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Marco Simoncelli perdió la vida en el circuito de Sepang tras un gravísimo accidente mientras disputaba en Gran Premio de Malasia

Crónica de un campeón

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La eterna sonrisa, el chico despreocupado, el piloto más travieso de la parrilla y en ocasiones también el más polémico, no volverá a deleitarnos con sus arriesgadas estrategias en carrera o con la simpatía que también extradeportivamente le ha caracterizado.

Marco Simoncelli con tan solo 24 años se ha sumado a la lista de víctimas que recoge el motociclismo, demostrando un día más el riesgo y la dureza de deportes como estos.

A veces no somos consientes cuando nos sentamos delante del televisor a disfrutar con sus salidas, poles, rectas interminables o curvas imposibles de lo que se juegan en cada una de ellas. El motociclismo conlleva una responsabilidad y ese exceso de adrenalina y de emoción en ocasiones se paga muy caro; tanto es así que en esta ocasión la ruleta del destino ha querido que el italiano no pueda hacernos vibrar más con una de sus pasiones, las dos ruedas.

Los deportistas entregan su vida en cada carrera y la velocidad roza los límites entre el riesgo y la seguridad. El mundo del deporte y concretamente el del motociclismo vuelve a estar de luto, cuando prácticamente todavía llora la muerte del jovencísimo piloto japonés Shoya Tomizawa en septiembre de año pasado.

A amigos, familiares y aficionados nos gustaría ver esto como un sueño. Un instante donde pudiéramos hacer que el tiempo volviera atrás para evitar que Edwards y Rossi rodaran tan cerca de Supersic y que todo se viera reducido a una caída desafortunada sin ese fatídico final.

Ni siquiera pudo concluir la vuelta número dos. Saliendo de la curva 11 de Sepang el cruel destino quiso acabar con los sueños y la vida de una promesa de las dos ruedas. Simoncelli perdió el control de su honda y Edward y Rossi, al que le une una gran amistad, no pudieron evitar impactar contra él. Todos hemos vistos las imágenes y no hay más explicación. El fuerte impacto en la cabeza, el cuello y el pecho dejaron al italiano inmóvil en la pista.

El silencio se convirtió en el protagonista del paddock y tras conocer el fatal desenlace todos los compañeros han ofrecido muestras de cariño hacia un piloto que era una estrella dentro y fuera de la pista. Con sus pelos a lo loco, su sonrisa perpetua y con un carácter que en alguna ocasión ha venido rodeado de polémica. Todos han deseado un buen viaje al 58.

No volveremos a disfrutar de sus duelos legendarios, pero su explosiva personalidad ha calado muy hondo en el mundo del deporte y en concreto del motociclismo. Marco Simoncelli, siempre te recordaremos.

Crónica de un campeón

Marco Simoncelli perdió la vida en el circuito de Sepang tras un gravísimo accidente mientras disputaba en Gran Premio de Malasia
Lara Franco Andrés
lunes, 24 de octubre de 2011, 07:48 h (CET)
La eterna sonrisa, el chico despreocupado, el piloto más travieso de la parrilla y en ocasiones también el más polémico, no volverá a deleitarnos con sus arriesgadas estrategias en carrera o con la simpatía que también extradeportivamente le ha caracterizado.

Marco Simoncelli con tan solo 24 años se ha sumado a la lista de víctimas que recoge el motociclismo, demostrando un día más el riesgo y la dureza de deportes como estos.

A veces no somos consientes cuando nos sentamos delante del televisor a disfrutar con sus salidas, poles, rectas interminables o curvas imposibles de lo que se juegan en cada una de ellas. El motociclismo conlleva una responsabilidad y ese exceso de adrenalina y de emoción en ocasiones se paga muy caro; tanto es así que en esta ocasión la ruleta del destino ha querido que el italiano no pueda hacernos vibrar más con una de sus pasiones, las dos ruedas.

Los deportistas entregan su vida en cada carrera y la velocidad roza los límites entre el riesgo y la seguridad. El mundo del deporte y concretamente el del motociclismo vuelve a estar de luto, cuando prácticamente todavía llora la muerte del jovencísimo piloto japonés Shoya Tomizawa en septiembre de año pasado.

A amigos, familiares y aficionados nos gustaría ver esto como un sueño. Un instante donde pudiéramos hacer que el tiempo volviera atrás para evitar que Edwards y Rossi rodaran tan cerca de Supersic y que todo se viera reducido a una caída desafortunada sin ese fatídico final.

Ni siquiera pudo concluir la vuelta número dos. Saliendo de la curva 11 de Sepang el cruel destino quiso acabar con los sueños y la vida de una promesa de las dos ruedas. Simoncelli perdió el control de su honda y Edward y Rossi, al que le une una gran amistad, no pudieron evitar impactar contra él. Todos hemos vistos las imágenes y no hay más explicación. El fuerte impacto en la cabeza, el cuello y el pecho dejaron al italiano inmóvil en la pista.

El silencio se convirtió en el protagonista del paddock y tras conocer el fatal desenlace todos los compañeros han ofrecido muestras de cariño hacia un piloto que era una estrella dentro y fuera de la pista. Con sus pelos a lo loco, su sonrisa perpetua y con un carácter que en alguna ocasión ha venido rodeado de polémica. Todos han deseado un buen viaje al 58.

No volveremos a disfrutar de sus duelos legendarios, pero su explosiva personalidad ha calado muy hondo en el mundo del deporte y en concreto del motociclismo. Marco Simoncelli, siempre te recordaremos.

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