Todos los días tenemos noticias de atentados y muertos en varios países contra los cristianos, que están muriendo por no renegar de su fe: CRISTO JESUS DIOS Y HOMBRE VERDADERO” Con frecuencia se celebran actos de solidaridad y ayuda de carácter religioso, lo cual es loable sufrir con el hermano que sufre. Pero tenemos una sociedad laica, atea, sin Dios, que ha provocado una situación de inmoralidad y rebelión contra Dios, que la hace merecedora del castigo divino. Tenemos que empezar por casa.
La Iglesia Católica atraviesa por una crisis desde hace muchos años, dividida, en la cual los “progresistas” han facilitado, supongo sin mala intención “Tontos útiles” este estado laico, ateo y sin Dios. Y en muchos lugares la Divina Eucaristía ya no es la Vida de la Iglesia. Y yo pregunto: ¿Para que tenemos la Conferencia Episcopal Española? ¿Por qué no corrige la desacralización galopante de la Divina Eucaristía? ¿Por qué no se enfrenta claramente y condena las leyes inicuas legisladas en España?
Se trata de la salvación de las almas. Por tanto esos mártires y el resto de católicos que han permanecido fieles, aquellos con sus vidas y estos con sus oraciones, retrasan el castigo divino, merecemos que caiga sobre nosotros fuego del cielo, pues no creo que la situación de Sodoma y Gomorra fuera muy diferente a la sociedad que ahora tenemos. Y no se puede hacer inútil la Pasión y Muerte de Cristo en la Cruz.
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