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Los de Scariolo solo fueron capaces de anotar 2 puntos en el último cuarto

España se autodestruye frente a Turquía (57-65)

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Tras la exhibición de ayer frente a Lituania, la selección española ha sufrido en el último partido de la primera fase un gélido baño de realidad, de su realidad. La constatación de que Pau Gasol es algo más que el referente de este equipo.

Tras la exhibición de ayer frente a Lituania, la selección española ha sufrido en el último partido de la primera fase un gélido baño de realidad, de su realidad. La constatación de que Pau Gasol es algo más que el referente de este equipo.

Ficha técnica
57- España: Calderón (5), Navarro (9), Fernández (11), Marc Gasol (12), Ibaka (9) -cinco inicial--; Rubio (-), Reyes (11), San Emeterio (-), Llull (-) y Sada (-).

65- Turquía: Tunçeri (-), Onan (5), Turkoglu (12), Ilyasova (6), Asik (12) --cinco inicial--; Güller (-), Preldzic (18), Arslan (10) y Kanter (2).

Parciales: 19-10, 19-25, 17-14 y 2-16-

Árbitro: (2).

Incidencias: 2500 espectadores presenciaron en directo el partido.

Datos destacables
Lo mejor: Preldzic
El alero turco cambió la dinámica del partido desde el segundo cuarto anotando, dirigiendo con criterio y volteando la apática actitud de sus compañeros.

Lo peor: La dependencia de Gasol
Sin el de los Lakers, el nivel de este equipo se resiente tanto a niveles deportivos como emocionales y de confianza. La falta de confianza se ha hecho manifiesta conforme iba avanzando el partido.

El dato: 2 puntos de España en el último cuarto.
No puede ser calificado de otra forma que de lamentable la actuación de la selección española, tanto en la pista como en el banquillo, durante el final del partido, incapaz de gestionar la renta cuando disponíamos de ella o de cambiar la dinámica cuando se esfumaba la iniciativa.
Ausente del partido por una lesión en el tobillo, sus compañeros fueron incapaces de suplir el carácter ganador que el pivot de los Lakers imprime a esta selección. Además, el llamado a tomar el testigo del grupo por veteranía, galones y calidad en caso de ausencia de Pau, Juan Carlos Navarro, se siente mucho más vulnerable si no está arropado por el 4 y baja muchos enteros su rendimiento con la selección española.



Esa es la primera valoración que se puede hacer, más allá de factores puramente deportivos, tras el partido de hoy. España dominó el partido durante la mayor parte del mismo pero careció del instinto asesino que durante tanto tiempo ha caracterizado a este grupo y se dejó ir cuando muchas otras veces (ayer, sin ir más lejos) habría matado el partido tan pronto como hubiese sido posible. En lugar de ello tiraron por la borda el encuentro anotando 2 puntos en todo el último cuarto y obligándose a jugar los 3 partidos de la siguiente fase a cara de perro.



El inicio del partido no fue tan electrizante como el del día anterior por parte de la selección española. A pesar de ello los de Scariolo lograron la iniciativa en el marcador aprovechando la inteligencia de Marc Gasol (7 puntos en los 5 primeros minutos) e Ibaka en el poste y la escasa contundencia defensiva de Turquía, incapaz de sacar provecho de la corpulencia de sus jugadores interiores. Los otomanos se encomendaron a la solvencia en el tiro a media distancia de Ilyasova y los problemas de Marc Gasol para defenderle lejos de aro. Eso, junto con acciones puntuales de Turkoglu les permitió aguantar en primera instancia el ritmo de juego de la selección española hasta la recta final de este primer cuarto, cuando los de Scariolo aumentaron su intensidad y con un parcial final de 8-0 cerraron los diez primeros minutos con un marcador de 19-10. A diferencia del día anterior, en el que se había destruido a Lituania a base de triples desde el comienzo, España estaba cargando el juego al poste a pesar de la ausencia del mayor de los Gasol.



El segundo cuarto y en gran medida el resto del partido tuvieron un nombre propio: Preldzic. El espigado alero de Fenerbahçe empezó a sumar para los suyos y se convirtió en la referencia turca, ya fuese anotando o creando juego. Se aprovecho en gran medida de la laxa defensa de San Emeterio, excesivamente lento, para anotar 11 puntos en los 3 primeros minutos del segundo acto. El hecho de que Navarro contrarrestase el poderío ofensivo de Preldzic con una canasta anotada desde la línea de 6,75 y una bandeja tras salida en transición rápida hacía pensar que España tenía el partido controlado, como había demostrado sobradamente el día anterior. Pero entonces se le calentó la muñeca a Turkoglu, que había estado sesteando durante todo lo que se llevaba de partido, y esto creo muchos problemas a España en defensa hasta el punto de que los turcos lograron empatar el encuentro poco antes del descanso. Un triple casi sobre la chicharra de Calderón permitió a la selección española marcharse al descanso por delante (38-35)



Tras el descanso, España salió a la pista con mucha intensidad y concentración defensiva, ahogando la circulación de balón turca y punteando todos sus tiros. Ibaka volvió a asumir un papel protagonista haciendo mucho daño bajo el aro y cargando de faltas a los interiores otomanos. En rescate de la selección turca volvió a aparecer Preldzic, con bastante inspiración y algo de fortuna (todavía está temblando uno de los tableros del triple a tablero que anotó cuando su equipo pasaba por momentos delicados). No podemos obviar el papel de Felipe Reyes en la recta final del tercer cuarto, aportando toda la casta y el carácter de la que carecían los interiores turcos. Gracias al papel de “Espartaco” (así lo bautizó Andrés Montes) España llegó al final del tercer cuarto con una ventaja de 6 puntos (55-49).



Al poco de iniciarse el último cuarto, Felipe Reyes anotó dos puntos más. Nadie se habría imaginado en aquel momento que España no volvería a anotar, con todo el cuarto por delante. Con semejante colapso, no le hizo falta a Turquía hacer unos minutos excepcionales, ni siquiera en defensa, para darle la vuelta al partido. Simplemente la presencia de Asik bajo el aro, beneficiado por los problemas de faltas de los interiores españoles, acciones puntuales de Arslan, Onan y Turkoglu unido al nulo acierto en la selección de tiro y la ejecución de los mismos por parte de España fue suficiente para certificar el paso de Turquía a la siguiente fase con el mismo balance que España: un triunfo y una derrota.



Y con esto España pone punto final a una primera fase con altibajos y que ha sembrado muchas dudas y muy razonables sobre el rendimiento del grupo. Scariolo se jactaba no hace mucho de que ningún 3 alto les había hecho daño: Hoy entre Preldzic y Turkoglu han anotado 30 de los 65 puntos de su equipo mientras Victor Claver esperaba pacientemente en el banquillo y sus compañeros se cargaban de faltas. Navarro ha ido de más a menos para acabar completamente desaparecido y Ricky Rubio ha vuelto a atestiguar que está muy lejos de su mejor nivel. Pau Gasol va a tener mucho trabajo por delante.



España se autodestruye frente a Turquía (57-65)

Los de Scariolo solo fueron capaces de anotar 2 puntos en el último cuarto
Miguel Terroso
lunes, 5 de septiembre de 2011, 18:00 h (CET)
Tras la exhibición de ayer frente a Lituania, la selección española ha sufrido en el último partido de la primera fase un gélido baño de realidad, de su realidad. La constatación de que Pau Gasol es algo más que el referente de este equipo.

Tras la exhibición de ayer frente a Lituania, la selección española ha sufrido en el último partido de la primera fase un gélido baño de realidad, de su realidad. La constatación de que Pau Gasol es algo más que el referente de este equipo.

Ficha técnica
57- España: Calderón (5), Navarro (9), Fernández (11), Marc Gasol (12), Ibaka (9) -cinco inicial--; Rubio (-), Reyes (11), San Emeterio (-), Llull (-) y Sada (-).

65- Turquía: Tunçeri (-), Onan (5), Turkoglu (12), Ilyasova (6), Asik (12) --cinco inicial--; Güller (-), Preldzic (18), Arslan (10) y Kanter (2).

Parciales: 19-10, 19-25, 17-14 y 2-16-

Árbitro: (2).

Incidencias: 2500 espectadores presenciaron en directo el partido.

Datos destacables
Lo mejor: Preldzic
El alero turco cambió la dinámica del partido desde el segundo cuarto anotando, dirigiendo con criterio y volteando la apática actitud de sus compañeros.

Lo peor: La dependencia de Gasol
Sin el de los Lakers, el nivel de este equipo se resiente tanto a niveles deportivos como emocionales y de confianza. La falta de confianza se ha hecho manifiesta conforme iba avanzando el partido.

El dato: 2 puntos de España en el último cuarto.
No puede ser calificado de otra forma que de lamentable la actuación de la selección española, tanto en la pista como en el banquillo, durante el final del partido, incapaz de gestionar la renta cuando disponíamos de ella o de cambiar la dinámica cuando se esfumaba la iniciativa.
Ausente del partido por una lesión en el tobillo, sus compañeros fueron incapaces de suplir el carácter ganador que el pivot de los Lakers imprime a esta selección. Además, el llamado a tomar el testigo del grupo por veteranía, galones y calidad en caso de ausencia de Pau, Juan Carlos Navarro, se siente mucho más vulnerable si no está arropado por el 4 y baja muchos enteros su rendimiento con la selección española.



Esa es la primera valoración que se puede hacer, más allá de factores puramente deportivos, tras el partido de hoy. España dominó el partido durante la mayor parte del mismo pero careció del instinto asesino que durante tanto tiempo ha caracterizado a este grupo y se dejó ir cuando muchas otras veces (ayer, sin ir más lejos) habría matado el partido tan pronto como hubiese sido posible. En lugar de ello tiraron por la borda el encuentro anotando 2 puntos en todo el último cuarto y obligándose a jugar los 3 partidos de la siguiente fase a cara de perro.



El inicio del partido no fue tan electrizante como el del día anterior por parte de la selección española. A pesar de ello los de Scariolo lograron la iniciativa en el marcador aprovechando la inteligencia de Marc Gasol (7 puntos en los 5 primeros minutos) e Ibaka en el poste y la escasa contundencia defensiva de Turquía, incapaz de sacar provecho de la corpulencia de sus jugadores interiores. Los otomanos se encomendaron a la solvencia en el tiro a media distancia de Ilyasova y los problemas de Marc Gasol para defenderle lejos de aro. Eso, junto con acciones puntuales de Turkoglu les permitió aguantar en primera instancia el ritmo de juego de la selección española hasta la recta final de este primer cuarto, cuando los de Scariolo aumentaron su intensidad y con un parcial final de 8-0 cerraron los diez primeros minutos con un marcador de 19-10. A diferencia del día anterior, en el que se había destruido a Lituania a base de triples desde el comienzo, España estaba cargando el juego al poste a pesar de la ausencia del mayor de los Gasol.



El segundo cuarto y en gran medida el resto del partido tuvieron un nombre propio: Preldzic. El espigado alero de Fenerbahçe empezó a sumar para los suyos y se convirtió en la referencia turca, ya fuese anotando o creando juego. Se aprovecho en gran medida de la laxa defensa de San Emeterio, excesivamente lento, para anotar 11 puntos en los 3 primeros minutos del segundo acto. El hecho de que Navarro contrarrestase el poderío ofensivo de Preldzic con una canasta anotada desde la línea de 6,75 y una bandeja tras salida en transición rápida hacía pensar que España tenía el partido controlado, como había demostrado sobradamente el día anterior. Pero entonces se le calentó la muñeca a Turkoglu, que había estado sesteando durante todo lo que se llevaba de partido, y esto creo muchos problemas a España en defensa hasta el punto de que los turcos lograron empatar el encuentro poco antes del descanso. Un triple casi sobre la chicharra de Calderón permitió a la selección española marcharse al descanso por delante (38-35)



Tras el descanso, España salió a la pista con mucha intensidad y concentración defensiva, ahogando la circulación de balón turca y punteando todos sus tiros. Ibaka volvió a asumir un papel protagonista haciendo mucho daño bajo el aro y cargando de faltas a los interiores otomanos. En rescate de la selección turca volvió a aparecer Preldzic, con bastante inspiración y algo de fortuna (todavía está temblando uno de los tableros del triple a tablero que anotó cuando su equipo pasaba por momentos delicados). No podemos obviar el papel de Felipe Reyes en la recta final del tercer cuarto, aportando toda la casta y el carácter de la que carecían los interiores turcos. Gracias al papel de “Espartaco” (así lo bautizó Andrés Montes) España llegó al final del tercer cuarto con una ventaja de 6 puntos (55-49).



Al poco de iniciarse el último cuarto, Felipe Reyes anotó dos puntos más. Nadie se habría imaginado en aquel momento que España no volvería a anotar, con todo el cuarto por delante. Con semejante colapso, no le hizo falta a Turquía hacer unos minutos excepcionales, ni siquiera en defensa, para darle la vuelta al partido. Simplemente la presencia de Asik bajo el aro, beneficiado por los problemas de faltas de los interiores españoles, acciones puntuales de Arslan, Onan y Turkoglu unido al nulo acierto en la selección de tiro y la ejecución de los mismos por parte de España fue suficiente para certificar el paso de Turquía a la siguiente fase con el mismo balance que España: un triunfo y una derrota.



Y con esto España pone punto final a una primera fase con altibajos y que ha sembrado muchas dudas y muy razonables sobre el rendimiento del grupo. Scariolo se jactaba no hace mucho de que ningún 3 alto les había hecho daño: Hoy entre Preldzic y Turkoglu han anotado 30 de los 65 puntos de su equipo mientras Victor Claver esperaba pacientemente en el banquillo y sus compañeros se cargaban de faltas. Navarro ha ido de más a menos para acabar completamente desaparecido y Ricky Rubio ha vuelto a atestiguar que está muy lejos de su mejor nivel. Pau Gasol va a tener mucho trabajo por delante.



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