El mundo se está digitalizando y se ha convertido en una nueva extensión que da sentido a todos los aspectos de nuestra vida. Los gremios y las empresas tradicionales han tenido que comenzar a migrar sus productos y servicios a la red de redes, y las nuevas generaciones no pueden entender aquello de vivir sin conexión. ¿Por qué es tan importante poner nuestra mirada en el mundo “virtual” y en la llamada Revolución Industrial 4.0?

No sabemos si en ocasiones a marchas forzadas se está produciendo esta digitalización en todos los órdenes. Lo que sí que sabemos es que estamos ante una automatización de nuestra vida en todos los órdenes. Esto es debido gracias a los cambios producidos en la tercera revolución industrial, y a los importantes avances en las industrias de la tecnología y de la información.

Las tres revoluciones, y ya vamos por la cuarta
La primera revolución industrial trajo consigo importantes transformaciones en la industria agrícola, ya que el trabajo que antes requería de 50 hombres para ser hecho, pasó a formar parte de una labor realizada por un tractor.

La segunda etapa industrial más crucial fue la de la reproducción a escala más local de las materias primas, lo que conocemos como “producción en masa”, que fue posible gracias a la electricidad.

La tercera revolución industrial, de la que estamos en un puente hacia la cuarta, se basó en una especialización y desarrollo de la tecnología. Permitiendo dar el salto cualitativo con los elementos que todos vamos conociendo, sin olvidar que el núcleo de ella es una automatización a casi todos los niveles y de estrategias enfocadas al cliente.

De hecho, los trabajos de casi toda la vida como la impresión de periódicos, revistas y panfletos han encontrado un nuevo nicho en este mundo digital con lo que se conoce como las imprentas online, que ya han empezado a calar fuerte y puede ser otra de las industrias que revolucionen nuestro mercado laboral.

Sin página web casi no existes en esta cuarta revolución
Este epígrafe puede resultar muy tajante, duro e incluso contradictorio para aquellos que quieran seguir fuera de Internet o se resistan a esta digitalización. Lo cierto es que hay una tendencia que está ahí, y tenemos la posibilidad de cerrarnos a ella o decir, “la utilizaré como mejor pueda”.

La Red de redes parece una re­configuradora de la economía en crisis, y hay muchas empresas en Internet como esta, que llevan mucho tiempo desarrollando herramientas para crear páginas web para pequeñas, medianas, y grandes empresas. Hay muchas personas hasta particulares que quieren formar parte de esta cambio que no hecho más que empezar.

No solamente los pequeños comercios fueron reacios en un principio a esta “revolución” web. La mayoría de los coaching de emprendimiento lo dicen: “la red es para todos los gustos, colores y adaptable al bolsillo de cada uno”. Internet nos ofrece conseguir productos y servicios a precios más económicos, ya que tenemos la posibilidad de comprobar más tiendas virtuales sin movernos de casa. Tal vez merezca la pena unirse al cambio como agente activo o pasivo de este momento histórico. Activo creando tus propios contenidos, y pasivo aprovechando lo que otros nos ofrecen.