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Venera 1 fue la primera nave espacial lanzada para sobrevolar Venus. El objetivo fue cumplido el 19 de mayo de 1961, pero fracasó en su propósito de enviar datos a la Tierra.
La sonda fabricada por la Unión Soviética consistía en un cuerpo cilíndrico, coronado por una cúpula, de 2,35 metros de altura y 1,50 metros de diámetro. La masa de combustible era de 643,5 kg. Dos paneles solares, con una superficie total de 2 metros cuadrados, se extendieron en forma radial desde el cilindro.
Una antena de alta ganancia desplegable de 2 metros de diámetro fue diseñada para las comunicaciones con un transmisor de 8 centímetros y 32 centímetros de longitud de onda, informa Wikipedia.
La sonda estaba equipada con instrumentos científicos, entre ellos un magnetómetro al final de un brazo de 2 metros, trampas de iones, detectores de micrometeoritos, y contadores de radiación cósmica.
La cúpula albergaba una esfera de combustible que contenía un banderín de la Unión Soviética y fue diseñada para flotar en el océano Venusiano después del impacto previsto. El control de altitud se logró mediante el uso del sol como referencia, sensores de estrellas, giroscopios, y motores de gas nitrógeno.
Siete días después del lanzamiento, a cerca de dos millones de kilómetros de la Tierra, el contacto con la nave se perdió. Pasó entre el 19 y el 20 de mayo de 1961 a 100.000 kilómetros de Venus, entrando posteriormente en órbita heliocéntrica.
El Global Shading Day, celebrado el pasado 21 de marzo, es de crucial importancia para recordarnos la necesidad de la instalación de protección solar como paso directo para combatir el cambio climático y crear edificios más sostenibles. Esta sencilla medida evita el sobrecalentamiento de los edificios, reduce las necesidades de aire acondicionado y reduce las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
El Proyecto ‘Libera’, de la Sociedad Española de Ornitología (SEO)/BirdLife y Ecoembes, caracterizó más de 77.000 residuos abandonados en ríos, lagos y embalses de España, en la séptima edición de su campaña de ciencia ciudadana ‘1m2 por los ríos, lagos y embalses’. Del 9 al 24 de marzo tuvo lugar esta edición, en la que participaron casi 7.000 personas en la recogida y caracterización de basuraleza en los entornos fluviales.
Los investigadores Cristina Linares Gil y Julio Díaz Jiménez, del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), serán los coordinadores científicos del nuevo Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) y codirectores de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano en la Escuela Nacional de Sanidad (ENS) del Instituto.
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