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En su programa Te doy mi palabra

Isabel Gemio, ocho horas de buenas noticias

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Estamos pasándolo muy mal, las manifestaciones por los recortes del Gobierno son el pan nuestro de cada día, los ERES empresariales se suceden con demasiada frecuencia, el paro sigue una línea ascendente, familias se quedan en la calle y sin un euro para sobrevivir, tampoco la policía, ni los taxistas, ni los empresarios están contentos pues de sus bolsillos, si les dan la vuelta, no cae ni polvo.

Los políticos están ausentes y aquellos que se vanagloriaban de poder reconducir estos tiempos a mejor se han quedado mudos, y los que avisaron de que íbamos a pasarlas canutas se quedaron muy cortos, incluso ellos no entienden lo que está pasando aunque unos y otros siguen con sus coches oficiales y sus diversas prebendas mientras hacen gala de una fe que ni Cristo en la tierra lo entendería. Vamos a verlo en positivo, si siguen teniendo sus coches con chofer oficial aún hay personal que conserva su sueldo, eso es bueno, nos alegramos.

Clase política y banqueros

Pero la clase política y los banqueros están dando un ejemplo difícil de comprender, los que manejan el dinero del país no sufren las consecuencias de la crisis, todo lo contrario, se jubilan con sendas planes de pensiones y con retribuciones millonarias aunque hayan arruinado el banco o la caja que dirigían, y todo con la anuencias de la clase política que se lo permite, se dictan leyes subiendo los impuestos a los trabajadores y a la llamada clase media mientras se beneficia a los más ricos.

Los pobres seguimos siendo más pobres que nunca jamás, entre otras muchas cosas porque cuando se es pobre y se acude a los Servicios Sociales que son los que deben velar para la población en estados de necesidad como los de este momento no están, no contestan y si lo hacen argumentan que como han crecido los problemas de las personas y con ellos la solicitud de prestaciones y el presupuesto se ha reducido por orden del político de turno no pueden ayudar a los que llegan con una mano delante y otra detrás.

Un túnel sin salida

Estamos en un túnel sin salida y lo que es peor al final del mismo no hay luz, ni en la lejanía. Un desastre. Para mayor “inri” vemos todos los días aquellos defraudadores que pasan por gente trabajadora, eficaz y que si han tenido un “problema” de malversación de fondos o bien han usado sus influencias a cambios de regalos costosos, se salen de rositas, el pueblo está indignado, ¿quién piensa en el pueblo?, mucho me temo que nadie, así me lo parece a mí.

Voy a citar un caso claro, el de Millet y el resto de implicados en el caso del Palau de la Música, por no sé qué razón de peso este señor aún no ha sido citado a juicio, su estafa (ya no sé si tengo que escribir supuesta, creo que no) de grandes dimensiones todavía está en fase de instrucción en el juzgado correspondiente por el que ya han pasado tres jueces y mientras la lentitud de la justicia sigue su camino a paso de tortuga este señor imputado por haberse llevado según los informes policiales varios millones de euros se va de vacaciones a la casa que tiene en Menorca y lleva una vida absolutamente normal y acude a jugar al tenis como si nada hubiera sucedido, por supuesto nunca devolvió el dinero que le hizo multimillonario a base de “toques mágicos” y tampoco, hasta el momento ha pagado por ello.

La angustia de vivir

Digamos que la justicia, en la que creo de verdad, en algunos casos a los del pueblo, los que vivimos mal, con angustia, comiendo nada o poco, no vemos que actúe según creemos debía hacerlo y además nos hace plantear el tema de que si uno de nosotros hubiera actuado como en el caso al que me estoy refiriendo, ya saben que hay muchos más, pero muchos, muchos, lo escribo y me reafirmo hasta la saciedad, quizá a todos nosotros ya nos habrían pasado por la hoguera, lo que es decir que nuestros huesos descansarían, con una sentencia de muchos años, en algunas de las prisiones conocidas por todos, al menos sus nombres.

