Se cumplieron a primeros del mes 40 años del primer viaje de san Juan Pablo II a España. El Papa magno nos visitó después en otras cuatro ocasiones, hasta la última en mayo de 2003, cuando se despidió con aquel inolvidable “Hasta siempre, España. Hasta siempre, tierra de María”.
Aquellos días de finales de octubre y principios de noviembre de 1982, una España envuelta en proclamas de cambio social, cultural y político, se volcó en las calles para seguir al que la prensa de aquel tiempo definió como “huracán Wojtyla”. Durante diez días, desde el 31 de octubre al 9 de noviembre, el Papa recorrió infatigable diversos lugares de Madrid, Ávila, Alba de Tormes, Salamanca, Guadalupe, Toledo, Segovia, Sevilla, Granada, Loyola, Javier, Zaragoza, Montserrat, Barcelona, Valencia y Zaragoza.
Hay tantas imágenes que vuelven a la memoria y al corazón que es muy difícil destacar alguna, pero resuena, por ejemplo, el eco del multitudinario encuentro con los jóvenes en el estadio Santiago Bernabéu, donde les pidió, con el vigor que le caracterizaba, que no se amilanaran, que tenían por delante la gran empresa de vencer al mal con el bien. O el encuentro con las familias, también en Madrid, o con los profesores universitarios en la sede de la salmantina Universidad Pontificia. De eso hace tan solo 40 años.
|