Se está poniendo de moda el no mentir, frente a la cultura dominante que te dice que es imposible vivir sin decir alguna mentirijilla de vez en cuando, para sustentar mejor aquello que haces. Pero cada vez más gente percibe que así no vamos a ninguna parte: si te aficionas a las mentirijillas y les coges cariño, cada vez se hacen más grandes y con eso sucede que aumenta vertiginosamente la desconfianza entre unos y otros, hasta hacerla insoportable.
Por eso, decir la verdad sin intentar engañar a los otros, sino contarles las cosas como son, se está convirtiendo en una moda creciente, incluso porque los mentirosos son muy pocos, aunque tengan mucho poder aparente, y los que dicen la verdad son muchos más y están más a gusto así que intentando ocultar o despistar acerca de sus verdaderas intenciones con engañifas que, más pronto o más tarde se acaban por descubrir.