Isabel Gemio, comunicadora de verdad

Isabel Gemio, profesional de la comunicación, que domina hace años primero en la radio, recordemos que fue la primera “chica de la radio” que desde Radio Barcelona impactó en la noche. Isabel llegó a Catalunya desde su Extremadura natal, estuvo un tiempo trabajando en Girona, también en la radio y luego se instaló en Barcelona, triunfó en las noches radiofónicas, creó un estilo propio y su voz cálida en las madrugadas tuvo que padecer verdaderos problemas de radioyentes en apuros personales, en este trabajo y en el contacto vía teléfono, topó de lleno con la gente que le explicaba su vida, algunas veces divertida, otras anodina y en los peores momentos casos de vivencias realmente dramáticas. Isabel se curtió en esa radio situada en Casp 6 para después dar el salto a la TVE de Sant Cugat, su camino ascendente la llevó a dejar Barcelona por las ofertas que le llegaban desde Madrid, posibilidades mucho más tentadoras y en donde ella conseguiría el éxito en sus distintos programas triunfando en la televisión con audiencias ahora imposibles y llegando al público de verdad.

¿Recuerdan Lo que necesitas es amor o Sorpresa sorpresa?

¿Quién no la recuerda en “Lo que necesitas es amor”? o en el súper programa, “Sorpresa, sorpresa”, si ya sé, han pasado los años, estoy hablando de programas que se vieron en directo la mayoría de ellos entre los años 1993, 1994, 1996 y 1998. Han pasado muchas cosas desde entonces, cierto, pero a Isabel Gemio en algún momento de nuestras vidas la recordamos, quizá no todos pues es imposible, por su forma de hacer y conducir aquellos programas, Isabel creó un estilo cercano, dinámico y en los programas en los que dio la cara explicaba cosas y se implicaba en los mismos. Ella es una mujer que vive la vida y se arriesga en ella. Es así. Lo tomas o lo dejas.

Seguro que los de Antena3 Tv cuando repasan el historial de su programación se dan cuenta, aún hoy, de lo que significó Isabel en aquella programación como también en televisión española, una estrella que trabajaba con los cinco sentidos, tampoco debemos olvidar un programa mas cercano en el tiempo, “Una carta para ti”.

Fueron programas que ganaban en share y además de formar parte del divertimento también servían para creer en los seres humanos, ese tema que parece hoy está ausente en demasiados espacios de comunicación.

La chica de la radio sigue hoy en la radio, en Onda Cero, los fines de semana con el programa “Te doy mi palabra”, es un magacín que llena las mañanas desde las 8 hasta mediodía, sábado y domingo, ocho horas de radio en dos días.

Te doy mi palabra los fines de semana

Los programas de radio semanales a mi siempre me han parecido mas difíciles de llevar a cabo, ¿por qué?, sencillo, sólo valen las noticias que casi casi acaban de ocurrir, los magacines que tienen presencia durante toda la semana hacen un seguimiento de las noticias días a día, los fines de semana eso es imposible, los fines de semana exige hilvanar un programa con muchos contenidos que sean actuales, que sean amenos y que tengan el sello de lo único, lo inesperado y lo especial para ese mismo programa.

Ocho horas de noticias positivas

Esta semana, hoy todavía la pueden escuchar, Isabel Gemio en el programa que presenta y dirige ha ideado un fin de semana de buenas noticias: “Vamos a hacer ocho horas de radio con información positiva-dijo ayer al empezar el primer programa de la semana-“¿crees que lo conseguiremos? ¿Nos vas a ayudar?” preguntaba a los que la escuchaban, aclarando que: “no es un optimismo simplón, no somos ilusos, pero somos dueños de nuestra mirada” para añadir un poco mas tarde: “Cambiando la forma de mirar todo va a cambiar…” Y aseguraba que también era buena la opción de ver el vaso medio lleno. En realidad Isabel cree, como otras muchas personas, que con lo que está cayendo debemos tomar una mejor actitud, sea como sea y ante lo que sea. Por eso la palabra “crisis” ni ayer ni hoy tenían vigencia en “Te doy mi palabra”.

