Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Música
Etiquetas | Crítica | Musical
El Rey León, el musical

El rugido de un gran espectáculo

|

Cuando a Julie Taymor se le ocurrió hace 14 años llevar la película “El Rey León” a los escenarios de Broadway, la expectación que creó fue proporcional al reto. Esa misma experiencia es la que ahora le toca vivir a la adaptación española, que el próximo día 21 se estrenará en la Gran Vía madrileña aunque en estos días ya se representa ante público como exámenes previos. La cinta de animación es su gran aliada pero también un listón excesivamente alto porque, aunque de naturaleza artística distinta, la versión musical bebe de la esencia de su hermana mayor y es inevitable que uno siga la historia con la referencia permanente de ésta. Mi consejo es que las desvinculen para disfrutar al máximo de un espectáculo muy complejo, con una puesta en escena tremendamente original, de estética impecable, lleno de color y ritmo.

El comienzo de la obra, con la presentación de Simba a los que un día serán sus súbditos, es toda una declaración de esos principios. Sean puntuales y no se lo pierdan porque se verán envueltos desde ese mismo momento en los parajes africanos y rodeados (si están en la platea, literalmente) por todos los animales de la sabana, desde jirafas a elefantes, pasando por panteras, jaguares, antílopes… En total, en las dos horas y media que dura el musical, se representan hasta 25 tipos de animales, de lo que se encargan 53 actores. La fidelidad de estética y movimientos con la que se recrean es uno de los grandes valores del espectáculo. En lo que se refiere a los protagonistas, la gran dificultad y originalidad radica en sus máscaras sobre la cabeza y no cubriendo el rostro. Permiten identificar a los personajes con sus rasgos Disney tan característicos pero también, junto con el resto del disfraz y junto con el maquillaje, una suma de expresividad que eleva a este musical a una nueva categoría de arte.

A la complejidad de recrear a los protagonistas responde con acierto gran parte del reparto. Especialmente brillante está Sergi Albert en el papel del malvado Scar, al igual que el pequeño Simba (se irán intercalando en las funciones hasta seis niños) por resolver con desparpajo y convicción un papel largo que combina interpretación, canto y baile al nivel de exigencia de los mayores. El elenco también depara un guiño a la versión española con un Timón con acento andaluz; él da el toque más cómico junto a Zazú (el mayordomo del rey), diversión combinada de trascendencia en Rafiki (el simio), el papel más aborigen de la representación. En el otro extremo, desentona la actriz que hace de Nala adulta, por su acento indisimuladamente extranjero, y falta intensidad en el personaje de Mufasa, el padre de Simba, tanto para expresar ternura como fuerza bruta. No obstante, son detalles que aún pueden corregirse de cara al estreno.

Dos detalles más. Por una parte, la música se basa en las conocidas canciones de Elton John, aunque no pasarán desapercibidos los cambios de letra en las canciones, lo que se hace extensivo al resto del guión; para los que hemos crecido con la película, el cambio nada más empezar de “…el ciclo sin fin” a “…el ciclo vital” nos chirría mucho, y es sólo un ejemplo; me imagino que se trata de una cuestión de derechos. A cambio, la parte orquestal resulta impecable, sobre todo en los momentos cumbre, gracias a 21 músicos, dos de ellos en los laterales del escenario con los instrumentos africanos. El último detalle tiene que ver con la parte escénica: los decorados, que incluso obligaron a reformas en el teatro, son sorprendentes y logran sumergir al espectador en la sabana. A esto hay que sumar los fabulosos efectos especiales integrados en la función y el espectacular momento 3D en el que Mufasa revive en el Simba que ve su reflejo en un charco.

Emoción y espectacularidad, en conjunto, hacen de “El Rey León, el musical” una experiencia única, superior en el género y llena de matices al más puro estilo Disney. Comedia, drama y música se van combinando en una producción para toda la familia, en la que los pequeños disfrutarán y el resto, más todavía a través de una combinación trepidante de sentimientos y de sensaciones visuales y acústicas. Estamos ante una producción a la que aún le falta ganar algo de madurez en su versión española, pero que está llamada a marcar una época sobre los escenarios madrileños.

El rugido de un gran espectáculo

El Rey León, el musical
Alberto Mendo
domingo, 9 de octubre de 2011, 07:19 h (CET)
Cuando a Julie Taymor se le ocurrió hace 14 años llevar la película “El Rey León” a los escenarios de Broadway, la expectación que creó fue proporcional al reto. Esa misma experiencia es la que ahora le toca vivir a la adaptación española, que el próximo día 21 se estrenará en la Gran Vía madrileña aunque en estos días ya se representa ante público como exámenes previos. La cinta de animación es su gran aliada pero también un listón excesivamente alto porque, aunque de naturaleza artística distinta, la versión musical bebe de la esencia de su hermana mayor y es inevitable que uno siga la historia con la referencia permanente de ésta. Mi consejo es que las desvinculen para disfrutar al máximo de un espectáculo muy complejo, con una puesta en escena tremendamente original, de estética impecable, lleno de color y ritmo.

