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Jaime Fomperosa Aparicio, Santander

España tiene dos deudas: una material y la otra, más grave, espiritual

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Año de 1936, estalla la guerra civil española, año de mi nacimiento. Miles y miles de obispos, sacerdotes, religiosos, seglares, fueron asesinados por el mero hecho de ser católicos. Satanás perdió la guerra; tuvimos unos años de paz y progreso material, pues la guerra nos dejó en la completa ruina. 


Aquellos años de paz y bonanza, por supuesto que nada es perfecto excepto Dios, terminó. Y se estableció, con la aprobación de muchos miembros de la Jerarquía Católica, un sistema laico, sin Dios, que había sido preparado minuciosamente previamente. El pueblo, inocente, pensó que todo seguiría como cuando gobernaba Franco, pero la realidad empezó a mostrar su plan de destruir España como Nación Católica. 


Desde esas fechas todo ha empeorado: La Iglesia Católica desacralizada y las leyes promulgadas por los gobiernos, cada vez más inicuas, perversas e inmorales; de aquella España que nos dejó Franco, no queda nada. Ahora se van a celebrar elecciones generales, no se ve nada claro, persistimos en la misma actitud, solamente un milagro puede cambiar el rumbo que lleva España; muchas naciones están asombradas pues la madre España que les llevó la luz del Evangelio, están dominadas por las tinieblas. 


Tenemos dos deudas, y tristemente podemos comprobar, que ambas siguen aumentando. Dios es clemente y Misericordioso, pero está apostasía tendremos que pagarla. Ni pesimismo ni catastrofismo, esa, tristemente, es la realidad.

España tiene dos deudas: una material y la otra, más grave, espiritual

Jaime Fomperosa Aparicio, Santander
Lectores
lunes, 5 de junio de 2023, 08:36 h (CET)

Año de 1936, estalla la guerra civil española, año de mi nacimiento. Miles y miles de obispos, sacerdotes, religiosos, seglares, fueron asesinados por el mero hecho de ser católicos. Satanás perdió la guerra; tuvimos unos años de paz y progreso material, pues la guerra nos dejó en la completa ruina. 


Aquellos años de paz y bonanza, por supuesto que nada es perfecto excepto Dios, terminó. Y se estableció, con la aprobación de muchos miembros de la Jerarquía Católica, un sistema laico, sin Dios, que había sido preparado minuciosamente previamente. El pueblo, inocente, pensó que todo seguiría como cuando gobernaba Franco, pero la realidad empezó a mostrar su plan de destruir España como Nación Católica. 


Desde esas fechas todo ha empeorado: La Iglesia Católica desacralizada y las leyes promulgadas por los gobiernos, cada vez más inicuas, perversas e inmorales; de aquella España que nos dejó Franco, no queda nada. Ahora se van a celebrar elecciones generales, no se ve nada claro, persistimos en la misma actitud, solamente un milagro puede cambiar el rumbo que lleva España; muchas naciones están asombradas pues la madre España que les llevó la luz del Evangelio, están dominadas por las tinieblas. 


Tenemos dos deudas, y tristemente podemos comprobar, que ambas siguen aumentando. Dios es clemente y Misericordioso, pero está apostasía tendremos que pagarla. Ni pesimismo ni catastrofismo, esa, tristemente, es la realidad.

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