| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
Hoy en España se hace inaplazable la proclamación de la III República. Pero, eso sí, una República con republicanismo y repúblicos. Una forma de gobierno capaz de garantizar que nuestra democracia es tal: de, para y por la ciudadanía.
No se trata de calibrar la indecencia de unos o de otros sino de constituir un sistema político que pase por encima de las veleidades éticas de los que han de administrarnos. No existen casos aislados de corrupción sino piezas de un puzle corrupto, pues un sistema puramente democrático no deja cabida a islas susceptibles de ser tomadas por la indecencia. Y no es una quimera o una prueba de ingenuidad del que tal cosa sostiene sino, más bien, algo perfectamente realizable siempre que exista voluntad política para llevarlo a cabo.
El primer paso para acabar con la corrupción es apartarnos de un sistema que en su naturaleza está expropiar, cuando no expoliar, a las mayorías sociales en beneficio de unos pocos: el capitalismo. Basta con devolver los medios de producción a los productores y regular el intercambio de bienes reales (no especulativos) para conseguirlo. Y es una batalla que ha de librar el conjunto de los pueblos contra las oligarquías transnacionales. No es una tarea fácil, muy al contrario, es casi imposible, pero es la única tarea a la que los pueblos se han de dedicar si quieren librarse de la miseria y de la esclavitud.
Y en España, el primer paso que hay que dar para poder afrontar otros retos que van más allá de nuestras fronteras, es acabar de una vez y para siempre con la Monarquía (espejo y cuartel de toda la chusca oligarquía nacional) y proclamar una República, republicana, dirigida por repúblicos.
Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.
Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.
Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.
|