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Venancio Rodríguez Sanz

Las dos caras de la vergüenza

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Vergüenza, que proviene del latín verecundĭa, es la turbación del ánimo que se produce por una falta cometida o por alguna acción humillante y deshonrosa, ya sea propia o ajena. Existen varios tipos de vergüenza: La vergüenza tóxica hace referencia a la actitud que toman los niños después de haber sido víctimas de algún tipo de abuso sexual, la vergüenza de vicario es la actitud de autoinculparse con el claro objetivo de proteger a otro individuo.


El Muro de la Vergüenza describe a todas aquellas construcciones que se erigen como límites de un espacio geográfico concreto, la vergüenza ajena consiste en situaciones que arrancan las sonrisas del público, un sinvergüenza es aquel que no tiene decoro o cuya moral no le impide cometer faltas éticas. 


Por último, en Eclesiático 21:24 dice: “Es falta de educación escuchar detrás de la puerta, al sensato se le cae la cara de vergüenza.” Creo que criminalizar la vergüenza es como demonizar a las piedras por su capacidad de hacer daño. 


Verán, últimamente leo en la prensa esta frase refiriéndose a los políticos. Y no es que éstos sean santos de mi devoción, pero creo que en cierta medida a todos se nos debería caer algo la cara. Por ejemplo: para cuando vamos en el bus, no poner los pies encima del asiento, cederlo a las personas mayores, para no tirar papeles al suelo, para no escupir, no decir exabruptos, etc. En fin, para comportarse en público y en privado, de una manera cívica y respetuosa.

Las dos caras de la vergüenza

Venancio Rodríguez Sanz
Lectores
viernes, 19 de agosto de 2022, 09:12 h (CET)

Vergüenza, que proviene del latín verecundĭa, es la turbación del ánimo que se produce por una falta cometida o por alguna acción humillante y deshonrosa, ya sea propia o ajena. Existen varios tipos de vergüenza: La vergüenza tóxica hace referencia a la actitud que toman los niños después de haber sido víctimas de algún tipo de abuso sexual, la vergüenza de vicario es la actitud de autoinculparse con el claro objetivo de proteger a otro individuo.


El Muro de la Vergüenza describe a todas aquellas construcciones que se erigen como límites de un espacio geográfico concreto, la vergüenza ajena consiste en situaciones que arrancan las sonrisas del público, un sinvergüenza es aquel que no tiene decoro o cuya moral no le impide cometer faltas éticas. 


Por último, en Eclesiático 21:24 dice: “Es falta de educación escuchar detrás de la puerta, al sensato se le cae la cara de vergüenza.” Creo que criminalizar la vergüenza es como demonizar a las piedras por su capacidad de hacer daño. 


Verán, últimamente leo en la prensa esta frase refiriéndose a los políticos. Y no es que éstos sean santos de mi devoción, pero creo que en cierta medida a todos se nos debería caer algo la cara. Por ejemplo: para cuando vamos en el bus, no poner los pies encima del asiento, cederlo a las personas mayores, para no tirar papeles al suelo, para no escupir, no decir exabruptos, etc. En fin, para comportarse en público y en privado, de una manera cívica y respetuosa.

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