Con el 97% de los votos escrutados, la presidenta ha obtenido un 53,8 por ciento frente al 17 por ciento que ha conseguido su principal rival en esta contienda, el gobernador de la provincia de Santa Fe, Hermes Binner, del Frente Amplio Progresista.

A continuación, se sitúan el candidato de Unión por el Desarrollo Social (UDESCO), Ricardo Alfonsín, y el de Compromiso Federal (COFE), el gobernador de la provincia de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, con un 11,1 y un 8 por ciento de las papeletas, respectivamente.

La que fuera primera dama argentina se convierte en el tercer jefe de Estado en ser reelegido y tomará posesión del cargo el próximo 10 de diciembre.

Según la legislación argentina, un candidato puede proclamarse vencedor en primea vuelta si obtiene al menos el 45 por ciento de los votos o si consigue el 40 por ciento con una distancia de diez puntos del segundo más votado.

Está previsto que Fernández de Kirchner comparezca en unos minutos en el Hotel Intercontinental de Buenos Aires, donde ha esperado los resultados electorales arropada por miembros del Frente para la Victoria (FpV), formación con la que ha concurrido a estos comicios, informa el diario 'Clarín'.

LLAMAMIENTO A LA UNIDAD
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha hecho un llamamiento a la unidad nacional para "agrandar" el país sudamericano, en el primer discurso que ha pronunciado tras conocer que ha sido reelegida en el cargo.

"Quiero dar un inmenso gracias a los 40 millones de argentinos, a todos los hombres y mujeres de los partidos políticos que participaron en estas elecciones", ha dicho al inicio de su discurso.

Si bien, la presidenta ha matizado que, pese al abrumador apoyo que ha recibido de los argentinos en las urnas, el plan de Gobierno que pretende seguir en su segundo mandato "no es tarea para una sola persona", por lo que ha instado a ciudadanos y políticos a unirse en torno a este proyecto.

"Quiero convocar a todos los argentinos a la unidad nacional (...) Quiero apelar a la vocación patriótica de todos los argentinos, de toda la sociedad porque un país no lo construyen solamente sus dirigentes: lo construye su pueblo", ha apuntado.

En particular, se ha referido a la oposición, a la que ha instado a respetar los resultados electorales. "Nos necesitamos unidos, que no significa pegoteados, pero sí significa reconocer que cuando una sociedad se expresa y decide en elecciones libres y democráticas, esa decisión debe ser respetada", ha subrayado.

Su objetivo es "seguir agrandando Argentina" mediante la creación de empleo, la construcción de centros educativos, hospitales e infraestructuras de transporte y políticas que fomenten la investigación científica y tecnológica y la industrialización del país. "Por comprensión histórica, por voluntad popular y por decisión política cuenten conmigo para seguir profundizando en este proyecto", ha sentenciado.

Desde una perspectiva personal, Fernández de Kirchner ha confesado que no aspira a "más nada" tras ser la primera presidenta reelegida y el tercer jefe de Estado en conseguir dos mandatos consecutivos. Así, ha explicado que desde que comenzó a militar en política, "cuando era muy joven", ha alcanzado metas que estaban por encima de sus expectativas.

RECUERDO A NÉSTOR KIRCHNER
En este discurso la presidenta argentina también ha recordado a su marido y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, fallecido en octubre del año pasado a causa de un infarto, al que ha atribuido su victoria electoral.

"Quiero agradecerle a alguien que ya no me puede llamar más, pero que es el gran fundador de la victoria de esta noche. Sin él, sin su inconmensurable valentía y coraje, sin las cosas a las que se atrevió, hubiera sido imposible llegar aquí", ha aseverado.

En este sentido, ha explicado que Kirchner resucitó el movimiento tras su derrota electoral de 2009 en la provincia de Buenos Aires. "Si no se hubiera puesto al frente en el momento de mayor adversidad habría sido terrible. Seguro que no habríamos llegado hasta donde estamos", ha recordado.

Además, ha destacado los principios con los que Kirchner gobernó (2003-2007). "Siempre hizo honor de que él jamás iba a dejar sus convicciones y no las dejó en la Casa Rosada, pero lo más importante es que tampoco dejó sus convicciones mientras vivió y tuvo aliento, que eso sí es más difícil y también más valioso", ha destacado.