Cambiar las circunstancias desde la clase trabajadora

Esta semana he hablado con una importante empresaria que era de la misma opinión que Isabel en el programa de radio de este fin de semana, esta empresaria, que no tiene que temer quedarse sin un euro, es una persona responsable que está al día de todos los conflictos y cree que la solución nunca nos va a llegar ni de los políticos ni de los que más tienen, está convencida que la actitud y el trabajo de las personas serán las que cambiarán el rumbo de esta sociedad, los más innovadores, los más perspicaces, que no quiere decir los falsificadores, ni los mafiosos, ni los tramposos, no, los que tengan mas iniciativas y quieran renovarse son los que van a conseguir una sociedad distinta, me aseguraba que todo lo que se ha vivido ya está pasado, por lo tanto hay que crear una sociedad nueva, válida, con base humana, esa es la forma, por tanto, que entronca mucho con la actitud de Isabel Gemio y toda la gente que está con ella trabajando en la radio, hay que ver la vida desde el otro lado, sin pasar por encima de la realidad pero dando oportunidad a expresarse con otros contenidos que existen, a veces nadie les hace caso porque son tan buenos que ya no venden, porque hoy, desgraciadamente, aún vende más la porquería que la inteligencia, es así, pero hay que darle la vuelta a todo, como siempre, los sabios ya lo hicieron en su momento, pero hoy no hay sabios reconocidos, una lástima, vayamos a buscarlos, como Isabel Gemio lo hace en su programa en este fin de semana, ha ido a buscar las noticias positivas y las ha habido. Nos gusta, esto nos gusta, claro, la vida sigue y no hay que darle siempre la espalda a la mayor, pero lo otro, lo que algunos llaman “menor”, existe y a veces se expande y por suerte se convierte en mayor o importante.

Isabel Gemio, ocho horas de buenas noticias

En su programa Te doy mi palabra
Teresa Berengueras
domingo, 29 de enero de 2012, 09:16 h (CET)
Estamos pasándolo muy mal, las manifestaciones por los recortes del Gobierno son el pan nuestro de cada día, los ERES empresariales se suceden con demasiada frecuencia, el paro sigue una línea ascendente, familias se quedan en la calle y sin un euro para sobrevivir, tampoco la policía, ni los taxistas, ni los empresarios están contentos pues de sus bolsillos, si les dan la vuelta, no cae ni polvo.

Los políticos están ausentes y aquellos que se vanagloriaban de poder reconducir estos tiempos a mejor se han quedado mudos, y los que avisaron de que íbamos a pasarlas canutas se quedaron muy cortos, incluso ellos no entienden lo que está pasando aunque unos y otros siguen con sus coches oficiales y sus diversas prebendas mientras hacen gala de una fe que ni Cristo en la tierra lo entendería. Vamos a verlo en positivo, si siguen teniendo sus coches con chofer oficial aún hay personal que conserva su sueldo, eso es bueno, nos alegramos.

Clase política y banqueros

Pero la clase política y los banqueros están dando un ejemplo difícil de comprender, los que manejan el dinero del país no sufren las consecuencias de la crisis, todo lo contrario, se jubilan con sendas planes de pensiones y con retribuciones millonarias aunque hayan arruinado el banco o la caja que dirigían, y todo con la anuencias de la clase política que se lo permite, se dictan leyes subiendo los impuestos a los trabajadores y a la llamada clase media mientras se beneficia a los más ricos.

Los pobres seguimos siendo más pobres que nunca jamás, entre otras muchas cosas porque cuando se es pobre y se acude a los Servicios Sociales que son los que deben velar para la población en estados de necesidad como los de este momento no están, no contestan y si lo hacen argumentan que como han crecido los problemas de las personas y con ellos la solicitud de prestaciones y el presupuesto se ha reducido por orden del político de turno no pueden ayudar a los que llegan con una mano delante y otra detrás.

Un túnel sin salida

Estamos en un túnel sin salida y lo que es peor al final del mismo no hay luz, ni en la lejanía. Un desastre. Para mayor “inri” vemos todos los días aquellos defraudadores que pasan por gente trabajadora, eficaz y que si han tenido un “problema” de malversación de fondos o bien han usado sus influencias a cambios de regalos costosos, se salen de rositas, el pueblo está indignado, ¿quién piensa en el pueblo?, mucho me temo que nadie, así me lo parece a mí.

Voy a citar un caso claro, el de Millet y el resto de implicados en el caso del Palau de la Música, por no sé qué razón de peso este señor aún no ha sido citado a juicio, su estafa (ya no sé si tengo que escribir supuesta, creo que no) de grandes dimensiones todavía está en fase de instrucción en el juzgado correspondiente por el que ya han pasado tres jueces y mientras la lentitud de la justicia sigue su camino a paso de tortuga este señor imputado por haberse llevado según los informes policiales varios millones de euros se va de vacaciones a la casa que tiene en Menorca y lleva una vida absolutamente normal y acude a jugar al tenis como si nada hubiera sucedido, por supuesto nunca devolvió el dinero que le hizo multimillonario a base de “toques mágicos” y tampoco, hasta el momento ha pagado por ello.

La angustia de vivir

Digamos que la justicia, en la que creo de verdad, en algunos casos a los del pueblo, los que vivimos mal, con angustia, comiendo nada o poco, no vemos que actúe según creemos debía hacerlo y además nos hace plantear el tema de que si uno de nosotros hubiera actuado como en el caso al que me estoy refiriendo, ya saben que hay muchos más, pero muchos, muchos, lo escribo y me reafirmo hasta la saciedad, quizá a todos nosotros ya nos habrían pasado por la hoguera, lo que es decir que nuestros huesos descansarían, con una sentencia de muchos años, en algunas de las prisiones conocidas por todos, al menos sus nombres.

Isabel Gemio, comunicadora de verdad

Isabel Gemio, profesional de la comunicación, que domina hace años primero en la radio, recordemos que fue la primera “chica de la radio” que desde Radio Barcelona impactó en la noche. Isabel llegó a Catalunya desde su Extremadura natal, estuvo un tiempo trabajando en Girona, también en la radio y luego se instaló en Barcelona, triunfó en las noches radiofónicas, creó un estilo propio y su voz cálida en las madrugadas tuvo que padecer verdaderos problemas de radioyentes en apuros personales, en este trabajo y en el contacto vía teléfono, topó de lleno con la gente que le explicaba su vida, algunas veces divertida, otras anodina y en los peores momentos casos de vivencias realmente dramáticas. Isabel se curtió en esa radio situada en Casp 6 para después dar el salto a la TVE de Sant Cugat, su camino ascendente la llevó a dejar Barcelona por las ofertas que le llegaban desde Madrid, posibilidades mucho más tentadoras y en donde ella conseguiría el éxito en sus distintos programas triunfando en la televisión con audiencias ahora imposibles y llegando al público de verdad.

¿Recuerdan Lo que necesitas es amor o Sorpresa sorpresa?

¿Quién no la recuerda en “Lo que necesitas es amor”? o en el súper programa, “Sorpresa, sorpresa”, si ya sé, han pasado los años, estoy hablando de programas que se vieron en directo la mayoría de ellos entre los años 1993, 1994, 1996 y 1998. Han pasado muchas cosas desde entonces, cierto, pero a Isabel Gemio en algún momento de nuestras vidas la recordamos, quizá no todos pues es imposible, por su forma de hacer y conducir aquellos programas, Isabel creó un estilo cercano, dinámico y en los programas en los que dio la cara explicaba cosas y se implicaba en los mismos. Ella es una mujer que vive la vida y se arriesga en ella. Es así. Lo tomas o lo dejas.