El comienzo de la obra, con la presentación de Simba a los que un día serán sus súbditos, es toda una declaración de esos principios. Sean puntuales y no se lo pierdan porque se verán envueltos desde ese mismo momento en los parajes africanos y rodeados (si están en la platea, literalmente) por todos los animales de la sabana, desde jirafas a elefantes, pasando por panteras, jaguares, antílopes… En total, en las dos horas y media que dura el musical, se representan hasta 25 tipos de animales, de lo que se encargan 53 actores. La fidelidad de estética y movimientos con la que se recrean es uno de los grandes valores del espectáculo. En lo que se refiere a los protagonistas, la gran dificultad y originalidad radica en sus máscaras sobre la cabeza y no cubriendo el rostro. Permiten identificar a los personajes con sus rasgos Disney tan característicos pero también, junto con el resto del disfraz y junto con el maquillaje, una suma de expresividad que eleva a este musical a una nueva categoría de arte.

A la complejidad de recrear a los protagonistas responde con acierto gran parte del reparto. Especialmente brillante está Sergi Albert en el papel del malvado Scar, al igual que el pequeño Simba (se irán intercalando en las funciones hasta seis niños) por resolver con desparpajo y convicción un papel largo que combina interpretación, canto y baile al nivel de exigencia de los mayores. El elenco también depara un guiño a la versión española con un Timón con acento andaluz; él da el toque más cómico junto a Zazú (el mayordomo del rey), diversión combinada de trascendencia en Rafiki (el simio), el papel más aborigen de la representación. En el otro extremo, desentona la actriz que hace de Nala adulta, por su acento indisimuladamente extranjero, y falta intensidad en el personaje de Mufasa, el padre de Simba, tanto para expresar ternura como fuerza bruta. No obstante, son detalles que aún pueden corregirse de cara al estreno.

Dos detalles más. Por una parte, la música se basa en las conocidas canciones de Elton John, aunque no pasarán desapercibidos los cambios de letra en las canciones, lo que se hace extensivo al resto del guión; para los que hemos crecido con la película, el cambio nada más empezar de “…el ciclo sin fin” a “…el ciclo vital” nos chirría mucho, y es sólo un ejemplo; me imagino que se trata de una cuestión de derechos. A cambio, la parte orquestal resulta impecable, sobre todo en los momentos cumbre, gracias a 21 músicos, dos de ellos en los laterales del escenario con los instrumentos africanos. El último detalle tiene que ver con la parte escénica: los decorados, que incluso obligaron a reformas en el teatro, son sorprendentes y logran sumergir al espectador en la sabana. A esto hay que sumar los fabulosos efectos especiales integrados en la función y el espectacular momento 3D en el que Mufasa revive en el Simba que ve su reflejo en un charco.

Emoción y espectacularidad, en conjunto, hacen de “El Rey León, el musical” una experiencia única, superior en el género y llena de matices al más puro estilo Disney. Comedia, drama y música se van combinando en una producción para toda la familia, en la que los pequeños disfrutarán y el resto, más todavía a través de una combinación trepidante de sentimientos y de sensaciones visuales y acústicas. Estamos ante una producción a la que aún le falta ganar algo de madurez en su versión española, pero que está llamada a marcar una época sobre los escenarios madrileños.

Noticias relacionadas

Hablar de Los Tigres del Norte es hablar de uno de los grupos más emblemáticos de México. Con 55 años de carrera a sus espaldas, han grabado más de 55 álbumes con más de 700 canciones, han vendido más de 30 millones de copias, han ganado 7 Premios Grammy y 7 Latin Grammy —sumando en total 29 nominaciones— y han sido reconocidos con 140 discos de platino, 135 de oro y uno de diamante. Ahora vuelven a España con una gira europea que tendrá cinco conciertos en nuestro país

Con la dulzura de un "te quiero" entrelazado en la palabra amor, la canción "Así Te Amo Yo," escrita por Pedro Alfonso Morales Ruiz, sumerge a quienes la escuchan en un mundo de afecto puro y sincero, en la cual, con versos manos sencillas se abre la puerta a la ternura. La música, también de Pedro Alfonso, también nos recuerda la belleza de expresar el amor de manera genuina y auténtica.

La Asociación Cultural Bon Vivant, organizadora de los Premios Pop Eye, ha llegado a un acuerdo con Televisión Española para que el ente público retransmita para toda España uno de los acontecimientos culturales más importantes del año: la Gala de los Premios Nacionales de la Música y las Artes y la consiguiente alfombra roja de la Cultura española.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto