“Casados para siempre”. Esta expresión hoy suena casi a broma, a algo pasado, a algo un tanto inconsciente. Sin embargo es lo que la Iglesia ha enseñado siempre, a diferencia de otras creencias o de otras civilizaciones. Solo la Iglesia Católica mantiene sin ninguna duda ese planteamiento como algo que está en la Ley de Dios, no como una moda o como una costumbre.
Asistimos en nuestra civilización occidental, en su día católica, a un cambio en las relaciones hombre mujer. Un cambio que, a todas luces, es un desastre. No parece, humanamente hablando, que una chica que se casa a los 25 años lo celebre de un modo consciente pensando en el divorcio. Pero esto que sería impensable hace unos años, es ahora cada vez más frecuente. Van al matrimonio pensando en que puede fallar. Entre otras cosas porque es lo que ven a su alrededor.
El catecismo de la Iglesia nos dice que "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados". Si preguntamos a Google directamente lo traduce por “casamiento” y nos habla de la boda.
|