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Psicología y sexualidad
Etiquetas | Clítoris | Erección
Cuando estalla el orgasmo la vasocongestión llega a un punto que acciona la congestión vigorosa de varios músculos y expulsa esa sangre estancada a presión en los tejidos y en las zonas venosas.

La excitación del clítoris y el vaivén del coito

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El clítoris se pone en erección cuando llena de sangre sus cuerpos cavernosos, esto hace que el cuerpo del clítoris se retraiga y se esconda bajo el prepucio. Cuando se retrae se aleja del orificio vaginal entonces es improbable que el pene le roce durante el coito.

Cuando el pene penetra y empuja en la vagina, la dilata. Después con la vagina dilatada las entradas y salidas van ejerciendo una tracción a los dos lados del prepucio del clítoris, y lo hacen a través de los labios menores. Y cuanto más congestionados estén tanto más justo estará el pene, tanto más tirante que rozará el prepucio sobre el glande del clítotis y crecerá la estimulación. También estimularán el tercio inferior de la vagina, los movimientos de empuje del pene, aunque ellos por sí solos es difícil que conduzcan al orgasmo si no se produce la estimulación del glande del clítoris.

Esta es la forma más apropiada de que el pene estimule el clítoris mientras penetra, aunque es una estimulación indirecta. Algunas parejas durante el acto sexual prefieren la postura desde atrás, esto se debe a que es más eficaz el mecanismo de estimulación del glande del clítoris desde el prepucio.

Eso sí para que la mujer alcance el orgasmo en el coito es preciso que el hombre pueda mantener la erección y su vaivén dentro de la vagina el tiempo suficiente hasta que el prepucio del clítoris esté estimulado sobre el glande del mismo. Muchos hombres saben que el objetivo no es nada fácil de alcanzar porque una mayoría de ellos, a menos que estén bastante entrenados, van a eyacular en aproximadamente los dos primeros minutos después de haber introducido el pene en la vagina.

La sangre nos calienta, lleva a todas las partes del organismo los nutrientes que estimulan nuestra vida. La sangre es un cálido fluido que cuando el corazón está acelerado sube a la superficie de la piel y a las zonas genitales donde se producen los movimientos que son los responsables de la excitación y el orgasmo.

Transporta hasta allí ese calor húmedo que nos pone calientes cuando nos sentimos excitados sexualmente. Aparece la dilatación superficial y profunda de los vasos sanguíneos. Es una reacción fisiológica y anterior a la excitación sexual. Es una vasodilatación que producen fármacos como Viagra, que presciben para ciertas dificultades sexuales.

Si logramos una estimulación sexual efectiva y adecuada en el encuentro erótico, o en la autoestimulación o masturbación la sangre que va dirigida hacia los impulsos nerviosos afluye como un torrente y se acumula en la pelvis. Las arterias que riegan esa zona se dilatan y la sangre accede a los plexos venosos y queda atrapada.

Las partes que están más inundadas en la mujer por este torrente son la gran red sanguínea del tercio inferior de la vagina , los labios mayores y menores y también los cuerpos cavernosos del clítoris y sus raíces.

En el hombre la erección se produce cuando se llenan de sangre los cuerpos cavernosos de las cavidades del bulbo del pene, del glande y del cuerpo esponjoso.

Los homosexuales masculinos o las mujeres que practican el coito anal desarrollan un crecimiento mayor de las zonas hemorroidales del ano que se dilatan con la excitación sexual.

En la zona de la pelvis de la mujer se produce una vasocongestión y edema mucho mayores que en el varón. Es por esto que la fase de excitación en la que se van llenando esas zonas de sangre dura mucho más en la mujer que en el hombre.

Cuando estalla el orgasmo la vasocongestión llega a un punto que acciona la congestión vigorosa de varios músculos y expulsa esa sangre estancada a presión en los tejidos y en las zonas venosas. Así da lugar a las sensaciones orgásmicas.

Como el volumen de sangre que vacían las contracciones musculares es mayor en la mujer que en el varón, su orgasmo puede ser más prolongado e intenso.

Orgasmos múltiples otro y otro más: Claro, si la mujer continúa siendo estimulada adecuadamente, poco después de este orgasmo, la zona genital se rellena de nuevo y puede llegarse a producir hasta cinco o más orgasmos en pocos minutos, antes de que la mujer esté saciada.

También muchos hombres jóvenes son capaces de eyaculaciones repetidas con orgasmos, y se llenan de sangre de nuevo las cavidades del bulbo del pene, aunque con intervalos de tiempo mayores que en la mujer.

Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja
www.elsexoesvida.com
+34 639 555 994
Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo'

La excitación del clítoris y el vaivén del coito

Cuando estalla el orgasmo la vasocongestión llega a un punto que acciona la congestión vigorosa de varios músculos y expulsa esa sangre estancada a presión en los tejidos y en las zonas venosas.
Ana de Calle
jueves, 9 de junio de 2016, 11:56 h (CET)
El clítoris se pone en erección cuando llena de sangre sus cuerpos cavernosos, esto hace que el cuerpo del clítoris se retraiga y se esconda bajo el prepucio. Cuando se retrae se aleja del orificio vaginal entonces es improbable que el pene le roce durante el coito.

Cuando el pene penetra y empuja en la vagina, la dilata. Después con la vagina dilatada las entradas y salidas van ejerciendo una tracción a los dos lados del prepucio del clítoris, y lo hacen a través de los labios menores. Y cuanto más congestionados estén tanto más justo estará el pene, tanto más tirante que rozará el prepucio sobre el glande del clítotis y crecerá la estimulación. También estimularán el tercio inferior de la vagina, los movimientos de empuje del pene, aunque ellos por sí solos es difícil que conduzcan al orgasmo si no se produce la estimulación del glande del clítoris.

Esta es la forma más apropiada de que el pene estimule el clítoris mientras penetra, aunque es una estimulación indirecta. Algunas parejas durante el acto sexual prefieren la postura desde atrás, esto se debe a que es más eficaz el mecanismo de estimulación del glande del clítoris desde el prepucio.

Eso sí para que la mujer alcance el orgasmo en el coito es preciso que el hombre pueda mantener la erección y su vaivén dentro de la vagina el tiempo suficiente hasta que el prepucio del clítoris esté estimulado sobre el glande del mismo. Muchos hombres saben que el objetivo no es nada fácil de alcanzar porque una mayoría de ellos, a menos que estén bastante entrenados, van a eyacular en aproximadamente los dos primeros minutos después de haber introducido el pene en la vagina.

La sangre nos calienta, lleva a todas las partes del organismo los nutrientes que estimulan nuestra vida. La sangre es un cálido fluido que cuando el corazón está acelerado sube a la superficie de la piel y a las zonas genitales donde se producen los movimientos que son los responsables de la excitación y el orgasmo.

Transporta hasta allí ese calor húmedo que nos pone calientes cuando nos sentimos excitados sexualmente. Aparece la dilatación superficial y profunda de los vasos sanguíneos. Es una reacción fisiológica y anterior a la excitación sexual. Es una vasodilatación que producen fármacos como Viagra, que presciben para ciertas dificultades sexuales.

Si logramos una estimulación sexual efectiva y adecuada en el encuentro erótico, o en la autoestimulación o masturbación la sangre que va dirigida hacia los impulsos nerviosos afluye como un torrente y se acumula en la pelvis. Las arterias que riegan esa zona se dilatan y la sangre accede a los plexos venosos y queda atrapada.

Las partes que están más inundadas en la mujer por este torrente son la gran red sanguínea del tercio inferior de la vagina , los labios mayores y menores y también los cuerpos cavernosos del clítoris y sus raíces.

En el hombre la erección se produce cuando se llenan de sangre los cuerpos cavernosos de las cavidades del bulbo del pene, del glande y del cuerpo esponjoso.

Los homosexuales masculinos o las mujeres que practican el coito anal desarrollan un crecimiento mayor de las zonas hemorroidales del ano que se dilatan con la excitación sexual.

En la zona de la pelvis de la mujer se produce una vasocongestión y edema mucho mayores que en el varón. Es por esto que la fase de excitación en la que se van llenando esas zonas de sangre dura mucho más en la mujer que en el hombre.

Cuando estalla el orgasmo la vasocongestión llega a un punto que acciona la congestión vigorosa de varios músculos y expulsa esa sangre estancada a presión en los tejidos y en las zonas venosas. Así da lugar a las sensaciones orgásmicas.

Como el volumen de sangre que vacían las contracciones musculares es mayor en la mujer que en el varón, su orgasmo puede ser más prolongado e intenso.

Orgasmos múltiples otro y otro más: Claro, si la mujer continúa siendo estimulada adecuadamente, poco después de este orgasmo, la zona genital se rellena de nuevo y puede llegarse a producir hasta cinco o más orgasmos en pocos minutos, antes de que la mujer esté saciada.

También muchos hombres jóvenes son capaces de eyaculaciones repetidas con orgasmos, y se llenan de sangre de nuevo las cavidades del bulbo del pene, aunque con intervalos de tiempo mayores que en la mujer.

Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja
www.elsexoesvida.com
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Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo'

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