Cuando en cuartos de final del pasado Mundobasket un triple de Milos Teodosic apeó a España del torneo en cuartos de final, yo mismo titulé la crónica de aquel partido como “el final de un sueño”, tras una serie de veranos inolvidables para los seguidores del deporte de la canasta españoles.
Si dije aquello fue porque aquel equipo ya daba síntomas de agotamiento y la falta de relevo para jugadores con un peso tan grande como Carlos Jiménez no se había producido, pero sobre todo porque no había perspectivas de que Pau Gasol, el jugador que multiplica exponencialmente las posibilidades de este equipo, volviese a jugar con la selección tras su ausencia en dicho torneo.
Parecía, por lo tanto, el Mundobasket de Turquía un amargo epílogo para una selección legendaria y una generación irrepetible que ha conquistado hasta el momento un Mundial, un Eurobasket, una plata olímpica y a la que siempre le quedará el regusto agrio del Europeo perdido en el último suspiro frente a Rusia ante el atónito público de Madrid. Más allá de perder en cuartos de final contra Serbia, algo que puede ocurrir perfectamente teniendo en cuenta el inabarcable talento del equipo balcánico, fueron muchas otras cosas las que inducían a preocuparse por el futuro de la selección española a medio plazo: La ausencia total de la química que había cautivado al gran público años antes en la llamada “selección de la pocha” y el carácter timorato de los llamados a dar un paso adelante ante la ausencia de Pau hacían presagiar, si no una travesía en el desierto, al menos una trayectoria no tan rutilante como la que hemos tenido el privilegio de presenciar.
Un año después, las amenazas futuras para el equipo español siguen siendo las mismas aunque la coyuntura nos está permitiendo disfrutar un año más de todas las armas de las que dispone el baloncesto español. El reclamo no solo de unos JJOO, sino que estos se disputen en una ciudad como Londres ha sido motivación suficiente para muchos de los europeos que disfrutan de roles de relevancia en la NBA. En el caso de Pau Gasol hay que sumar el hecho de que su temporada acabó de forma prematura, al ser barridos los Lakers en semifinales de la conferencia Oeste por el que sería posteriormente campeón de la competición, los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki. Por lo tanto, Pau Gasol ha tenido más vacaciones este año que en los 3 anteriores (en los que llegó a una final y ganó dos anillos) y, lo que es más importante, ha fortalecido su ambición por la victoria tras la aciaga temporada con el equipo púrpura y dorado.
La vuelta de Pau Gasol a la selección supone un poderoso efecto llamada para el resto de jugadores españoles y un confortable cobijo sobre el que construir un equipo campeón. De hecho, en el único partido que el mayor de los hermanos Gasol se ha perdido durante este torneo, frente a Turquía, no solo ha sido el único que ha perdido la selección, también se volvieron a ver los vicios que lastraron al equipo durante el pasado Mundial. El 4 de España trasciende de entrenadores y rivales yes el auténtico estado de ánimo y el termómetro de la selección. Incluso un jugador sin nada que demostrar como Juan Carlos Navarro se muestra más errático en pista cuando no tiene el apoyo de su amigo Pau y tiene que tirar del equipo.
España tiene la oportunidad ante Francia de quitarse definitivamente la espina del Eurobasket del año 2007 y de aumentar todavía más su estatus en el baloncesto europeo. Sin embargo, el futuro sigue siendo realmente incierto. Es de suponer que Pau y Juan Carlos Navarro estarán en las Juegos Olímpicos del próximo año. Pero tras la cita de Londres, la hipótesis más probable es una desbandada general. A la ausencia de dos de los mejores jugadores que haya podido dar España a lo largo de su historia, habrá que sumar las presumibles renuncias de jugadores como Serge Ibaka, cuyo estatus (y por ende, salario y reticencias de las franquicias de que dispute competiciones FIBA) no hará sino aumentar, de un Ricky Rubio cuyas experiencias con la selección española suelen ser bastante amargas y por lo general le reportan más críticas y quebraderos de cabeza que otra cosa o de un Marc Gasol que este año se ha consagrado como referencia en el equipo revelación de la NBA, Memphis Grizzlies.
Será entonces el momento en que el protagonismo tendrán que asumirlo jugadores como Victor Claver, cuyo papel en los 3 años que lleva en la selección no ha pasado de marginal o anecdótico, o de Carlos Suárez, que al quedarse por tercer año consecutivo con la miel en los labios no pudo reprimirse y estalló en unas duras declaraciones contra Sergio Scariolo.
No sabemos el papel que tendrá el preparador italiano en esta eventual reconstrucción del equipo español, pero con casos como los que acabamos de comentar y con la poca confianza otorgada a la mal llamada “segunda línea” de la selección, parece que será una tarea ardua y tortuosa. En cualquier caso, todavía nos queda toda una final de un Eurobasket con la que disfrutar de un equipo que es leyenda viva del baloncesto.