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Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Amancio Ortega
Estos izquierdistas recalcitrantes se molestan cuando no pueden arrebatarles a los ricos, por la fuerza o mediante impuestos, aquellas ayudas que donan voluntariamente

Los “pogres” sanitarios contra Amancio Ortega

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Es una campaña orquestada por este amasijo de comunistoides fanáticos, formada por Podemos, IU, ERC y toda esta serie de inadaptados antisistema, que siguen amasando con fruición el odio que, a través de su peripecia personal y a lo largo de la senda del cultivo del rencor, han conseguido crear, alrededor de sus sentimientos íntimos, a manera de coraza contra todo y contra todos, un odio irracional capaz de nublar su razonamiento y convertirlos en el mayor peligro para la democracia y todos aquellos que siguen creyendo en ella.

En una nueva demostración de hasta dónde llega la estupidez y la cretinez de esta gente y siguiendo el ejemplo de otros de estos insensatos, que también criticaron una fuerte donación del empresario Amancio Ortega, de Inditex, para la adquisición de nuevo material a los hospitales oncológicos; una asociación de sanitarios de Aragón, conocidos como la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Aragón, se ha opuesto a una donación de 10 millones de euros que aquél ha hecho, a través de la Fundación Amancio Ortega, para que el gobierno regional pueda adquirir aparatos de última tecnología contra el cáncer. Estos individuos, según han manifestado, no son partidarios de aceptar este tipo de donaciones, aunque, si es cierto, que lo que preferirían es que el fisco acosara al empresario para arrebatarle, a la fuerza, las cantidades que él, generosamente y sin presión alguna ha decidido donar. Es un empresario honrado al que sus empleados respetan y apoya, pero da lo mismo es rico y con esto basta para luchar contra él.

Alguien a esto, con toda seguridad, lo calificaría de “mala leche”, de un falso orgullo reaccionario del proletariado o de una forma de desagradecimiento visceral, ante lo que un “buen comunista” nunca puede aceptar: el que, un empresario o una persona rica, tenga el gesto de donar una parte de sus bienes para una obra caritativa. Durante mis tiempos de asesor laboral me cansé de intentar explicarles a la patronal, que negociaba convenios colectivos con sus trabajadores, que lo peor que podían hacer, durante la tramitación del acuerdo, era ofrecer, gratuitamente y sin que se lo hubieran exigido los representantes de los trabajadores, cualquier mejora, aunque fuera en beneficio de los empleados, siempre que ellos, previamente, no hubieran reclamado. Consideraban, los negociadores de los trabajadores, que estos ofrecimientos espontáneos iban en contra de su “prestigio” como negociadores, algo que no facilitaba la negociación.

Es evidente que estos sujetos han decidido cargar contra el señor Ortega, porque ya son varias las reacciones de este tipo que se han producido ante similares gestos de solidaridad. Si los citados miembros de la asociación mencionada han rechazado la ayuda con el siguiente argumento: “Nuestra comunidad no tiene que recurrir, aceptar ni agradecer la generosidad, altruismo o caridad de ninguna persona o entidad. Aspiramos a una adecuada financiación de las necesidades mediante una fiscalidad progresiva que redistribuya recursos priorizando a la sanidad pública” añadiendo el habitual latiguillo, con el que intentan desacreditar a una de las mejores asistencias sanitarias del mundo, la española, cuando añaden: “Lo primero que debe hacer el Gobierno de Aragón es instaurar medidas para recuperar (¿cuándo se ha perdido?) perdido desde el 2012”, no ha sido porque la ayuda no haga falta, sino porque no la han conseguido a la fuerza. Hay que aclarar que esta asociación está integrada por profesionales “progresistas” expertos en crear problemas, rechazar cualquier clase de privatización, aunque se ha demostrado que, en muchas ocasiones, la empresa priva es más eficientes que la pública, en manos de funcionarios a los que tanto les da si se gana o pierde dinero. Es evidente que, estos grupos de activistas, son expertos en manejar la demagogia, explotar y magnificar los defectos que siempre existen en cualquier organización y, como se trata de servicios públicos, su intento es dotarlos de cuanto más personal mejor, sin que les importe su productividad o el coste que supone para el sistema; siempre que ello les permita disponer de mayor fuerza reivindicativa, con la cual consiguen su fin primordial: tener en su mano el crear conflictos cada vez que, políticamente, les convenga a sus organizaciones políticas.

En Canarias, estos isleños que han sabido explotar tan bien sus dos partidos nacionalistas para arrancarle, al Gobierno del señor Rajoy, un sabroso puñado de millones de euros en ayudas; también existen miembros de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que no han dudado en cargar contra Inditex y sus aportaciones generosas, en este caso, de 17 millones de euros; donados con el fin de que se pudieran comprar equipos de tratamiento oncológico para los hospitales de la Seguridad Social de las islas. Choca, una vez más, el motivo principal en el que basan su crítica al donante. No quieren que sea un acto de buena voluntad o altruismo que, para ellos es inadmisible, sino que lo que les gustaría sería, según sus propias palabras que “Desde la dignidad del pueblo canario nuestra comunidad no tiene que recurrir, aceptar, ni agradecer la generosidad, altruismo o caridad de ninguna persona o entidad… de quien siendo el mayor accionista ( ahí les duele)” de una de las mayores empresas y fortunas personales y fortunas personales del Estado tendría que demostrar no su filantropía ( algo rechazable para estos individuos) sino su obligación de contribuir al erario público de forma proporcional a sus beneficios (¿Acaso Inditex y el señor Amancio Ortega no cumplen con sus obligaciones para con Hacienda y no lo hacen proporcionalmente de conformidad con las escalas correspondientes?) y en la misma proporción que el resto de contribuyentes”.

Lo que se han dejado en el tintero de su fanatismo marxista, es que, según lo que ellos proponen, lo que intentan es que sea el Estado quien aumente los impuestos a todos, a todos los españoles, para que pagando más el señor Ortega, los demás también nos veamos obligados a hacerlo, algo que no sucede si, motu proprio, el empresario en cuestión, lo haga mediante una donación. Por otra parte, su mente obtusa es incapaz de comprender que, si los impuestos suben excesivamente, como está sucediendo en Cataluña, y se pretende establecer gravámenes adicionales para las grandes fortunas, estos señores ricos lo que harán será trasladarse a otras naciones donde no se les esquilme, con la particularidad de que estas naciones, con toda seguridad, estarían encantadas de acogerlos. lo mismo que a sus industrias y los puestos de trabajo que se crearían para sus ciudadanos.

La necedad de estos activistas revolucionarios y su cortedad de miras les impide darse cuenta de que, empresas como Inditex, el Corte Inglés, Abertis, Bayer etc. son las que proporcionan trabajos a varios cientos de trabajadores en todas sus sucursales en todo el mundo y en España, contribuyendo con su actividad a que, el desempleo que hemos venido padeciendo durante estos años de crisis, gracias a la recuperación que ha conseguido el actual Gobierno, vaya reduciéndose de una forma cada vez más rápida; algo que, por otra parte, les duele en el alma a los sindicatos, a los comunistas y a los activistas venezolanos que nos envió el señor Maduro, para establecer una cabeza de puente de su dictadura en nuestro país.

Difícilmente podremos recuperarnos, elevar nuestro nivel de vida, reactivar nuestra economía y competir con los mercados extranjeros si, dentro de nuestra nación, siguen proliferando separatistas, comunistas, progres, faranduleros y antisistema que, cada uno por su parte y todos en perjuicio de la marcha del país, se siguen empeñando en impedir que, con sus proyectos obsoletos, intervencionistas, totalitarios, absurdos e irrealizables, proseguir la marcha que se nos fija a través de las directrices de la UE; mantener nuestra democracia a la par que el resto de naciones con las que formamos un todo económico y seguir perteneciendo al bloque de países aliados, en contra de este intento, del renacido nuevo bolchevismo importado de Sudamérica, que nos amenaza con acabar con todo lo que, a través del esfuerzo de los ciudadanos, se ha conseguido obtener.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, no tenemos más remedio que denunciar estos hechos, si es que queremos que la ciudadanía empiece a reaccionar ante un estado de cosas que, de seguir por los cauces desestabilizadores por los que viene discurriendo, es muy posible que, antes de que podamos darnos cuenta, nos encontremos en manos de estos doctrinarios nostálgicos de la Guerra Civil, que pretenden acabar con España, dinamitándola desde su propio interior.

Los “pogres” sanitarios contra Amancio Ortega

Estos izquierdistas recalcitrantes se molestan cuando no pueden arrebatarles a los ricos, por la fuerza o mediante impuestos, aquellas ayudas que donan voluntariamente
Miguel Massanet
miércoles, 7 de junio de 2017, 08:52 h (CET)
Es una campaña orquestada por este amasijo de comunistoides fanáticos, formada por Podemos, IU, ERC y toda esta serie de inadaptados antisistema, que siguen amasando con fruición el odio que, a través de su peripecia personal y a lo largo de la senda del cultivo del rencor, han conseguido crear, alrededor de sus sentimientos íntimos, a manera de coraza contra todo y contra todos, un odio irracional capaz de nublar su razonamiento y convertirlos en el mayor peligro para la democracia y todos aquellos que siguen creyendo en ella.

En una nueva demostración de hasta dónde llega la estupidez y la cretinez de esta gente y siguiendo el ejemplo de otros de estos insensatos, que también criticaron una fuerte donación del empresario Amancio Ortega, de Inditex, para la adquisición de nuevo material a los hospitales oncológicos; una asociación de sanitarios de Aragón, conocidos como la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Aragón, se ha opuesto a una donación de 10 millones de euros que aquél ha hecho, a través de la Fundación Amancio Ortega, para que el gobierno regional pueda adquirir aparatos de última tecnología contra el cáncer. Estos individuos, según han manifestado, no son partidarios de aceptar este tipo de donaciones, aunque, si es cierto, que lo que preferirían es que el fisco acosara al empresario para arrebatarle, a la fuerza, las cantidades que él, generosamente y sin presión alguna ha decidido donar. Es un empresario honrado al que sus empleados respetan y apoya, pero da lo mismo es rico y con esto basta para luchar contra él.

Alguien a esto, con toda seguridad, lo calificaría de “mala leche”, de un falso orgullo reaccionario del proletariado o de una forma de desagradecimiento visceral, ante lo que un “buen comunista” nunca puede aceptar: el que, un empresario o una persona rica, tenga el gesto de donar una parte de sus bienes para una obra caritativa. Durante mis tiempos de asesor laboral me cansé de intentar explicarles a la patronal, que negociaba convenios colectivos con sus trabajadores, que lo peor que podían hacer, durante la tramitación del acuerdo, era ofrecer, gratuitamente y sin que se lo hubieran exigido los representantes de los trabajadores, cualquier mejora, aunque fuera en beneficio de los empleados, siempre que ellos, previamente, no hubieran reclamado. Consideraban, los negociadores de los trabajadores, que estos ofrecimientos espontáneos iban en contra de su “prestigio” como negociadores, algo que no facilitaba la negociación.

Es evidente que estos sujetos han decidido cargar contra el señor Ortega, porque ya son varias las reacciones de este tipo que se han producido ante similares gestos de solidaridad. Si los citados miembros de la asociación mencionada han rechazado la ayuda con el siguiente argumento: “Nuestra comunidad no tiene que recurrir, aceptar ni agradecer la generosidad, altruismo o caridad de ninguna persona o entidad. Aspiramos a una adecuada financiación de las necesidades mediante una fiscalidad progresiva que redistribuya recursos priorizando a la sanidad pública” añadiendo el habitual latiguillo, con el que intentan desacreditar a una de las mejores asistencias sanitarias del mundo, la española, cuando añaden: “Lo primero que debe hacer el Gobierno de Aragón es instaurar medidas para recuperar (¿cuándo se ha perdido?) perdido desde el 2012”, no ha sido porque la ayuda no haga falta, sino porque no la han conseguido a la fuerza. Hay que aclarar que esta asociación está integrada por profesionales “progresistas” expertos en crear problemas, rechazar cualquier clase de privatización, aunque se ha demostrado que, en muchas ocasiones, la empresa priva es más eficientes que la pública, en manos de funcionarios a los que tanto les da si se gana o pierde dinero. Es evidente que, estos grupos de activistas, son expertos en manejar la demagogia, explotar y magnificar los defectos que siempre existen en cualquier organización y, como se trata de servicios públicos, su intento es dotarlos de cuanto más personal mejor, sin que les importe su productividad o el coste que supone para el sistema; siempre que ello les permita disponer de mayor fuerza reivindicativa, con la cual consiguen su fin primordial: tener en su mano el crear conflictos cada vez que, políticamente, les convenga a sus organizaciones políticas.

En Canarias, estos isleños que han sabido explotar tan bien sus dos partidos nacionalistas para arrancarle, al Gobierno del señor Rajoy, un sabroso puñado de millones de euros en ayudas; también existen miembros de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que no han dudado en cargar contra Inditex y sus aportaciones generosas, en este caso, de 17 millones de euros; donados con el fin de que se pudieran comprar equipos de tratamiento oncológico para los hospitales de la Seguridad Social de las islas. Choca, una vez más, el motivo principal en el que basan su crítica al donante. No quieren que sea un acto de buena voluntad o altruismo que, para ellos es inadmisible, sino que lo que les gustaría sería, según sus propias palabras que “Desde la dignidad del pueblo canario nuestra comunidad no tiene que recurrir, aceptar, ni agradecer la generosidad, altruismo o caridad de ninguna persona o entidad… de quien siendo el mayor accionista ( ahí les duele)” de una de las mayores empresas y fortunas personales y fortunas personales del Estado tendría que demostrar no su filantropía ( algo rechazable para estos individuos) sino su obligación de contribuir al erario público de forma proporcional a sus beneficios (¿Acaso Inditex y el señor Amancio Ortega no cumplen con sus obligaciones para con Hacienda y no lo hacen proporcionalmente de conformidad con las escalas correspondientes?) y en la misma proporción que el resto de contribuyentes”.

Lo que se han dejado en el tintero de su fanatismo marxista, es que, según lo que ellos proponen, lo que intentan es que sea el Estado quien aumente los impuestos a todos, a todos los españoles, para que pagando más el señor Ortega, los demás también nos veamos obligados a hacerlo, algo que no sucede si, motu proprio, el empresario en cuestión, lo haga mediante una donación. Por otra parte, su mente obtusa es incapaz de comprender que, si los impuestos suben excesivamente, como está sucediendo en Cataluña, y se pretende establecer gravámenes adicionales para las grandes fortunas, estos señores ricos lo que harán será trasladarse a otras naciones donde no se les esquilme, con la particularidad de que estas naciones, con toda seguridad, estarían encantadas de acogerlos. lo mismo que a sus industrias y los puestos de trabajo que se crearían para sus ciudadanos.

La necedad de estos activistas revolucionarios y su cortedad de miras les impide darse cuenta de que, empresas como Inditex, el Corte Inglés, Abertis, Bayer etc. son las que proporcionan trabajos a varios cientos de trabajadores en todas sus sucursales en todo el mundo y en España, contribuyendo con su actividad a que, el desempleo que hemos venido padeciendo durante estos años de crisis, gracias a la recuperación que ha conseguido el actual Gobierno, vaya reduciéndose de una forma cada vez más rápida; algo que, por otra parte, les duele en el alma a los sindicatos, a los comunistas y a los activistas venezolanos que nos envió el señor Maduro, para establecer una cabeza de puente de su dictadura en nuestro país.

Difícilmente podremos recuperarnos, elevar nuestro nivel de vida, reactivar nuestra economía y competir con los mercados extranjeros si, dentro de nuestra nación, siguen proliferando separatistas, comunistas, progres, faranduleros y antisistema que, cada uno por su parte y todos en perjuicio de la marcha del país, se siguen empeñando en impedir que, con sus proyectos obsoletos, intervencionistas, totalitarios, absurdos e irrealizables, proseguir la marcha que se nos fija a través de las directrices de la UE; mantener nuestra democracia a la par que el resto de naciones con las que formamos un todo económico y seguir perteneciendo al bloque de países aliados, en contra de este intento, del renacido nuevo bolchevismo importado de Sudamérica, que nos amenaza con acabar con todo lo que, a través del esfuerzo de los ciudadanos, se ha conseguido obtener.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, no tenemos más remedio que denunciar estos hechos, si es que queremos que la ciudadanía empiece a reaccionar ante un estado de cosas que, de seguir por los cauces desestabilizadores por los que viene discurriendo, es muy posible que, antes de que podamos darnos cuenta, nos encontremos en manos de estos doctrinarios nostálgicos de la Guerra Civil, que pretenden acabar con España, dinamitándola desde su propio interior.

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