Cuando el bien organizado poderío de Vladimir Putin está en caída por primera vez en 20 años, los rusos se preguntan algo hasta ahora impensable: ¿De dónde vendrá la próxima generación de líderes rusos?
Tras las acusaciones de fraude en las elecciones parlamentarias hacia Medvedev y Putin, el país se ha convertido en protagonista de decenas de manifestaciones seguidas de cerca desde el resto del mundo.
Por muy lejos que esté Rusia, lo que ocurre en Moscú preocupa a Europa y Estados Unidos. Porque está en peligro la democracia que dejó atrás a la Unión Soviética. Incluso el propio Gorbachov ha instado a Putin a dimitir y dar paso a nuevos políticos.
Cientos de personas fueron detenidas en esas manifestaciones y el ejército ocupó las principales plazas para "garantizar la seguridad". Ayer, Putin volvió a rechazar la hipótesis del fraude electoral y centró su atención y crítica sobre la oposición, a la que acusa de no tener programa ni unión.
El primer ministro puede tener la razón en lo referente a la falta de unión, pero la realidad es que el número de opositores cada vez tiene más rostros. Un ejemplo es Alexei Navalny, un bloguero y abogado anticorrupción, que ya era seguido por miles de personas a través de su blog al incitar al pueblo a manifestarse contra Rusia Unida, el partido del gobierno.
La atención hacia el activista crece según los medios extranjeros se hacen eco de sus reivindicaciones. El diario "Le Monde" se pregunta si el abogado de 35 años podría ser el nuevo Lenin o el que entierre el gobierno de Putin.
Pero Navalny no es el único. Sergei Udaltsov, dirigente de la Vanguardia de la Juventud Roja, partido ilegalizado de jóvenes comunistas que defiende el marxismo y el leninismo, fue detenido el día de las elecciones y condenado a 15 días de prisión. Cuenta con apoyos de todo tipo, incluido el del campeón ruso de ajedrez Gary Kasparov, quien integran la coalición Otra Rusia, con varios partidos entre los cuales se encuentra el Frente de Izquierda, un grupo heterogéneo que junta comunistas, liberales y nacionalistas.
Todos contra PutinEl fracaso del proceso democrático en Rusia se refleja en un estudio publicado a principios de diciembre. En el podemos ver que 20 años después de la extinción de la URSS, solo el 30% de los rusos apoyan un sistema multipartidista y la mitad consideran que es una desgracia que la Unión Soviética ya no existea. Sube hasta el 70% el número de los que afirman que la vida es peor desde el fin de la URSS. Según la ex secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, el fracaso de la democracia en Rusia se debe "a décadas de propagando comunista, el conformismo social y los movimientos contra la iniciativa privada". Las estadísitcas y los estudios de opinió muestran que el fracaso se debe a que la iniciativa privada ha enriquecido a una minoria de la población y empobrecido al resto.
Parece claro que el régimen está en crisis y tiene la dificultad de generar figuras relevantes. Sin embargo, la situación de Rusia no es muy diferente a la que se vive en España o en el resto de Europa, donde gran parte de la población se moviliza en busca de cambios en la sociedad política y por el perfeccionamiento de la democracia.