomástico, allá por la época en que con dinero de la intendencia del ejército el coronel Pablo Rojas disponía el montaje de radio Ñandutí.  No era Aldo Zucolillo, sino su homónimo, quien religiosamente entregaba millonarios aportes para los congresos de la Liga Mundial Anticomunista y donaba importantes sumas para el mantenimiento de “la técnica” dirigida por Antonio Campos Alum.

Curiosamente también entregaban al mismo destino sus contribuciones homónimos de conocidos personajes como Blas N. Riquelme, Rolando Niella, Alberto Antebi o Nicolás Bo.

No fue Aldo Zucolillo, sino su homónimo que usurpó por algunos días la dirección de su diario, quien dedicó en su momento elogios desde el editorial de ABC a Videla, Pinochet y se ufanó de recibir a Stroessner “en su casa”.

Cuando el gobierno del cura Fernando Lugo sea historia, en el espacio de lucha política que en Paraguay constituye la memoria se iniciará la batalla que llevará a las cumbres luminosas de la verdad, y se descubrirá que no fue Camilo Soares sino su doble y homónimo, quien sobrefacturó panificados para la secretaría de emergencias durante el gobierno arzobispal. Y que no fue Marcial Congo, sino su doble y homónimo, quien ubicó a su esposa en Itaipú y se mudó a Mburuvicha róga a disfrutar de las mieles del oportunismo.

También se exculpará a López Perito de haber llenado de parientes políticos a la administración pública, y a la cabeza de Mepshow, Jorge Escobar, de haber estafado a medio Paraguay.  Todas estas infamias quedarán aclaradas a partir del caso de homonimia que logró develar Conrado Pappalardo.

Ya Rodolfo Walsh decía que la historia a veces parece una propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto