En realidad nada nuevo; quizás que las máscaras comienzan a decolorarse. A este paso quizás deberíamos reclamar aquella no europeidad nuestra que proclamaban los “sí” europeos. Serlo comienza a incomodar.
La cuestión es que vamos a una nueva vuelta de tuerca para que se consolide una Europa de periferias y subperiferias. La primera probablemente afrontará sin resultados dramáticos la orden de gastar el cinco por ciento en defensa (es una opinión dudosa que comparten economistas incluso disconformes con la medida); sin embargo, la segunda habrá de realizar forzosos recortes en sus ya exiguos gastos sociales. Se niega tal necesidad, pero ya Starmer (uno de los jefes de una UE a tres) ha fracasado en su primer intento. Parte de la bancada laborista le ha obligado a reducir en la mitad el recorte propuesto. Respecto a este país parece que disfruta de un estatus político que no se corresponde con el económico. Cosas, quizás, de la existencia de dos economías paralelas, la financiera y la real. No hace mucho el PIB lo era todo. Después pasamos al PIB PPA; más tarde descubrimos que la realidad tangible (territorio, materias primas, población, capital humano, posición geográfica, industria, bosques y aguas, fuerzas nucleares…) algo podía contribuir en la potencia de una nación.
Si a Mark Rutte, secretario de la OTAN, le amenazaran con igualar su sueldo al de un pensionista en el caso de que su 5 por ciento sí perjudicara a lo social, estamos seguros de que ya no hablaría de pagar a lo grande. Ni siquiera a lo chico. El sueldo de este prohombre es de casi 27 mil euros mensuales, libres de impuestos.
Y es que en tiempos de vacas flacas no hay mejor regla protectora que la de la igualdad. Si algo se hace mal, que incida sin exclusión sobre todos los culpables. Pero esta regla tiene pocos adeptos (incluso entre los desfavorecidos). Lamentablemente, no se vincula la desigualdad con uno de sus antónimos más frecuentes, la inequidad.
¿Y en España? En España, en vez de recordar cómo nos han tratado y tratan, seguimos poniendo verde al connacional para disfrute de extraños. Asuntos que deben ser enfocados histórica, nacional, estratégicamente, han quedado para escaramuzas de patio.
Decimos históricamente porque sería aconsejable que leyéramos o releyéramos nuestra Historia; por ejemplo, el Expediente Picasso (13 mil muertos en el desastre de Anual) y todo lo que lo rodeó. Aquella cadena de irresponsabilidad, inepcia, soberbia, ausencia de planificación, rotura de la cadena de mando, injusticia, etc. posiblemente llevaría al lector a desconfiar de todos aquellos que tratan alegremente lo grave.
Otro periodo ilustrativo es el de vacas gordas gracias a nuestra neutralidad durante la IGM. España prosperó, pero sólo en beneficio de unos pocos, que en vez de invertir en la industrialización del país prefirieron asegurar sus ganancias en el extranjero.
La cuestión es que algo muy serio se está tratando con carácter instrumental. No se discute la necesidad y posibilidad (cuestiones cruciales) de gastar el 2,1 o el 5 por ciento en defensa, sino que se espera que otros. una vez más, decidan por nosotros.
La ministra de Defensa asegura que es imposible gastar el cinco por ciento. Es decir, que da por descontado que el 2,1 por ciento sí se puede. ¿Dónde están los cálculos? EL PP por su parte asegura que “Busca(mos) un retorno: proteger a nuestros ciudadanos, ayudar a nuestros aliados y defender nuestros valores. El vínculo transatlántico sigue siendo indispensable y debemos trabajar para preservarlo y fortalecerlo"... "Dicho vínculo se plasma en la OTAN, una alianza militar defensiva”.
Es decir, que vamos a aprobar medidas trascendentales:
1) Sin llevar una postura propia unificada.
2) Sin lograr que no se antepongan las debilitantes escaramuzas partidistas.
3) Mientras se nos habla para halagarnos el oído. Pretender defender a los ciudadanos y ayudar a los aliados es la cuadratura del círculo. Lo que se sume en una partida se tendrá que restar en otra. Es el 5 o 2,1 por ciento de un PIB de 1, 6 billones sobre un presupuesto de poco más de 700 mil millones de euros. Es decir, que no es un porcentaje establecido sobre el presupuesto real, salvo que nos estén informando mal. En ningún sitio hemos visto 2,1 o 5 sobre el presupuesto general de la nación.
Sorprende esta lealtad hacia los extraños cuando estos no nos tratan de igual manera. ¿No recordamos ya las posturas del señor Rutte (y de su gobierno) con relación a los países del sur, entre los cuales nos encontramos? ¿Hemos olvidado conflictos (casi racistas) en los que el presidente portugués no se pudo contener diciendo que eran posturas repugnantes?
4) Valores. ¿Qué valores? Los de la América de antes (recuérdense los titulares de la época) o los de la América actual? ¿Es un valor apoyar aquello que te castiga si no obedeces? ¿Mirando hacia Oriente Medio se puede hablar de valores? ¿Valores hispanos cuando todas las cadenas de radio sólo emiten música en inglés, más la literatura pasmo-panegirista que conlleva? ¿Cuando las academias sólo citan bibliografía angloamericana? ¿Cuando sus películas saturan nuestras pantallas? ¿Valores en un continente que habla el idioma del único país que lo ha abandonado? ¿O el valor de un 70 por ciento que irá fuera del continente?
5) Muy importante: Se dice que el vínculo transatlántico es indispensable y que hay que preservarlo y fortalecerlo. En esto coinciden casi todos. Se plasmará a un nivel 2,1 o a 5, pero se plasmará. Pero ¿esos aliados nos corresponden? ¿Se alinean con los intereses españoles? Los precedentes permiten dudarlo. ¿El Sáhara no da al Atlántico? ¿No se cuestionó Canarias cuando el sí o el no a la Alianza? ¿Paralizan las maniobras inglesas en las aguas españolas que rodean a Gibraltar? ¿Están dispuesto a proteger a Ceuta y Melilla? Alto, todas esas plazas no están en el Atlántico. Ni Ucrania. Es que fue una acción defensiva de la Alianza. Por supuesto, como su ampliación cuando se había prometido lo contrario.
Pero, aparte de la verdadera moral, ¿es inmoral no hacer lo imposible? El gasto sanitario público de España es de poco más de 97.000 millones. ¿Se pueden gastar 80 mil, 40 mil millones con una sanidad que tiene pendiente 850 mil operaciones sanitarias? Y con las promesas de bajar los impuestos y aumentar los médicos de cabecera. La corte de los milagros.
Entrar en la parte fundamental es imposible. ¿Es esta la Europa que queríamos? ¿Puede ella sobrevivir buscando sólo enemigos?
El señor Rutte es ahora el rostro de toda esta historia. Un político que ha tenido que dimitir varias veces por sus recortes sociales. Apoyado por la extrema derecha en su momento ésta provocó su caída al negarse a colaborar en el recorte de 15 mil millones para gasto social. Un hombre con actitudes antiespañolas e incluso racistas, que no tiene inconveniente en llamar daddy a quien ordena y castiga. ¿No merecería esto una discusión nacional seguida de un acuerdo razonable en bloque?
Por cierto, si alguien cree que el espíritu de la Leyenda negra (tan querida por ingleses, franceses y holandeses) se ha evaporado, es que ignora de qué va la cosa. Todos esos poderes miran con un ojo a España y con el otro a Hispanoamérica. Pero nosotros estamos en nuestro pequeño lavadero.
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