Seguro que los de Antena3 Tv cuando repasan el historial de su programación se dan cuenta, aún hoy, de lo que significó Isabel en aquella programación como también en televisión española, una estrella que trabajaba con los cinco sentidos, tampoco debemos olvidar un programa mas cercano en el tiempo, “Una carta para ti”.

Fueron programas que ganaban en share y además de formar parte del divertimento también servían para creer en los seres humanos, ese tema que parece hoy está ausente en demasiados espacios de comunicación.

La chica de la radio sigue hoy en la radio, en Onda Cero, los fines de semana con el programa “Te doy mi palabra”, es un magacín que llena las mañanas desde las 8 hasta mediodía, sábado y domingo, ocho horas de radio en dos días.

Te doy mi palabra los fines de semana

Los programas de radio semanales a mi siempre me han parecido mas difíciles de llevar a cabo, ¿por qué?, sencillo, sólo valen las noticias que casi casi acaban de ocurrir, los magacines que tienen presencia durante toda la semana hacen un seguimiento de las noticias días a día, los fines de semana eso es imposible, los fines de semana exige hilvanar un programa con muchos contenidos que sean actuales, que sean amenos y que tengan el sello de lo único, lo inesperado y lo especial para ese mismo programa.

Ocho horas de noticias positivas

Esta semana, hoy todavía la pueden escuchar, Isabel Gemio en el programa que presenta y dirige ha ideado un fin de semana de buenas noticias: “Vamos a hacer ocho horas de radio con información positiva-dijo ayer al empezar el primer programa de la semana-“¿crees que lo conseguiremos? ¿Nos vas a ayudar?” preguntaba a los que la escuchaban, aclarando que: “no es un optimismo simplón, no somos ilusos, pero somos dueños de nuestra mirada” para añadir un poco mas tarde: “Cambiando la forma de mirar todo va a cambiar…” Y aseguraba que también era buena la opción de ver el vaso medio lleno. En realidad Isabel cree, como otras muchas personas, que con lo que está cayendo debemos tomar una mejor actitud, sea como sea y ante lo que sea. Por eso la palabra “crisis” ni ayer ni hoy tenían vigencia en “Te doy mi palabra”.

Cambiar las circunstancias desde la clase trabajadora

Esta semana he hablado con una importante empresaria que era de la misma opinión que Isabel en el programa de radio de este fin de semana, esta empresaria, que no tiene que temer quedarse sin un euro, es una persona responsable que está al día de todos los conflictos y cree que la solución nunca nos va a llegar ni de los políticos ni de los que más tienen, está convencida que la actitud y el trabajo de las personas serán las que cambiarán el rumbo de esta sociedad, los más innovadores, los más perspicaces, que no quiere decir los falsificadores, ni los mafiosos, ni los tramposos, no, los que tengan mas iniciativas y quieran renovarse son los que van a conseguir una sociedad distinta, me aseguraba que todo lo que se ha vivido ya está pasado, por lo tanto hay que crear una sociedad nueva, válida, con base humana, esa es la forma, por tanto, que entronca mucho con la actitud de Isabel Gemio y toda la gente que está con ella trabajando en la radio, hay que ver la vida desde el otro lado, sin pasar por encima de la realidad pero dando oportunidad a expresarse con otros contenidos que existen, a veces nadie les hace caso porque son tan buenos que ya no venden, porque hoy, desgraciadamente, aún vende más la porquería que la inteligencia, es así, pero hay que darle la vuelta a todo, como siempre, los sabios ya lo hicieron en su momento, pero hoy no hay sabios reconocidos, una lástima, vayamos a buscarlos, como Isabel Gemio lo hace en su programa en este fin de semana, ha ido a buscar las noticias positivas y las ha habido. Nos gusta, esto nos gusta, claro, la vida sigue y no hay que darle siempre la espalda a la mayor, pero lo otro, lo que algunos llaman “menor”, existe y a veces se expande y por suerte se convierte en mayor o importante.

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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