El voto en blanco sumó en las elecciones generales de este domingo el 1,37 por ciento de los sufragios emitidos, lo que supone la tercera más alta de la democracia, por debajo de los registros de 2000 y 2004. Eso sí, es inferior al porcentaje registrado en los comicios municipales del pasado mes de mayo, en plena efervescencia del movimiento 15-M.
Con el 99,98 por ciento de los votos escrutados, los sobres vacíos depositados en urna sumaban 333.053, que representaban el 1,37 por ciento del total.
En 2008, en las urnas se contabilizaron más de 280.000 votos en blanco (1,11 por ciento), pero a esos sobres vacíos podrían añadirse las más de 20.000 papeletas de Ciudadanos en Blanco --14.193 votos (0,06 por ciento)--, de Escaños Insumisos-Demócratas Descontentos (Ei) --5.035 votos (0,02 por ciento)-- y de Alternativa en Blanco (ABLA) --2.460 votos (0,01 por ciento)--, todos ellos partidos que preconizan el voto en blanco y en cuyo programa prometen no tomar posesión de los escaños para que se queden vacíos.
En cuanto al voto nulo, marcó índices relevantes en los primeros comicios desde la Transición, según los politólogos por falta de costumbre de la sociedad, pero a partir de 1989 fue disminuyendo hasta repuntar en las generales de marzo de 2004, tres días después del 11-M. En las municipales del pasado mes de mayo, tras el estallido del movimiento 15-M, volvió a experimentar un crecimiento por encima de lo habitual, que ahora ha remitido, aunque es la cota más alta en generales desde 1986.