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Testimonios de primera mano desmienten el anacrónico libreto de quienes dicen luchar por la independencia del Sahara Occidental, tanto como la realidad

Realidad desmiente libreto del Polisario

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A pesar del esforzado fascismo de algunos, derrochado en la búsqueda de crear “unanimidad” de opiniones con respecto al problema del Sahara Occidental, siguen aumentando las voces que contradicen al libreto del Polisario y sus aliados españoles en ese viejo tema.

El español Gonzalo Sánchez ha escrito al respecto una interesante carta expresando, entre otras verdades, que hoy está totalmente fuera de contexto un hipotético referéndum de autodeterminación como solución a la disputa. Compartimos plenamente su opinión cuando afirma que las reivindicaciones al respecto responden a una realidad que se esfumó, y que solo permanece en el imaginario de algunos políticos españoles y en la mente de la vieja guardia del Polisario.

El referéndum es imposible hoy, porque el Sahara está habitado por marroquíes que tienen familia en toda la geografía de su país. Y excluirlos a ellos sería una discriminación numéricamente mucho más trágica que la supuesta marginación de los saharauis.

Gonzalo señala que fue responsable de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Murcia, que por mucho tiempo gestionó ayuda humanitaria y viajó reiteradamente a Tinduf. Sin embargo, en los últimos años su opinión fue variando a medida que conocía más a fondo la realidad del sur de Marruecos.

Gonzalo comparte mi opinión de que la historia del Sahara Occidental no empezó con la colonización española, por lo que como lo he repetido muchas veces, no tiene porqué respetarse hoy algo que España dibujó sobre el mapa África. Es absurdo proclamarse independiente de una potencia colonial europea, y al mismo tiempo insistir con el mapa que los colonialistas trazaron.

Los habitantes de El Aaiún, Dajla, Bojador o Smara reconocen sus diferencias culturales, pero todos tienen la firme convicción de ser marroquíes. Aunque ello no guste a quienes viven pidiendo financiación argelina y caridad española, para guardarse el cambio.

Gonzalo también critica el perverso chantaje emocional que sufren los españoles que acogen a niños saharauis, una especie de tráfico de menores que también terminan dañados psicológicamente. Lo más grave es que también termina dañada una identidad cultural que Marruecos no sólo protege, sino que difunde con insistencia.

Basta con chequear la literatura oficial marroquí que se refiere a la región, siempre se acompaña de mensajes que hacen referencia a la cultura y tradiciones saharauis.

El testigo español refiere al gran desarrollo industrial y económico que hoy puede verse en esas latitudes, y quien escribe puede dar fe. En marzo visité Dajla y constaté que es una ciudad pujante donde no existen mendigos ni desocupados, la bonanza económica no olvida a nadie.

Lamentamos sinceramente que los prejuicios anti-moros de los españoles les impidan rendirse ante la evidencia, y libretos arcaicos sigan siendo artículos de fe para muchos políticos españoles, que añoran los tiempos en que podían usar desde la oposición el problema del Sahara Occidental como arma arrojadiza contra el gobierno de turno.

Realidad desmiente libreto del Polisario

Testimonios de primera mano desmienten el anacrónico libreto de quienes dicen luchar por la independencia del Sahara Occidental, tanto como la realidad
Luis Agüero Wagner
miércoles, 6 de julio de 2016, 08:04 h (CET)
A pesar del esforzado fascismo de algunos, derrochado en la búsqueda de crear “unanimidad” de opiniones con respecto al problema del Sahara Occidental, siguen aumentando las voces que contradicen al libreto del Polisario y sus aliados españoles en ese viejo tema.

El español Gonzalo Sánchez ha escrito al respecto una interesante carta expresando, entre otras verdades, que hoy está totalmente fuera de contexto un hipotético referéndum de autodeterminación como solución a la disputa. Compartimos plenamente su opinión cuando afirma que las reivindicaciones al respecto responden a una realidad que se esfumó, y que solo permanece en el imaginario de algunos políticos españoles y en la mente de la vieja guardia del Polisario.

El referéndum es imposible hoy, porque el Sahara está habitado por marroquíes que tienen familia en toda la geografía de su país. Y excluirlos a ellos sería una discriminación numéricamente mucho más trágica que la supuesta marginación de los saharauis.

Gonzalo señala que fue responsable de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Murcia, que por mucho tiempo gestionó ayuda humanitaria y viajó reiteradamente a Tinduf. Sin embargo, en los últimos años su opinión fue variando a medida que conocía más a fondo la realidad del sur de Marruecos.

Gonzalo comparte mi opinión de que la historia del Sahara Occidental no empezó con la colonización española, por lo que como lo he repetido muchas veces, no tiene porqué respetarse hoy algo que España dibujó sobre el mapa África. Es absurdo proclamarse independiente de una potencia colonial europea, y al mismo tiempo insistir con el mapa que los colonialistas trazaron.

Los habitantes de El Aaiún, Dajla, Bojador o Smara reconocen sus diferencias culturales, pero todos tienen la firme convicción de ser marroquíes. Aunque ello no guste a quienes viven pidiendo financiación argelina y caridad española, para guardarse el cambio.

Gonzalo también critica el perverso chantaje emocional que sufren los españoles que acogen a niños saharauis, una especie de tráfico de menores que también terminan dañados psicológicamente. Lo más grave es que también termina dañada una identidad cultural que Marruecos no sólo protege, sino que difunde con insistencia.

Basta con chequear la literatura oficial marroquí que se refiere a la región, siempre se acompaña de mensajes que hacen referencia a la cultura y tradiciones saharauis.

El testigo español refiere al gran desarrollo industrial y económico que hoy puede verse en esas latitudes, y quien escribe puede dar fe. En marzo visité Dajla y constaté que es una ciudad pujante donde no existen mendigos ni desocupados, la bonanza económica no olvida a nadie.

Lamentamos sinceramente que los prejuicios anti-moros de los españoles les impidan rendirse ante la evidencia, y libretos arcaicos sigan siendo artículos de fe para muchos políticos españoles, que añoran los tiempos en que podían usar desde la oposición el problema del Sahara Occidental como arma arrojadiza contra el gobierno de turno.

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